Historia de una traición

ristomejidemediaset

¿Qué has hecho, Risto? ¿Cómo has podido vender tu talento a Vasile con un contrato de larga duración con Mediaset? De repente, te vienes abajo, te traicionas, te niegas a ti mismo y cuanto decías de grande y escribiste en tus libros, tan auténtico, se derrumba con una firma ignominiosa. Telecinco representa todo lo que has abominado, ya lo sabes: la bajeza, la mediocridad, el país de los trileros y la basura de la apariencia, lo peor de las personas emitido a millones de hogares para que no levanten el alma ni la cabeza, para humillarlos. No te entiendo, la verdad. Ni siquiera me lo creo y pienso que quizás esta compraventa sea una ironía de las tuyas, alguna campaña de denuncia. Regresas al pasado. ¿Por dinero? Es un motivo legítimo, Risto, no lo discuto; pero un motivo no es una razón, pues la razón es una categoría intelectual.

Cuando empezaste en la tele, hace justo diez años, según cuentas en tu último libro, X, “mi vida cambió, y lo hizo para siempre”. Te arrepentiste de aquel papelón cruel e impostado, lo has reconocido. Y aún así, vuelves en otoño como jurado a Got Talent. No serás el mismo, de acuerdo, pero te reinstalas, por vil contrato, en una plataforma que tenías superada. Actualizar el pasado es la peor de las aventuras. Fuiste el mejor en Viajando con Chester y después yendo Al rincón de pensar, con inolvidables diálogos. ¡Cuánto te admiraba, Risto! Los de la publi nos sentíamos orgullosos de que uno de los nuestros llegara tan alto. Eres un animal de la tele y deberías estar pensando en subir a un magazine denso y creativo como los de Jay Leno, Conan O’Brien o la gran Oprah Winfrey, a tu nivel. Y vas y te traicionas, transitando de transgresor a asimilado, quizás porque, como escribes sin recato, “la coherencia y la consistencia están sobrevaloradas”.

No tiene sentido Risto en las cloacas. Antes de que te suicides, veremos desde el 5 de agosto, un día en mi corazón, las Olimpiadas de Río, acontecimiento que por sí mismo justifica la tele. ¡Ay, Mejide!: peor que darse por vencido es darse por satisfecho.

Héroes, queremos héroes.

En Onda Vasca hablamos de la TV

 4 agosto 2016

 

1.A debate

Olimpiadas de Río: comienza el mayor espectáculo del mundo y de la tele

Mañana comienza uno de esos acontecimientos que justifican la existencia de la televisión: las Olimpiadas, donde reúne, cada cuatro años, lo más simbólico del ser humano. Es verdad que estas olimpiadas están marcadas por las circunstancias. En primer lugar, la situación política de Brasil no augura nada bueno. La presidenta Dilma Rousseff, que puede ser destituida, quizás tenga la tentación de manipular las olimpiadas como apoyo de sí misma. El segundo lugar, la crisis del olimpismo, marcado por el escándalo del dopaje, que en esta ocasión deja fuera a los atletas rusos y nos llena de sospechas sobre la naturaleza del deporte de élite. Y en tercer lugar, la seguridad pública con la amenaza del terrorismo. ¿Qué mejor escaparate que un acontecimiento universal, que seguirán dos mil millones de personas (quizás puede ser hasta cuatro mil millones) para cometer un atentado? Si sucedió otras veces, también puede ocurrir ahora.

Aún así, y desde el punto de vista del espectáculo televisivo, hay varios aspectos de las olimpiadas que son únicos. Primero, la ceremonia de inauguración, que es un espectáculo en sí mismo. Se trata de mejorar la vistosidad y la estética de la que vimos en Londres, que fue la mejor ceremonia inaugural jamás vista. ¿La superarán? Segundo, está la configuración de los nuevos héroes. Buscamos héroes. Nos gustan los héroes. Y de estas Olimpiadas surgirán nuevos héroes, de cualquier país, que no necesariamente serán los que más medallas consigan, sino que aquellos que demuestren un sobresfuerzo, una actitud sacrificada frente a la adversidad, un momento de gloria por un triunfo inesperado. Es de lo mejor de las Olimpiadas. Y tercero, el empacho simbólico. Va a ser la mayor exhibición simbólica que se haya visto en toda la historia de la humanidad. Nunca veremos más banderas juntas de más países. Un país se juega su autoestima en las olimpiadas. Unos, para demostrar su superioridad. Otros, para que se sepa que existen. Es la oportunidad de los países pobres para reivindicarse con sus días de gloria. Es la mayor concentración nacionalista que pueda existir. Y no solo de los países. También de las grandes marcas de consumo: Cocacola, Nike, Samsung, Procter&Gamble, VISA y otros se la juegan en este evento, porque también estas marcas compiten por la supremacía mundial. Para lo que invierten miles de millones. Es la mayor operación de marketing de la historia.

