¡Alarmados!

(La Tele en Onda Vasca, 13 octubre)

 

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1.El tema de hoy

La bola del ébola

Ha sido una semana de susto. Del susto de la política y de la alarma sanitaria, una más. Los espacios informativos han subido un 40% sus audiencias a propósito del virus del ébola. España tiene el dudoso mérito de ser el primer país del mundo en producir un contagio del virus del ébola fuera del continente africano, con lo que entrábamos en una alrma sanitaria de alcance continental, porque el caso de la enfermera Teresa podría haberse extendido en su ámbito de relación familiar, social y profesional. Una auténtica alarma.

Pero al margen del problema sanitario en sí, lo que hemos tenido -y aún se mantiene- es una situación de pánico, por los efectos de una pésima gestión informativa por parte de las autoridades del Gobierno español que, por su incompetencia e irresponsabilidad han provocad, además de un caos hospitalario, una verdadera situación de incertidumbre. ¿Dónde estuvieron los fallos? En la percepción por parte de los ciudadanos de que ni la Ministra Mato (¡un nombre perfecto para una administradora de nuestra salud!) ni su equipo sabían lo que estaba pasando, cómo se había producido el contagio, si la situación estaba bajo control y si se tenían los medios para controlar el problema. La comparecencia de la ministra Mato fue patética, con unas lagunas comunicativas tremendas y una falta de liderazgo tremendo.

A renglón seguido, se produjeron las declaraciones del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que de forma inmisericorde cargó las responsabilidades sobre los fallos del protocolo de prevención en la enfermera Teresa Romero, que mientras se decía esto contra ella luchaba por salvar su vida. Estas declaraciones increíbles llevaron el miércoles al punto máximo de la indignación social y la incertidumbre. Hay que ser muy miserable para señalar a la enfermera como cabeza de turco de una gestión caótica de la sanidad madrileña.

¿Estamos ante un problema de comunicación? Yo creo que solo en parte. Lo que ha fallado es el proyecto de gestión, en tanto que la mala comunicación solo es el síntoma de este fracaso esencial. La comunicación no es la solución: es la vacuna que permite a la gestión tener una base de credibilidad y unas estrategias para explicar la gestión y tener instrumentos cuando aparece algún problema o imprevisto. Es como en las parejas mal avenidas: se dice que falla la comunicación, cuando lo que falla es el amor. Y la comunicación no resuelve esa carencia.

Ahora se pretende resolver el fiasco con un Gabinete de crisis presidido por la vicepresidenta del Gobierno del Estado, Soraya Sáenz de Santamaría. Hay toda una técnica de para qué y cómo deben funcionar estos gabinetes de crisis; pero cuando la comunicación es una caos, los gabinetes solo sirven para hacer un balance de daños y dar una imagen falsa de control. Son reuniones desesperadas de expertos diferidos. Y lo que me temo es que Gabinete sea un censor de la verdad y un escaparate ficticio para engañar a la sociedad sobre la gravedad de la alarma sanitaria.

La bola del ébola ya está en marcha e irá creciendo. Sólo parará cuando el virus esté bajo control y la sanidad pública tenga los medios y la formación necesaria para resolver la situación. Y, por supuesto, se diga toda la verdad.


 

http://www.youtube.com/watch?v=XgQrbQmExv8http://www.youtube.com/watch?v=XgQrbQmExv8

2. El minuto de oro

Argiñano, la verdad directa

A veces, la verdad en la tele no se dice en los espacios informativos, sino en los programas de cocina. En este punto, Karlos Argiñano, que reina en las mediodías de Antena 3, suele ser una caja de sorpresas: lo mismo te cuenta un chiste más o menos subido de tono, que se mete en harina de la política. Su intervención la pasada semana sobre el escandalazo de las tarjetas de Caja Madrid/Bankia resume perfectamente el sentimiento de indignación de la sociedad respecto de algunos dirigentes políticos, empresariales y sindicales. La verdad dicha con gracia y sin pretensiones resulta más impactante que dicha de otra manera. Esa es la fuerza de Argiñano, un cocinero que, entre recete y receta, te añade el ingrediente de la verdad. Cruda.


 

3. La liga de la tele

Exitazo de «Los viernes al show», en Antena 3: El programa presentado por Manel Fuentes y Arturo Valls el viernes pasado tuvo un estreno sin precedentes, con un 18.3% y 3.029.000 espectadores, superando a Sálvame Deluxe, que hasta ahora era imbatible, al que iguala, con un 20.3% y 2.452.000 espectadores, es decir, más cuota de pantalla, pero menos número de espectadores. A muchas personas a esas horas de la noche y ese día, los viernes, les apetece más un poco de espectáculo, y no tanto chismorreo.

