Tarancón, ¡santo súbito!

No conozco peor veneno que la nostalgia. Como indica el sufijo algia, se trata de un dolor; pero no físico, como la lumbalgia o la neuralgia, sino emocional. Es el suplicio autoinfligido por una imposible vuelta atrás, “el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar” (M. Kundera). Bajo la apariencia del recuerdo oculta su profunda insatisfacción con el presente, coloniza el corazón de los desesperados y se propaga por la tele, entre otras formas mediante las biopics o películas biográficas. Son subproductos cinematográficos, herederos de los relatos de héroes cuyas hazañas y sacrificios servían para unificar los sentimientos colectivos y que hoy se usan para narcotizar a la gente con la sublimación del pretérito y procurar un falso consuelo al desencanto existencial.

La última biopic ha retratado al cardenal Tarancón y toda su época (guerra, dictadura y posfranquismo) con una complacencia oprobiosa. La mirada nostálgica sobre quien presidiera la Conferencia Episcopal entre 1971 y 1981 nos ha mostrado muchos mensajes redentores de un pasado culpable, sobre todo en lo que concierne a la responsabilidad de la Iglesia por su maridaje con una tiranía siniestra y los desvelos de la jerarquía católica, tardíamente democrática, por patrocinar una engañosa transición a la libertad. La serie ha querido endosar a unos pocos (Guerra Campos y otros fachas) lo que fue un crimen mancomunado del clero español y que tiene en Rouco su penosa reliquia. Apenas se proyecta del benevolente Tarancón nada censurable, excepto que fumaba compulsivamente. La devastación de la nostalgia consiste en disculpar el pasado para después enaltecerlo. A esto se le llama soñar al revés.

La audiencia ha sido modesta para una producción ambiciosa. Sus excesos son un metraje demasiado largo y una caracterización grotesca en algunos casos. Y sus defectos, los mismos que Cuéntame cómo pasó, un fraude a la memoria y su decreto canalla de que los terrores e ignorancias de una sociedad y su tiempo han prescrito. Sinopsis: Tarancón, ¡santo súbito!

PNV y PSE, condenados a no entenderse

Juguemos a las teorías, que es el ensayo de las decisiones de futuro a partir de una serie de datos y tendencias. Es lo que se hace en los consejos ejecutivos de las organizaciones y en las consultorías estratégicas. Centrados en Euskadi, ¿qué pasa con las relaciones entre el PNV y el PSE, que en otro tiempo constituían con su alianza el eje de la sociedad vasca? ¿Cómo se ha llegado a esta situación de desencuentro hasta la plena hostilidad? ¿Hasta qué punto esta ausencia de sintonía perjudica a ambas formaciones y al conjunto de la CAV? Anticipo mi opinión en el sentido de que la putrefacción de las relaciones entre nacionalistas y socialistas constituye un desastre en sí mismo y un perjuicio para todos.

– Hipótesis más favorable: para un país plural como el nuestro los acuerdos realmente transversales son imprescindibles.

– Hipótesis condicional: antes que un acuerdo transversal debe existir un equilibrio entre las fuerzas antagónicas. Siendo los poderes del Estado -legal, institucional, económico y de capacidad coercitiva- superiores a los de Euskadi, podría ser necesario un reequilibrio de fuerzas mediante un potente pacto abertzale nítidamente democrático.

El principio del problema es que el PSE no se ha descabalgado todavía de la reacción contra el Pacto de Lizarra, que data de 1998. Han trascurrido más de trece años y sigue todavía instalado en su actitud antinacionalista, aún después de que aquel acuerdo (bien intencionado, pero mal planteado) perdiera su virtualidad con la ruptura por ETA de la tregua en noviembre de 1999. Desde entonces, los socialistas han dedicado todas sus energías a la expulsión del PNV del poder como método de apaciguamiento soberanista. Fallaron en 2001 y 2005, pero lo consiguieron en 2009 mediante la alianza estratégica con el PP y previa ilegalización de la izquierda abertzale, producto de lo cual es el actual Gobierno vasco presidido por Patxi López con el apoyo imprescindible de Basagoiti y todo el entramado político, económico, mediático, sindical e institucional del Estado español. Y ahí siguen.