Las olimpiadas tienen sus grandes momentos, que son las finales de las pruebas atléticas, carreras, saltos y lanzamientos. Son el momento cumbre. Será entre el 5 y el 21 de agosto. Y después, del 7 al 18 de septiembre vendrán los Paralímpicos, que son fabulosos como representación de la superación humana.

Así que será un agosto maravillosamente televisivo. Para este gran acontecimiento se inventó realmente la televisión.

 

  1. Impacto

El amor y la política están reñidos

Hay un programa diario en Cuatro llamado First Dates, Primeras Citas, del que ya hemos hablado otras veces. Algo así como un divertido juego de citas a ciegas, con mayor o menor teatralización, que quiere provocar la constitución de parejas, todo ello animado por nuestro Carlos Sobera. Funciona bien, con una audiencia en torno al millón de espectadores. El pasado martes se produjo una escena muy singular. Una pareja, que podría tener su afinidad, truncó su cita por una cuestión política, algo que raramente suele surgir. Ella, un poco derechona, advirtió al chico que no le gustaba Podemos. Y resultó que Facundo, el joven gallego, era colateralmente de Podemos, de Mareas. Y ahí se acabó la cita. Fue divertido. Un momentazo de la tele

 

  1. Audiencias. Lo que nos gusta y lo que no

Julio, el peor mes para la tele

Las audiencias del mes de julio no han ofrecido grandes novedades. Por un lado, Telecinco sigue siendo líder, con el 14,7%, seguido por Antena 3, que baja, al 12,1%. La única novedad que observamos es que Cuatro adelanta a la Sexta.

Son llamativos algunos datos. Por ejemplo, el consumo de televisión que, en verano, es el peor. Si en enero, por ejemplo, la media de consumo por persona y día es de 255 minutos, es decir, cuatro horas y cuarto, en julio el consumo ha bajado a 202 minutos, que son 3 horas y 22 minutos, lo cual es lógico. Si este año no hubiera Olimpiadas, en agosto hubiera caído por debajo de las tres horas diarias, lo cual es muy saludable.

Llama también la atención dos datos: hay dos millones de personas que no ven nunca jamás la tele. Pueden ser bebés, personas muy mayores y otro tipo de personas. Creo que les debemos un recuerdo. Y un segundo datos: aproximadamente 14,5 millones de ciudadanos en el Estado casi no ven la tele. Estos son los más interesantes, porque son no-espectadores activos. Deberíamos saber les induce al rechazo.

El programa más visto en julio fue la prórroga de la final de la Eurocopa entre Portugal y Francia, que tuvo una audiencia media de 9.824.000 espectadores, aproximadamente el 57,1%.

El anuncio más visto ha sido uno de MacDo‘Mc.Donald’s’ durante la retrasmisión de la final Eurocopa. Y la campaña más vista, en su conjunto, ha sido la de Trivago.

En cuanto a ETB, sube un poco, al 7%, en ETB”. Y pega un fuerte estirón, al 2,4% en ETB1, merced sobre todo a las retransmisiones del Tour de Francia y otras pruebas deportivas, como las regatas.

 

  1. La buena publi

Mista y las letras de las canciones

¿Qué clase de producto es Mista? ¿Es una marca de cerveza? ¿A qué sabe cuando dice, en su eslogan, “Sabe a Mista”? Con estas incógnitas y con su singularidad, esta marca hace unas campañas de publicidad muy creativas y muy locas.

La última campaña es un cachondeo irónico sobre las letras de las canciones, sobre todo de algunas canciones. Y con esta idea, pone en boca de determinados protagonistas lo que dicen algunas canciones, que suenan ridículas y absurdas, señalando que nunca dirías durante el día lo que dices por la noche. Así Mista quiere señalar que es un tipo de cerveza para tomar durante la noche en las fiestas, porque, al igual que algunas letras de canciones suenan raro durante el día, también Mista es solo para la noche y la fiesta.

