Historia y ficción cada día se parecen más a fuerza de fundirse y confundirse, como ocurre -dicen- en las parejas humanas después de años de convivencia. La historia añade rasgos de ficción para ensancharse, mientras la ficción se adhiere a la historia en busca de veracidad. “Basada en hechos reales” es la fórmula de fusión. En medio de esta crisis de identidad de géneros, la serie documental Vamos a hacer historia, estrenada con éxito el pasado miércoles en ETB2, ha querido marcar territorio con la ficción. Así lo sugiere el título del programa, algo enfático, y su primer episodio, dedicado a la evasión de presos políticos del fuerte de San Cristóbal (el Mauthausen de Pamplona) el 22 de mayo de 1938, una fuga de película con final trágico: más de 200 fueron cazados a tiros (como Steve McQueen en La gran evasión), otros tantos fusilados tras su captura y solo tres héroes alcanzaron la muga con Francia de los 800 que habían escapado. ¡Qué formidable y terrible historia de libertad!
La aportación de Vamos a hacer historia es la dualidad del relato: el historiador Juan Manuel González cuenta los hechos a un grupo de vecinos y descendientes de los implicados; y la periodista Elene Lizarralde entrevista a testigos y otros expertos del caso. Por momentos se alcanzó un intenso dramatismo y las emociones contenidas durante décadas soltaron amarras. Las escenas teatralizadas con figurantes se admiten como parte necesaria de ese sutil punto de encuentro entre ficción y realidad.
La próxima entrega se dedica a los fusilamientos de Txiki y Otaegi el 27 de setiembre de 1975, “la noche más larga” según el verso de Aute. ¿Son un secreto los nombres de los policías y guardias civiles que, voluntariamente, formaron parte de los piquetes de ejecución? Alguien debería escribir su asquerosa historia, exenta de ficción que adorne la vileza.
Amén.
Programas de estas características, basados en hechos reales, nutren de conocimientos a la población, especialmente a los jóvenes, para que cada quien saque sus propias conclusiones…y no “OCULTAR”, como pretenden los descendientes de los dictadores, las REALIDADES HISTÓRICAS”…especialmente aquellos hechos que deben conocerse para que no vuelvan a ocurrir.
ZORIONAK pues a “Vamos a hacer historia” …y no decaigáis porque hay mucho que dar a conocer.
Steve Mcqueen no es cazado a tiros en la Gran Evasión. Se queda atrapado en la alambrada con la moto y lo devuelven al campo.
Programas necesarios todos ellos. Todo eso debe contarse. Y tengo entendido que se está trabajando en una serie o documental o similar sobre lo de Altsasu.
Idem. Es bueno y necesario.
Me parecerá absurdo que alguien trate de deslegitimar cualquiera de estas series o documentales apelando a que no recogen otros crímenes u otras violencias.
Pues no….estos cuentan lo que eligen contar y es bueno que lo hagan y se vea y sin tratar de poner paños calientes tratando de desviar el foco a otro lado.
Todo debe ser contado.
A Paredes Manot le iban a fusilar los militares pero la guardiacivil franquista presionó para «hacerse cargo» de la hazaña, según cuenta su abogada Magda Oranich quien acompañó a Txiki en sus últimas horas y presenció la terrorífica ejecución.
Diez guardiaciviles franquistas que dispararon sólo una bala cada uno para alargar el terrible sufrimiento de Txiki y fueron ratificados explendidamente por su «trabajo»
Uno de los guardiaciviles franquistas le remató con un tifo en la nuca.
Los guardiaciviles del pelotón se mofaban de los familiares y testigos, entre ellos Oranich.
En 2020 en España esto sigue siendo tabú.
La verdad es tabú.
PATRIA es el único relato aceptable.
Para que nos demos cuenta de los «angeles» que dicen son nuestro apoyo y ayuda,despues de lo que fueron capaces de hacer en la guerra y despues de ella durante 50 años ,pueden ser nuestros ejecutores.
Salvo que sea la serie patria que eso carece del más mínimo rigor histórico.
Una cuestión sobre la fuga de ese penal. Aparte de que conocí a un preso nacionalista, que no se fugó, pues pensaba tanto él como los que se quedaron que la fuga era imposible, hace muchos años y como tal me refiero a cuando el Deia tenía poca vida, es decir a finales de los setenta o principios de los ochenta, publicó un reportaje sobre esta fuga y creo y sin querer extenderme, que lo relató muy bien. Lo digo por si en alguien de la hemeroteca, lo pueden rescatar.
También ese conocido difería sobre los perseguidores, pues según él, no eran, principalmente soldados, estaban en el frente, sino muchos eran vecinos de los pueblos de los alrededores. Si bien este punto no lo puedo concretar.
La serie, me parece muy buena y sobre todo para las nuevas generaciones como alguien ha apuntado.
Toda la verdad debe ser contada y, en este orden, no estaría mal dedicar un capítulo a los fusilados en Donostia en el otoño del 36.
Yo soy hijo de uno de ellos, tenía entonces 9 meses de vida y hoy, con 84 y en el exilio, sigo esperando verdad y justicia y también que me sean entregados los restos de mi aita para poder honrarlos y luego morir en paz.
Tú verdad, Xabier, es una de tantas que siguen pendientes. Que al menos el relato de aquello que ocurrió se sepa. Hay muchas historias sin contar. Menos “Patria” embustera y más verdad.
Pues…como los de la otra trinchera…tú tampoco quiere leer ni oir toda la verdad. La que te resulta incómoda o te escuece (vaya usted a saber por qué) la rechazas y descalificas.