En este contexto, el nacionalismo percibe con dolor incontenible y profundo rechazo su aislamiento de un poder que por legitimidad de las urnas y deseo de la mayoría social le correspondería. ¿Cómo tener buenas relaciones o pactos con quien te ha arrebatado con malas artes la primacía institucional? El desencuentro entre nacionalistas y socialistas es, pues, irremediable en tanto el PSE mantenga sus alianzas con el PP para “desabertzalizar” Euskadi. No hay la menor posibilidad de un restablecimiento de las relaciones entre PNV y PSE, más allá de las reglas de cortesía y de que el PNV, para profundizar en las contradicciones de los socialistas vascos, negociara contradictoriamente determinadas ventajas puntuales con Zapatero, jefe del plan de castigo español al PNV.

López y su partido están presos de sus planes antinacionalistas y ahora, sin las coartadas de ETA o planes soberanistas, no pueden salir del laberinto en el que se han extraviado sin salida. A esto añaden que sus resultados electorales, tanto en locales como en generales, han sido los peores de su historia, con visos de empeoramiento a corto plazo.

El juego de las teorías dice en una de sus reglas que para salir de una situación pésima hay que llevarla hasta sus últimas consecuencias, hasta el enfrentamiento absoluto y su descomposición. En esta situación estamos. El combate continuará hasta que López caiga con su Gobierno. No habrá concesiones porque no va a tirar la toalla.

Asistimos a un cruento enfrentamiento entre los bloques en asuntos de más o menos importancia: Metro Bilbao, Cajas, EITB, Ley Municipal, euskera, educación, fiscalidad, paz… Y así van a seguir las cosas, hasta el total pudrimiento de las relaciones. Porque se mantiene el problema divisor (la estrategia antinacionalista) y porque el PSE ha optado por situar en el cuadrilátero a los más agresivos, fundamentalmente Pastor, Mendia, Arriola, Ares y ha marginado a los más moderados, Jauregui, Eguiguren, Prieto… Así las cosas, PNV y PSE están condenados al desentendimiento.

Pero, ¿qué acontecerá después del pudrimiento total de las relaciones PNV-PSE? ¿Es posible atisbar un acuerdo entre ambos tras las elecciones autonómicas?

Para que los contactos de convivencia y acuerdo entre los dos partidos sean posibles, una vez puesto fin al acuerdo antinacionalista PSE+PP y liquidados de la primera fila política López, Ares y Pastor, sería posible un acuerdo alternativo entre PNV y PSE si se dan las siguientes condiciones:

1. Que el PNV no pueda encontrar en Amaiur un acuerdo sobre bases realistas para el avance de la soberanía vasca, un pacto necesario y deseable que depende de la capacidad de la izquierda abertzale de no lanzarse a lo imposible.

2. Que el PSE acepte algún tipo de revisión del marco político vasco, aproximado a lo que fue la revisión del Estatuto planteada en su día por el Lehendakari Ibarretxe.

3. Que el PSE no se suicide con un pacto de gobierno con Amaiur.

4. Que el fracaso de los dos primeros puntos no proyecte al PNV a un acuerdo con el PP, poco deseable por la mayoría, pero no descartable en función de la evolución de Rajoy y Basagoiti o como  última solución institucional.

Como, siguiendo el juego de las teorías, veo poco maduro a la izquierda abertzale para un pacto histórico y ponderado con el PNV, será necesario que el PSE comprenda y acepte la necesidad de renovar el “traje político vasco”, actualmente viejo y estrecho de costuras, y de emprender en Euskadi una nueva transición, hacia una relación confederal con el Estado español.

Entiendo que el acuerdo trasversal es lo más deseable para la próxima década, incluso más que el pacto abertzale PNV-Amaiur. Para eso, y una vez llevada hasta sus últimas consecuencias las relaciones PNV-PSE, será necesario que el PSE supere sus contracciones con España para avanzar hacia un acuerdo que supere el actual Estatuto, y que el PNV no tenga vértigo a dejar al margen, por ahora, a Amaiur.