Es una campaña genial, que solo puede hacerte reír y te invita a probar este divertido producto.

 

  1. Qué ver este fin de semana

Tres propuestas para el fin de semana

– Ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Río. Será en la primera cadena de TVE, a partir de la 1 de la noche del viernes al sábado. Quiero advertir que el seguimiento de los Juegos va alterar sus costumbres de sueño, porque la mayor parte de las retransmisiones en directo serán durante la franja de las diez de la noche a las cuatro de la madrugada, dado el desfase horario con Brasil. Además de las emisiones de la 1 de TVE, su canal temático Teledeporte tendrá una emisión continua con las pruebas en directo.

También el sábado, una gran película hispanoargentina: Séptimo. Está protagonizada por el gran Ricardo Darín, el mejor actor de habla española, y Belén Rueda. Es un thriller en torno al secuestro de los dos hijos del matrimonio, ya separado, que forman los personajes de Darin y Rueda, con un desenlace sorprendente. Excelente. Es el sábado, a las 22.00 horas en Telecinco.

Serie “La Casa de mi Padre”, en ETB, sábado noche. Es una historia, bien producida, ambientada en los años Cincuenta, bajo los efectos de la posguerra y la división de las dos Euskadis: la que apoyaba a Franco y los rebeldes vascos. Puede ser parecida a lo que en sobremesa ha sido “Amar en tiempo rebeldes” y un poco también como “Cuéntame”. En realidad, es la vieja historia de Romeo y Julieta, un chico y una chica que se enamoran, pero que tienen la mala fortuna de pertenecer a familias rivales, que se odian, por cuestiones políticas y de negocios. Ese es el drama, con el telón de fondo del surgimiento de la respuesta política y social contra el franquismo y sus normas liberticidas.

¡Hasta el próximo jueves!

Hacía las cosas tan bien, tan bien que hacía excepciones

 

Mario Fernández

“Hacía las cosas tan bien, tan bien que hacía excepciones”. Les regalo este lema a los ejecutivos, líderes y gestores para que lo hagan suyo en sus quehaceres y tengan en cuenta que el rigor y la coherencia, siendo importantes, tienen determinadas y justificadas particularidades, que se escapan de la norma y de las que se deducen decisiones diferentes. De hecho, creo que en la práctica toda organización racional comprende y asume la excepción como regla, al igual que la aritmética. Las excepciones, cuando son auténticas, no son deseables, pero sí ineludibles. Todos practicamos la excepción y amamos su singularidad y no por eso nos sentimos cínicos o arbitrarios. Vivimos la realidad, que es compleja; incluso, a veces, dramática.

Todo iba bien en la BBK. Era de las pocas cajas de ahorros, junto con las otras dos vascas, que conservaba su identidad y gracias a su excelente gestión y solvencia de siempre no había sido engullida por el poder bancario privado dentro de aquella macro operación de inteligencia financiera y desprestigio público desatada con furia y rapidez en el Estado español, que habrá que analizar algún día como uno de los sucesos más vergonzantes y engañosos de los que hemos tenido noticia y que culminó con la destrucción controlada de las cajas. Porque no todo fue responsabilidad de los políticos: los Rato, Blesa y demás salteadores, presuntos y consuntos, solo fueron peones de una estrategia elaborada y sistemática de derrumbamiento, asimilación y muerte de las cajas, que controlaban la mitad de los recursos del sistema financiero. La sucesión del presidente Mario Fernández, que dejaba la entidad en la mejor disposición de futuro, sacó a la luz una excepción de las que hablamos que, políticamente trastocada y mediáticamente enrarecida, ha llevado el asunto antes quienes peor entienden las circunstancias, los jueces, más aún cuando se ponen solemnes con todo el peso y el luto de la toga.

Fernández dio cobertura profesional a Mikel Cabieces, que había salido de la delegación del Gobierno para reintegrarse a la vida ordinaria. Se cumplió, sin más, la excepción de dar acomodo laboral a alguien, como en cientos de casos anteriores y posteriores, venía de la excepción del riesgo terrorista y el señalamiento político, marcado por la actividad criminal de ETA, que dificultaba objetivamente una inserción normal en el mercado de trabajo. La excepción era el mismo Cabieces y su experiencia en la peor trinchera. Las situaciones no solo no eran fáciles y perfectas, ya lo creo, luego tampoco lo eran las soluciones adoptables. ¡Que levante la mano quien no se haya salido de la norma estricta para corregir problemas de especial crudeza! Da un poco vergüenza el silencio de la clase dirigente en defensa de los imputados.