– Gran Hermano no cede. Decíamos el otro día que las audiencias de GH empezaban a declinar y que el programa agotado. Pues parece que no, que tiene cuerda para rato. El pasado jueves volvió a subir, con un 18,1% y 3.372.000 espectadores de media, a poca distancia del líder de la noche, que es Aguila Roja”, en TVE, con un 20,7% y 3.846.000 espectadores.


 

4. Superanuncio

Un enfoque original

Sobre prevención y sensibilización sobre accidentes de tráfico hemos visto muchas campañas, algunas de ellas muy impactantes. Lo que no habíamos visto hasta ahora es un enfoque tan original como el de este anuncios, que pone el foco de la responsabilidad no en quien conduce, sino en quienes pueden provocar, indirectamente, un siniestro, y no con mala intención. Este anuncios se refiere a los llamados accidentes in itinere, es decir, aquellos que se producen camino o de vuelta del y trabajo que son, dicho sea de paso, los más numerosos entre los accidentes de trabajo (el 70%). Lo que nos sugiere en este anuncio es que la familia o los jefes de un trabajador no llamen a sus maridos o mujeres o a sus empleados, cuando saben que están conduciendo de vuelta a casa después del trabajo. El enfoque del anuncio es diferente y muy pertinente: no molestar cuando se está de vuelta, no trabajar más horas… Excelente.


 

5. Noticias de la tele

– Estreno de ‘Atrápame si puedes’, en ETB2. Hoy ha comenzado un nuevo programa en ETBA2, en la franja de las dos y media de la tarde, hasta el comienzo del Teleberri. Se trata de un concurso diario, de lunes a viernes, presentado por Patxi Alonso, con premios de mil euros. Es el típico programa de presuntas y respuestas, como el trivial. Un espacio de ocio para toda la familia, con mucho tirón entre los jóvenes y alternativo a Los Simpson.

– Nuevo presidente de RTVE. Esta semana elegirán, si Dios no lo remedia, a José Antonio Sánchez como presidente de la radiotelevisión pública española, contra la opinión unánime de todos los partidos, excepto el PP. Sánchez tiene un historial que da miedo: fue director el Ente público entre 2002 y 2004, los peores años del Aznarato, y hasta ahora estaba al frente de Telemadrid, la televisión más sectaria del Estado. Se trata de un pésimo gestor, que impulsó un ERE salvaje en la radiotelevisión pública madrileña que pretendía reducir al mínimo su plantilla. Es el candidato que la patronal de las televisiones privadas hubiera colocado al frente de RTVE para perjudicar el modelo público.

 

 

 

 

 

 

 

 

En busca de la calle perdida

(La Tele en Onda Vasca, 6 octubre)

Urkullu enacara1.El tema de hoy

Falso: el medio no es el mensaje

El debate de estos días en los medios de comunicación es la nueva estrategia de los dirigentes políticos para recuperar la calle, motivo por el cual se habrían lanzado a hacer cosas tan raras como participar en los programas de telebasura y mostrar un talante populista. El caso emblemático es el de Pedro Sánchez y su llamada a “Sálvame”, que ya comentamos la pasada semana aquí.

También se ha hablado mucho, en este contexto, de la actitud del lehendakari Urkullu, que por segunda vez se ha encarado directamente con manifestantes que protestaban contra actuaciones del Gobierno Vasco. En este caso concreto, mi opinión es que el lehendakari no comete un error, ni pretende ser más directo con estos gestos, que básicamente son naturales, aunque impulsivos. Su error no es ese, sino dirigirse de forma algo crispada. Estaría bien si se encarara con los sindicalistas de forma serena, dialogante, con contención, pero sin gestos excesivos y sin aspavientos. Levantar las manos en esa circunstancia es inconveniente, porque proyecta un cierto tic autoritario, innecesario en alguien tan templado como Urkullu.

En general, creo que el diagnóstico de que la clase dirigente busca ganar la calle es superficial. No está ocurriendo tal cosa. Lo que sí está ocurriendo es que tanto los líderes políticos (como de otras organizaciones y empresas) están seriamente despistados sobre cuál debe ser su proyecto en relación con la sociedad. Sienten el rechazo de la gente y no saben cómo gestionar ese desafecto. Y entonces es cuando dejan en manos de comunicadores inexpertos y muy poco preparados las estrategias de comunicación. Y de ahí lo de “Sálvame” y otras tonterías.