Pero todo son teorías. Un juego ingenuo.

Tanto perfume

http://www.youtube.com/watch?v=p-ngh-9eeMo

La Navidad es una fiesta de dos sentidos: gusto y olfato. Gusto para comer y beber hasta el hartazgo y olfato para dejarse atrapar por el regalo más embaucador, el perfume, una creación pretenciosa que vinculamos a la seducción y que nos proporciona una identidad olfativa con la que suplantar a la original, de injusta mala fama. El perfume es nuestro disfraz gaseoso, un mito sobrevalorado por la literatura y uno de esos artículos mágicos cuya función práctica resulta indefinible. Por eso, la colonia es el obsequio comodín: sirve para todos sin servir para nada en particular. Una desmesura que se ha disparado en la tele.

No sé si se han percatado, pero jamás como este año hubo más cantidad y variedad de anuncios de fragancias. Para hacer el catálogo de este exceso he pasado algunas noches de canal en canal contando el número de colonias que aparecían en pantalla y el escrutinio fue de cuarenta y siete. ¡Cuarenta y siete aromas diferentes anunciándose en televisión! Impresionante. Los hay de varias clases. Están los auténticos, perfumistas de siempre. Están los de marcas de moda, que han colonizado el mercado. Y están los nominales, esencias sintetizadas, como el Grenouille de Patrick Süskind, con los fluidos de Antonio Banderas, Ana Rosa, Shakira o Rosario Flores, la idolatría en frasco.

Los spots de perfumes constituyen un género comunicativo único a causa de su debilidad argumental. Porque ¿cómo se explica un aroma o cómo se razona un olor? Este vacío se llena con sensaciones, alucinaciones oníricas y sublimación emocional a base de una estética afrancesada y mucho glamur romántico, todo para que las colonias sean una metáfora de tus sueños más sensuales, lo que te predispondrá a aceptar sus precios confiscatorios. En una sociedad torpemente hipersexualizada se entiende por qué en tiempos de penuria el consumo popular se lanza al compulsivo obsequio de un producto tan prescindible como el perfume. Su triunfo es imponernos su olor alternativo y persuadirnos de que todo lo que no es fragancia es hedor.

3 + 6 = 5. El duopolio audiovisual

LAS paradojas estimulan el pensamiento porque desafían la lógica. Y no hay en nuestro tiempo paradoja más desconcertante que las fusiones empresariales, donde la suma de dos, a veces, es una resta. ¿A qué viene entonces ese afán de juntarse para empequeñecer? Ocurre que los perdedores no son los que se unen, que se dan un festín de ahorro y sinergias, sino el libre mercado y la sociedad democrática. También ahora la suma corporativa entre Antena 3 y La Sexta va a dar como resultado una resta en muchas de sus variables y, específicamente, en pluralismo, competencia y equilibrio del sistema. La absorción, que no fusión, de la pequeña por la grande abre una gran incógnita y ensombrece el panorama de la tele que tiende al duopolio entre Telecinco y Antena 3, un Barça-Real Madrid audiovisual, un disyuntivo PP o PSOE, una tiranía bicéfala que reforzará Rajoy con la venta, minoración o cierre de las cadenas públicas.

¿Qué obtiene Antena 3 con esta agregación? Dimensión para disputar el liderazgo a Berlusconi con contenidos deportivos -fútbol, Fórmula 1, baloncesto- y algunas singularidades creativas que necesitaba para resolver su estancamiento. Su cálculo es que 3+6 sumen 5, porque su obsesión es homologarse a Telecinco. ¿Y qué gana La Sexta? Salvar la quiebra financiera a la que le ha conducido su delirante modelo de gestión sustentado en la compra de exclusivas deportivas muy por encima del valor real. Es asombrosa la semejanza entre Zapatero y Jaume Roures: dos demagogos, dos manirrotos, dos iluminados, dos socialistas… y el mismo destino decadente.