La “ley no escrita”

Se me hace extraño escribir en estos términos, lo confieso. Soy contrario a los privilegios, por su injusticia y ligereza, sean políticos, económicos o de clase. Tengo particular tendencia a valorar el heroísmo de las personas que se enfrentan cada día a esfuerzos increíbles de supervivencia y entrega desinteresada y solitaria a sus familiares y amigos. Hay mucha gente sacrificada que no percibe ayuda alguna. Lo sé. Por eso, puede parecer antiestético defender la compensación privilegiada a Mikel Cabieces por parte de la caja en forma de contrato a través de un bufete de abogados. Y dejo aparte, porque no es sustancial, el importe mensual del estipendio. No tengo por qué dudar de que Cabieces hacía su trabajo de asesoramiento de forma competente, lo mismo que obtuvo ese contrato por ser quién era y en razón de haber ostentado un cargo político, sensible en materia de seguridad.

Más antiestético y rechazable es que se levanten hogueras para el ex presidente de la caja y el antiguo delegado del Gobierno central por una solución excepcional que era el exponente para casos similares y se venía practicando con necesaria discreción para otros políticos laboralmente abrasados y personalmente sacrificados. A alguien, muy imprudente, en un momento en que la banca española había entrado en su rescate público, se le ocurrió la infeliz idea de impugnar una “ley no escrita”, ese tipo de acuerdos tácitos que, sin respaldo legal pero tampoco necesariamente contraria a la legalidad, resolvían hechos complejos a los que la sociedad y sus dirigentes no supieron, quisieron o pudieron ofrecer otra medida, porque les sobrepasaba o convenía.

¿Por qué no se articuló, mediante norma concreta, las opciones compensatorias en materia de empleo para los políticos tras su salida de los puestos sensibles? ¿No eran suficientes las cesantías y otras retribuciones especiales? Más aún, según piensan muchos ciudadanos, ¿no entraban dentro del alto salario las dificultades de carácter individual y profesional derivadas del ejercicio del cargo público, voluntariamente aceptado? Este es el debate social, a veces, hipócrita y demagógico. Durante estos años se han cometido muchas injusticias y seguramente se ha producido un exceso de privilegios so capa de la lucha antiterrorista. Bien lo sabemos en Euskadi.

Aún así, el caso Fernández-Cabieces, también para Kutxabank, está teniendo un desarrollo judicial y mediático muy injusto, precisamente porque se ha descontextualizado su excepcionalidad y se está criminalizando a quien, como el ex lehendakari, ha tenido una conducta ejemplar, hasta el punto de pagar de su bolsillo las retribuciones del político socialista, sin obligación de hacerlo, con esa dignidad inherente a los líderes que están por encima de las miserias ocultas del poder y los egoísmos corporativos. Es doloroso asistir a un linchamiento tan injustificado y de consecuencias morales, y quizás penales, por hacer lo correcto, que es lo contrario de lo políticamente correcto.

Los juicios tardíos

Quizás algunos, tan exquisitos en sus modales como incompetentes, hubieran preferido no hacer nada. Es lo más fácil y lo más estúpido. Pero hay que situarse en aquellos años y sus circunstancias trágicas. Porque esa es la cuestión. Ahora, como ha llegado una nueva política, la de Podemos, que cree haber inventado la democracia y se reviste de angelical inocencia, todo lo anterior hay que revocarlo. Y lo que es peor, desacreditar a sus autores. No hay nada más caduco que los juicios tardíos, después de que los conflictos han desaparecido y llegan los puristas a proclamar su doctrina inmaculada y preconcebida, la del viejo principio de cogérsela con papel de fumar. Pero “hay que tomar partido hasta mancharse”, escribió Gabriel Celaya en inolvidables versos. 

El purismo, aplicado a cualquier actividad humana, es una desgracia intelectual. Es el sustrato del fanatismo, la de quienes creen en la pureza de su interpretación de la historia y el pensamiento. El purismo mató a mucha gente en Euskadi. Y causó un sinfín de inútiles desgarros en todas las corrientes políticas. En lo social, el purismo tiene su versión en la afirmación franquista de que la totalidad de los políticos son unos canallas y la política, una ciénaga. Ese rigor intransigente, falaz casi siempre, que no concede treguas ni admite valoraciones complejas y completas, es el que está detrás de las acusaciones contra Mario Fernández. Un juicio tardío, de talibanes, contra quien hizo excepciones por hacer las cosas bien.