¿Qué deben hacer entonces? En mi opinión, hacer un diagnostico correcto. La clase política no tiene un problema de comunicación. En realidad tiene un problema de mensaje. No es lo mismo comunicación que mensaje. La comunicación es el proceso de transmisión, la codificación de su contenido, las arterias por las que fluye; mientras que el mensaje es el alma, la esencia, la verdad que hay que dar a conocer. El problema es que la política no tiene mensaje capaz de ser creído. No es la forma, es el fondo el que falla. Quien no es capaz de elaborar un mensaje convincente para la comunidad no le salva la mejor comunicación del mundo.

Los nuevos jefes de comunicación de los políticos creen todavía en MacLuhan y el mito de que “el medio es el mensaje”. Eso ya no vale. Eso ocurría en las décadas pre-internet. No vale para la época digital, que democratiza la comunicación. Y confunden medio y mensaje. No se enteran. El modelo a seguir es el “modelo Azkuna”, que consiste en definir el mensaje, añadir emoción, tener cierto atrevimiento, no atarse con demasiadas reglas, liberar la verdad, no temer a la gente y aceptar su sencilla e incómoda interpelación. Así se gana la calle y hasta el respeto de los oponentes. Pero para eso hay que decir la verdad.


2. El minuto de oro

Boyer deja viuda a Preysler

La muerte del exministro socialista Miguel Boyer es mucho más que una noticia luctuosa. Es el fin de una época: la beautiful people, que es la versión hispana de la gauche divine francesa, la izquierda culta y exquisita, pero de gustos y vida burguesa. Miguel Boyer es un personaje muy cinematográfico, que tuvo un inmenso poder en la España de los ochenta y autor de una genialidad romántica: dejar su familia y su cargo por amor. Y parece que fue un gran amor de verdad. Es digno de admiración solo por eso. Y sin embargo, la expropiación de Rumasa (justa pero mal gestionada y peor liquidada) le dejó una estela de fracaso. Creo que, en cierta forma, muchos veían a Miguel Boyer como un personaje algo patético, de otra época, muy inteligente y valeroso, pero vulnerable. Su muerte deja a Isabel Preysler como la viuda de España, lo que refuerza su leyenda de mujer fatal. Un chollo informativo para la tele.


3. La liga de la tele

– ‘laSexta noche’: récord histórico. El pasado sábado, el programa de debate que modera Iñaki López alcanzó su máximo histórico, con un 16,2% y 2.015.000 espectadores. Este dato tiene mucho que ver con la presencia de Pablo Iglesias, líder de Podemos, que tuvo su noche de gloria con un enfrentamiento constante con el periodista Eduardo Inda, que se empeña en ser el mejor propagandista de Iglesias, con una actitud agresiva e irrespetuoso con lo que consigue es reforzar y dar mayor sentido al discurso de Podemos. Una cosa es oponerse a unas determinadas ideas y otra hacer el ridículo. Inda se lo tiene que hacer mirar.

– Robin Food, una semana moderada. El programa de cocina de David de Jorge ha tenido una primera semana moderada, pero no mala para empezar. Su media de audiencia es de algo más del 11%, con una cifra de espectadores en torno a 1.200.000 espectadores. Esto son sus números:

Lunes: 12% y 1.459.000 espectadores
Martes: 11.3% y 1.320.000 espectadores
Miércoles: 11.8% y 1.338.000 espectadores
Jueves: 11.4% y 1.256.000 espectadores
Viernes: 11% y 1.176.000 espectadores

La cuestión es que el objetivo es ganar la franja de mediodía (el Access antes de los mediodías), en el que sigue líder absoluto Los Simpson, en Antena 3, con el 14%, seguido a corta distancia por Corazón, de TVE, con una media del 13%.
Difícil papeleta nuestro chef.