¿Y qué perdemos los demás? Pluralismo informativo, capacidad de divergencia, diversidad crítica, alternativas. También se consumará la concentración publicitaria, que elevará el precio de las cosas. Toda una mafia. El modelo televisivo español se italianiza aún más y consolida su canon de entretenimiento alienante. Paolo Vasile y Maurizio Carlotti, líderes de Telecinco y Antena 3, respectivamente, forman ya el nuevo Gobierno de España, y no Mariano Rajoy, su siervo.

Diccionario Enciclopédico López (IV)

TODAS las épocas y todos los sucesos se resumen al final en unas pocas palabras, útiles para memorizar y ponderar los acontecimientos. Son simplificaciones narrativas con las que elaboramos diagnósticos rápidos pero suficientes. El penoso período López también tiene su síntesis verbal, parte de la cual ya hemos incluido en anteriores entregas de este carrusel de significantes: ilegitimidad, cambio, socio preferente, normalidad, oasis vasco, boicot, Alakrana, audiencias ETB y déficit de comunicación, entre otras.

A medida que se acerca el patético final del Gobierno españolista en Euskadi, las palabras que lo definen se vuelven agónicas y se arrastran bajo el peso de la indiferencia, sin que puedan evitar ser pisoteadas por la realidad. Estos son los últimos restos del naufragio que han llegado hasta mi observatorio:

20-N. Fatídica fecha de la mayor derrota electoral de la historia del socialismo vasco, que certifica la definitiva impugnación del pacto antinacionalista. Los datos son demoledores: si Zapatero ha perdido el 38,42% de los votos en España, López ha caído el 41% en Euskadi, un diferencial aún peor para el PSE en representación, con un 55,56% menos de diputados frente al 35% que se le ha escapado al PSOE. 2) Día de conmemoración de las muertes de Franco y Primo de Rivera, ambos enterrados en el Valle de los Caídos, túmulo fascista que se ha mantenido en pie como queriendo recordar los deshonrosos vínculos de la democracia constitucional con la dictadura.

AUTOCRÍTICA. Actitud ética e intelectual, esencialmente efímera, de reconocimiento de las responsabilidades por los propios errores y desvaríos. Con el tiempo se suele disipar por olvido o por catarsis menores que nunca alcanzan las verdaderas causas. 2) Contradicción socialista entre la voluntad de «recuperar el pulso de la calle» y el atrincheramiento en la vigencia de su Gobierno inane. 3) Fugaz ejercicio autojustificativo que permite endosar los desastres estratégicos a un sinfín de pretextos (por ejemplo, la crisis económica) y que culmina en un autoperdón sin penitencia y una prórroga hasta la próxima derrota. 4) Autocrítica política: oxímoron perfecto.

CANNABIS. Campo de experimentación sociológica del Gobierno López en el que, con aires de hippie trasnochado, se planteaba permitir el libre cultivo de la planta, pero que, finalmente, reconvenido por propios y ajenos, ha cancelado a toda prisa en medio del mayor de los ridículos. 2) Campaña de imagen de López para dotarse de un progresismo perdido por andar en la amorosa compañía del PP, con resultado boomerang.

ELECCIONES ANTICIPADAS. Bicha innombrable en presencia de López a riesgo de producirle una grave depresión. Aunque, en función de los resultados, la lógica política aconseje el anticipo, los poderes españoles lo censuran para conceder más tiempo al consorcio anti PNV, lo que equivale a decir a la sociedad vasca que aquí no ha pasado nada. 2) Posible causa de un descomunal aumento del desempleo entre los cuadros socialistas. 3) Motivo de apuestas y porras varias, siendo el otoño de 2012 la opción más recurrente.

FISCALIDAD. Tótem ideológico de la izquierda que estimula la conveniencia de un aumento de la presión fiscal en Euskadi, aún a sabiendas de que no tocará pagar más a los ricos, sino a los asalariados, autónomos y demás pringados del sistema. 2) Punto de conexión idealizada por ciertos sectores socialistas para encontrar argumentos de convergencia con Bildu-Amaiur y preparar, aunque sea como lejana conjetura, un inédito acuerdo transversal entre PSE y la izquierda abertzale, ignorando la trágica experiencia catalana. 3) Ámbito competencial en el que el Gobierno de López carece de capacidad normativa y donde se empeña en meter las narices con pretensiones de líder de hojalata.

