Permíteme que insista (y no soy Matías Prats)

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El mensaje no es el medio: es la insistencia. Bien lo sabemos en publicidad, donde no existe una sola campaña de éxito en ventas efectivas que no esté respaldada por una buena cobertura y su calculada repetición. Hasta ocho veces necesita golpear un anuncio para hacerse un diminuto hueco en la mente de las personas, saturadas de tentaciones de consumo. Ni siquiera una gran canción penetra en el alma a la primera. La tenacidad es la virtud de los buenos vendedores y la mágica experiencia de los enamorados. Bajo este impulso, crear una marca memorable, a los de la aseguradora Línea Directa se les ocurrió el eslogan “permíteme que insista”, que lo utilizan niños y mayores emulando a Matías Prats en su registro de barítono y hasta su rictus. Todo consiste en dar sentido a la rutina para que se transforme en ritual. Como esta primavera que hemos estrenado como si fuera nueva.

Pocas cosas nuevas vemos en la tele, como en la moda. Los productos se reconvierten, cambian las formas y se sustituyen a los presentadores, poco más; pero solo hay dos clases de géneros: realidad o ficción. No se imaginan con qué sutileza las cadenas se afanan en confundir una cosa con la otra y cómo este enredo propicia una sociedad esquizofrénica. Los realities son todo menos realidad, es teatralidad con vistas a la gente. De “Casados a primera vista”, en Antena3, surgieron cuatro parejas felizmente matrimoniadas. Mentira. Todas han acabado en divorcio una vez se apagaron los focos y al programa dejó de interesarle el estado civil y el cariño público de los concursantes.

Ahora, nuestro Carlos Sobera va a hacer de Cupido en un espacio de primeras citas para parejas. Se llamará First Dates y lo emitirá Cuatro a la vuelta de Pascua. Por mucho esmero que ponga el baracaldés en su ceremonial tarea de alcahuete, ninguna de las historias de amor será verosímil, porque lo real se esfuma desde el momento en que sube al escenario y se expone a la vista de todos. Aun así, parecerán auténticas y puede que nos emocionen. Permíteme que insista: es ficción.

 

3 comentarios en «Permíteme que insista (y no soy Matías Prats)»

  1. Ya. Pero aquí se juntan dos de las pesadillas que más nos han rallao ultimamente. El reality parejitas, la torda y el pelanas de turno junto a master chef ( una de las torturas más sádicas de la TV y eso que me gusta cocinar) ya que el escenario donde se encontraran las parejas es la mesa de un restaurante…BUF !!

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