4. Superanuncio

https://www.youtube.com/watch?v=jk-8c8qFe0Y

La publicidad inane: la realidad es más fuerte

La publicidad trata de vender y posicionar marcas; pero tiene también una función de sensibilización social, sobre muy diferentes causas, que ha aportado enormes beneficios a la comunidad democrática. No se entiende la causa del SIDA sin las campañas preventivas hechas con anuncios impactantes. Pero hay veces en que la publicidad en el ámbito de la sensibilización pública fracasa, y no porque no lo intente o carezca de argumentos. La mejor publicidad del mundo fracasa ante la realidad. Es el caso de las campañas contra la piratería en internet. Se hacen magníficos anuncios por esta causa y todos son perfectamente inútiles. El último, el de Antena 3, es magnífico en imágenes y argumentario; pero choca contra una realidad absoluta: millones de personas no perciben las descargas de música, libros y películas como una infracción ética. No hay campaña capaz de cambiar este criterio. Bonito pero inútil anuncio.


5. Noticias de la tele

– Vuelve Evole. La próxima semana, vuelve “la conciencia de la indignación”, como se ha denominado a Jordi Évole y su programa Salvados. Es un programa imprescindible, porque sus entrevistas destripan la realidad política del Estado y ponen en evidencia la mediocridad institucional y los fiascos de la corrupción y la baja calidad democrática de un país que, a lo más, quiere volver a la situación anterior a la crisis, en vez de regenerarse. Será el domingo que viene.

– La Pantoja busca un medio para evitar la cárcel. Isabel Pantoja, la tonadillera de España, busca desesperadamente recaudar algo más de un millón de euros que tiene que pagar por la sentencia de blanqueo de capitales de Marbella. Su estrategia consiste en buscar un medio (a ser posible Telecinco) que le pague al menos 300.000 euros y le permita ganar tiempo y evitar ir a prisión. Incluso puede estar detrás de una campaña de captación de dinero al más puro estilo Lola Flores. Es la comidilla de las tertulias de la telebasura. ¿Será Ana Rosa quien le eche un cable?

 

 

 

 

 

 

MacLuhan ha muerto: el medio no es el mensaje

Urkullu enacaraDice la prensa que los políticos se han lanzado a recuperar la calle y que por este motivo hacen gestos inéditos, como aprovechar el foro de la telebasura o encararse con los manifestantes. Es un diagnóstico superficial. El asunto se agrava con los despistados jefes de comunicación que, en su ignorancia, ponen a sus líderes al borde del ridículo y juegan con ellos como productos de experimentación. A Pedro Sánchez le conviene destituir a su directora de prensa antes de que le cause más daño con apariciones vergonzantes y su fijación por la notoriedad a cualquier precio. Y al lehendakari Urkullu le haría bien responder a quienes le gritan tras la pancarta, pero evitando la crispación, con dominio y sin aspavientos. No es bueno para un mandatario bajar al territorio de la bronca, porque esas personas a las que se enfrenta no son la ciudadanía, sino un sector activo pero reducido que se arroga la representación colectiva. ¡Cuidado con la suplantación movilizada!

Se equivocan los mcluhanianos tardíos con que el medio es el mensaje. Eso se acabó. Peor aún es que piensen que el medio es el remedio de los males del producto. El mayor error de los estrategas iletrados es pensar que el actual problema de los partidos (y en general, de las empresas y organizaciones) es de comunicación, cuando el problema es de mensaje. La comunicación es el proceso y la codificación, mientras que el mensaje es el contenido, lo esencial, la verdad que se comprende. La confusión entre comunicación y mensaje es la causa de todos los desengaños por la frustración que produce una información vacía. Es asombroso constatar el reducido número de dirigentes capaces de sintetizar su mensaje. De ahí su adhesión a los tópicos y su previsibilidad.

Queridos políticos: hagan como Azkuna. Definan su mensaje, añadan emoción, tengan cierto atrevimiento, no se aten con demasiadas reglas, liberen la verdad, no teman a la gente y acepten su sencilla e incómoda interpelación. ¿La calle? Un lugar perdido que espera un mensaje original garantizado por su certeza.

Grandes noticias, grandes maldades

La Tele en Onda Vasca, 29 septiembre

1. El tema de hoy

Creación de la alarma social: gestión del miedo y su resolución demagógica

Se habla de alarma social en los medios de comunicación. Pero, ¿qué es la alarma social? ¿Es real o artificial? ¿Cómo se genera? ¿Qué propósitos tiene? En mi opinión, la alarma social es un estado informativo, de fuerte componente emocional, mediante el cual se induce a un estado de miedo colectivo que favorezca una reducción de las libertades a favor de la seguridad colectiva. Es una gestión del miedo social que persigue consolidar el poder de la seguridad, en manos de la policía y del poder político que les manda, mediante soluciones salvadoras frente a situaciones de inseguridad exageradas o manipuladas.