 

Tres cosas hay

sergiomartin

Tres cosas hay en la vida de España que son imposibles: el pacto educativo, la dignidad de la memoria histórica y el pluralismo de RTVE. Es decir, futuro, pasado y presente, y mientras siga renunciando a la grandeza de los acuerdos primordiales está condenada a vagar por la realidad con toda su mediocridad a cuestas. Metido de lleno en su papel de oposición, el PSOE ha presentado las primeras iniciativas legislativas, entre ellas una proposición de ley para “recuperar la independencia de la Corporación RTVE y el pluralismo en la elección parlamentaria de sus órganos”. Por su penosa trayectoria los socialistas carecen de autoridad moral para reclamar heterogeneidad informativa y fueron ellos los causantes del descapitalización financiera -y a la postre estructural- del Ente estatal en 2010 con la retirada de la publicidad, valorada en más de 500 millones de euros, regalo de Zapatero a las cadenas privadas para que le mimaran en su precipitada decadencia. Aquel irresponsable lo arruinó todo.

¿Qué va a ocurrir con RTVE en el vigente guirigay? Probablemente, será una de las monedas de cambio de Rajoy con Rivera. Saldrá una TVE azul con un poco de naranja, mezcla de la que resulta un tono pardo, casi negro. No habrá cambio más allá de lo cosmético y aparente. ¿Mantendrán a Sergio Martín, conductor de La noche en 24 horas, ese chico con cara de empollón y gafas mal ajustadas, auténtico sectario? Temo que le consoliden, aún después de protagonizar uno de los episodios más humillantes de la tele, cuando espetó a Pablo Iglesias el comentario brutal de “esta semana está usted de enhorabuena” tras la conocerse la liberación de los presos de ETA Potros y Plazaola por orden europea. O su reciente patinazo con los sucesos de Turquía. Desde Alfredo Urdaci nadie había degradado tanto la televisión pública.

Son tiempos de desesperanza. El mundo retrocede y la tele -demagógica e imposible- es la ventana por la que se asoma con sus trampas de corazón. Sus dueños ya saben que quien gobierne las emociones gobernará las naciones.

Tus defectos son mis excesos

pausa

Si lo contario de defecto es exceso, seamos excesivos. Este debe ser el lema, anti aristotélico, de las cadenas privadas de televisión a propósito de las limitaciones que la Ley General de Comunicación Audiovisual, uno de los bodrios heredados de Zapatero, determina sobre publicidad. En los últimos años, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la CNMC, competente (es un decir) en este tema ha multado en varias ocasiones al grupo Telecinco y algunas menos a la corporación de Antena 3 por exceder los doce minutos de anuncios por hora de emisión. Y las infracciones se siguen produciendo, lo que indica que los canales comerciales ganan más infringiendo la norma, pues los ingresos extra son superiores a las penalizaciones impuestas. Es como cuando a las industrias químicas les salía más barata la multa que el beneficio obtenido por la contaminación de tierras y ríos. La democracia burlada por el poder del dinero.

Las multas superan los dos millones de euros. ¿Y las han abonado? Parece que solo una pequeña parte y seguramente en especie, es decir, en forma de aumento de inserciones de las campañas institucionales. Esta es la corrupción que tiene montada el Gobierno central con las televisiones privadas, un cambalache pícaro y secreto que demuestra el fracaso de la ley y la conexión mafiosa entre los poderes político y mediático a alto nivel. En la época en que los partidos y los líderes se tambalean, la tele sale al rescate y hace lo posible para minimizar el desgaste de las autoridades, eso sí, a cambio de un estipendio: más anuncios y una interpretación laxa de las reglas. Y la vida sigue “como siguen las cosas que no tienen mucho sentido”, según canta Sabina.

Soportar más anuncios no es el problema, porque la capacidad de asimilación y defecación de mensajes de un ser humano es inagotable. La publi es anecdótica en nuestro espacio de sueños. Lo esencial es el equilibrio entre lo público y lo privado en comunicación social, que es muy desigual. Tus defectos son mis excesos, le dice la tele al político.