FUNCIONARIOS. Sufrido y vilipendiado colectivo de trabajadores dependientes del Gobierno de Lakua a quienes, después ser tachados de vagos y maleantes por medio de informes sesgados sobre su alto absentismo laboral, el tándem López-Basagoiti va a aplicar un recorte del 25% en caso de baja y que se suma a otras mermas de derechos. 2) Cautiva y demagógica fuente de ingresos de las administraciones para reducir el déficit público y primer remedio compensatorio del despilfarro de las instituciones.

GESTIÓN. Prueba del algodón de toda organización para demostrar su capacidad de tránsito de las palabras a los hechos. 2) Arte cotidiano con el que, con experiencia, buenos equipos y pasión de país, se mejora la vida de las personas y se impulsa el progreso nacional. 3) Dícese de los estragos causados por el Gobierno López en Osakidetza, metro, euskera, Ertzaintza, EITB, empleo, bienestar social, endeudamiento y eficiencia presupuestaria. 4) Versión moderna del clásico primum vivere, deinde philosophari.

MISSING. Vocablo inglés referido a quien desaparece y del que se desconoce su paradero. En su versión política, se aplica a quien debiendo estar en su sitio en el momento de mayor necesidad se ausenta voluntariamente o sin motivo suficiente. 2) Dícese del lehendakari López, a quien nadie vio en Euskadi durante la Conferencia de Paz de Aiete y el día que ETA anunció el cese definitivo de la violencia, históricos momentos que exigían la presencia y el liderazgo de un lehendakari digno, por entonces extraviado a más de 5.000 kilómetros de distancia.

PARO. Magnitud del déficit de bienestar real de un país. 2) Catástrofe del socialismo zapateril, estimada en más de cinco millones de desempleados y que ha sido miméticamente trasladada por López a Euskadi, hasta el punto de propiciar que tengamos ahora unas 144.974 personas sin trabajo y se haya duplicado la tasa de paro desde que el PSE llegó a Ajuria Enea. 3) Prioridad pública que empieza por colocar a los amigos en razón inversamente proporcional a su competencia y valía.

PRESOS. Colectivo humano legítima o ilegítimamente privado de libertad al que se usa -y se deja utilizar- en función de las conveniencias estratégicas de la izquierda abertzale o los poderes constitucionales. 2) Objeto de la brutal política penitenciaria del Estado que arbitrariamente se extiende a las familias de los reclusos. 3) Referente a estos, López se muestra ahora, con décadas de retraso, partidario del acercamiento de los penados y el reconocimiento de sus derechos. 4) Delicado terreno en el que se juega la consolidación de la paz.

RECORTES. Plan de exterminio de derechos y servicios sociales puesto en marcha como remedio de la deuda pública. 2) Exigencia tiránica de los mercados sobre la soberanía democrática de los pueblos. 3) Objetivo vergonzante del acuerdo entre la consejera Zabaleta y el PP para la supresión de ayudas de emergencia a miles de familias.

RONDA DE PARTIDOS. Apresurado y burdo sainete escenificado por López en el teatro de Ajuria Enea con ocasión del final de ETA y que solo sirvió para confirmar su levedad como líder y nula aptitud para impulsar acuerdos y cambios legales que aseguren la paz y la convivencia democrática en Euskadi. 2) Excusa propagandística para dotar a los teleberris de imágenes redentoras de López tras quedar en evidencia en su periplo americano.

SOLEDAD. Insoportable estado de vacío -existencial, afectivo o político- de quien previamente ha cultivado la enemistad, la tibieza o el sectarismo en su entorno. 2) Retrato de la situación política de López tras el 22-M y el 20-N, en apariencia consolado por el PP, pero cuyo auxilio se manifiesta más cruelmente cada día, unas veces amagando con retirarle su apoyo y otras recordando que la continuidad de su Gobierno depende del cambiante humor de Basagoiti. 3) Tristeza política irremediable, excepto con un acuerdo para la anticipación electoral.