Ha ocurrido esta semana, pero comenzó hace meses, cuando se dieron varios casos de ataques pederastas sobre niñas en una zona de Madrid. El caso era grave, pero el poder político del Ministerio de Interior lo elevó a la categoría de alarma social, creando la figura del Enemigo Público Nº 1. Mediante el uso perverso y continuado de las noticias sobre estos hechos criminales, la televisión (fundamentalmente en los programas de la mañana y en los telediarios) generó un estado de conmoción y miedo.

Pero esta era solo la fase preparatoria. El fin era llegar al momento cumbre de la detención del presunto pederasta. Se eligió cuidadosamente el día, casualmente cuando al Gobierno le interesaba, en plena crisis tras la dimisión de Ruiz Gallardón como Ministro de Justicia. Y se eligió el momento, a la mañana, después de que las cadenas de televisión fueran advertidas previamente de que se iba a producir la noticia de la detención. Y así sucedió. Las cadenas de televisión dejaron de hablar de Gallardón y entraron con la noticia de la detención.

El espectáculo fue bochornoso. Sin el menor recato de presunción, sin un análisis contrastado de los datos, las cadenas de televisión se limitaron a hacer un copia y pega de la información que le suministraba el Ministerio del Interior. Ni presunto culpable, ni presuntos derechos civiles, ni presuntas pruebas, ni presunto sigilo judicial y ni presunta responsabilidad informativa. El desenlace de la alarma social exigía un culpable sin duda. Puede que el acusado sea culpable, no lo sé. Pero eso importa poco en la orgía de la alarma social. La tranquilidad ficticia vale más que la verdad.

Y junto a la presentación del culpable sin remisión y el fin de la pesadilla sobredimensionada, el desenlace tenía que concretarse en los testimonios de felicidad de la gente, que declaraban ante las cámaras que ya podían dormir tranquilos y que sus hijas estaban a salvo del monstruo. ¡Aleluya, aleluya, la policía y Rajoy nos ha salvado! Esta es la historia: primero exagero hasta el paroxismo un suceso, creo la figura del Enemigo Público Nº1, mantengo en vilo a la ciudadanía durante meses y finalmente llevo la situación al éxtasis feliz con la detención del criminal y la glorificación de la policía y el poder político ante la alegría colectiva.

No es una película. Sucedió en Madrid. Lo malo es que la mayoría de la gente se la cree. Y así volvemos a sacrificar la libertad democrática por la seguridad.


 

2. El minuto de oro

Gallardón aborta

No fue un hecho sorprendente, porque la estrategia de comunicación del Gobierno de Rajoy lo había insinuado días antes; pero la dimisión del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, tuvo la eficacia de suscitar dos aspectos políticos muy interesante: el extraño ejercicio de la dimisión y la inacabable discusión sobre el aborto. Son de esos temas de los que todos tenemos una opinión, y se escuchan en los bares, las oficinas y las reuniones de amigos y familiares. Gallardón revolucionó la tele el martes; pero tuvo la mala suerte de que su historia duró apenas 24 horas. La detención del pederasta de Madrid le dejó sin gloria. Obviamente, Gallardón es un hombre sin estrella, caído, algo trágico y con muy mala suerte… informativa. Se inmoló y apenas ha dejado estela de su sacrificio escenificado.


 

3. La liga de la tele

El peor arranque de “Gran Hermano” en quince años. Parece que el reality por excelencia comienza a flaquear por donde más le duele: la audiencia. Este jueves, apenas llegó al 17.5% y 2.185.000 espectadores, cuando en la hora punta de la tele se espera un registro del 20%. ¿Son los primeros síntomas de un declive imparable? Creo que sí, pero es pronto para afirmarlo con seguridad.

– Telecinco gana en septiembre. Telecinco, con un 14,2%, recupera el liderazgo que le había arrebatado Antena 3 en agosto. A Telecinco no le van bien las audiencias en estas fechas, incluso ha eliminado de la parrilla al programa de entrevistas “Hable con ellas” por sus malos resultados. La Sexta supera por una décima a Cuatro y  ETB2 se mantiene y baja ETB1.

http://www.barloventocomunicacion.es/images/publicaciones/barlovento-audiencias-septiembre_2014.pdf

 


 

4. Superanuncio

 

Ya es otoño en El Corte Inglés: la tradición renovada

Romántico y sofisticado anuncio de El Corte Inglés para anunciar la moda de otoño. La protagonista es la modelo ucraniana Milla Jovovich, en un anuncio que se ha rodado en escenarios clásicos y modernos de Madrid, como el Museo de Arte Reina Sofía y el Instituto Cervantes. Es muy atractivo visualmente, pero contradictorio desde el punto de vista del relato cinematográfico. Pretende ser un flash psico-dramático, poco coherente con el romanticismo de otoño, y, además, usa como música la versión de una canción infantil norteamericana (The animals went in two by two), una melodía que ya fue utilizada en publicidad por Seat, en el lanzamiento de su modelo familiar Altea.

Anuncio potente, muy bonito, de esos que gustan ver y escuchar, y no te cansas. En realidad no vende ropa de moda para la nueva temporada. Vende marca, marca Corte Inglés con la eficacia insinuante del glamur.


 

5. Noticias de la tele

– David de Jorge. Nuestro chef llega hoy a Telecinco. Después de cinco años en ETB, David de Jorge aterriza en Telecinco con un programa de recetas, producido por la empresa asociada con Martín Berasategui, similar al que llevaba en ETB. De lo que se trata ahora es de saber si el público español va a entender el estilo peculiar de este chef, con sus bromas y su forma característica de cocinar. Lo más probable es que tenga éxito, pero la televisión, ya se sabe, no es una ciencia exacta, ni previsible.

– Crisis mortal en TVE. La dimisión del presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, pone de manifiesto el proceso de autodestrucción de la televisión pública española que llevará, sucesivamente, a su empequeñecimiento cada vez mayor y, finalmente, a su desaparición. Este es el deseo del lobby de las televisiones privadas, UTECA, y también del Partido Popular. De lo que se trata es de que la crisis financiera obligue a la reducción del tamaño de la televisión pública española, hasta el punto de dejarla en anecdótica.

González-Echenique ha dimitido por su negativa a aceptar el chantaje del Gobierno, que le exigía una drástica reducción de la plantilla, con la aplicación de un ERE, para inyectar más fondos públicos a las maltrechas arcas del Ente. El anuncio de la dimisión de Echenique causó un tumulto en la redacción, por la información mínima que se iba a dar en los telediarios de TVE sobre esta dimisión. Tenemos, en apariencia, un problema de plantilla profesional y una crisis financiera. En realidad, es un caso de vida o muerte. UTECA y el PP quieren cargarse progresivamente a TVE. ¡Mucho cuidado! Detrás de TVE irán las cadenas autonómicas, ETB incluida.

 

 

 

 

 

 

 

 

Presuntas noticias: la tele de la policía

CifuentesLa ansiedad informativa no figura en el listado oficial de los padecimientos por angustia, probablemente porque es artificial. Primero se genera una psicosis colectiva sobre un hecho amenazante, exagerando su relevancia y después se empacha a las masas con el éxtasis de su resolución para configurar una ficción de seguridad salvadora. Tu paz está en nuestras manos, te dicen. La alarma social es un estado informativo y emocional diligenciado por el poder con la inestimable cooperación de la tele. El caso del pederasta de Madrid es la exposición del arte de la ansiedad prefabricada en la televisión y producido por el Ministerio del Interior. Su delegada en la capital creó el espantajo del enemigo público número uno y con él un desmesurado clima de miedo alimentado por la carrera de las cadenas privadas a lo largo de meses hacia la mayor inquietud y misterio sobre el monstruo.

Y todo este adviento para que llegado el día -oportunamente calculado- los héroes uniformados anunciaran la caída del villano. Ana Rosa como oficiante y Susana Griso como segunda sacerdotisa fueron las portavoces de la presunta noticia, sin presunto culpable, sin presuntos derechos civiles, sin presuntas pruebas, sin presunto sigilo judicial y sin presunta responsabilidad informativa. ¡Qué mañana teatral la de aquel miércoles! Hacia las 9:30, la cháchara tertuliana cesó de hablar de Gallardón, del aborto y la crisis del Gobierno, para ocuparse del malhechor, reincidente y mafioso, porque el gran jurado de la tele ya había dictado el veredicto de condena por orden ministerial. Qué importa si luego no puede probarse su incriminación: lo esencial era que las cámaras recogiesen el aplauso popular a la divina providencia del sistema.

Daba dolor ver los telediarios y subsiguientes debates haciendo copia y pega de la información unilateral del Ministerio, sin contraste ni mesura, hasta el punto de aventurarse en el detalle peliculero de que el omnipotente FBI había intervenido en la caza. Ya te digo: cuando escuches la palabra presunto échate a temblar.