Año: 2017

Ayer, nada más enterarme del encarcelamiento de la  parte encarcelable del gobierno catalán , intenté ponerme en contacto con Jordi, el amigo encapsulado  en su masía de Girona. Cogió el teléfono  Jorge, su padre nonagenario, y tras identificarme como » l´amic basc «, le pregunté ,por mera educación, aquello de «¿qué tal?¿cómo van las cosas?».

Se tomó algún tiempo- llegué a pensar que había colgado- pero finalmente me soltó una sintética frase: » Todo es culpa de los rusos».  Y a continuación me explicó lo siguiente- que espero reproducir con la máxima exactitud: Rusia está de  nuevo intentando destruir Occidente. Ya comenzó poniendo en solfa a varias de sus ex-repúblicas soviéticas, ha financiado el Brexit de la Pérfida Albión ( sic)…Y el personal anda investigando si también la campaña de Trump…Algún día descubriremos que también financiada a Puigdemont y su cuadrilla para hacer saltar por los aires a Europa, internacionalizando el procés  y dando pie al levantamiento de las derechas nacionalistas, desde Bretaña hasta Sicilia…»

Cuando me despedí, quedé anonadado: hacía mucho tiempo que no  oía a nadie que tuviera una cosmovisión tan redonda y apurada y la única explicación que se me ocurrió fue  la larga militancia de Jorge en el PSUC. Por otro lado sus palabras me recordaron a  la teorías de Arnold J. Toynbee ( en su monumental Estudio de la Historia), según las cuales la hegemonía debería pasar ahora de USA a China. Y me pregunté, ¿serán  ahora los rusos unas meras fichas de los chinos en este juego del go  que mantienen los nuevos mandarines con Europa ( según el sinólogo  François Jullien ?

No lo sé, pero quizá,  si Jorge  comentara todo esto con su hijo , el Jordi terminaría por ponerse al teléfono  por aquello de que cuando yo le conocí era más prochino que Mao-Tsé- Tung…

Leo en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia  un reportaje sobre una exposición – homenaje a Jean-Michel Basquiat ( 1960 – 1988). Y más allá del interés ( relativo) que me suscita, me quedo con una frase: » La muestra presenta a Basquiat como un héroe de la cultura más alternativa, a lo que ayuda que el artista esté prudentemente muerto» . Y sobre todo, claro, me quedo con lo de «prudentemente».

Y al levantar la mirada me acuerdo de dos artistas vascos muertos y bien muertos aunque no sé si prudentemente muertos: Jorge Oteiza y  Eduardo Chillida. Uno se pretendía el precedente del otro y todo lo que en aquel era febril palabreo de contexto en el otro era mutismo o explicaciones altas y ajenas…Así que antes de su reconciliación final aquel – dicen- le regaló una multicopista a este en perfecta perfomance d’ avantgarde.

Pero la polémica duró lo que sus vidas y hubiera sido mejor que no hubieran muerto porque ahora casi nadie se acuerda de ellos , ni sus exaltadores metafísicos ni sus depredadores sistemáticos.Y ahí está la obra de Oteiza perdida entre yeguadas  , roñosa y multicopiada; y la de Chillida  siempre empaquetada y a la búsqueda del Txillida-leku perdido…

Y es que la muerte que en algunos artistas encamina hacia el recuerdo eterno en otros les confina en el olvido perfecto .Por lo que, al menos si se es artista ,hay que morirse en el momento adecuado…prudentemente…

 

En yendo como voy paseando últimamente de lectura en lectura, he recalado esta mañana de difuntos  en el suplemento El Cultural  de El mundo que tenía guardado desde la semana pasada- es lo bueno que tienen estos suplementos, que los puedes leer cuando quieras.

Y me he detenido y mucho en el diálogo trenzado entre Fernando Aramburu y  Enrique Vila-Matas, diálogo insólito e imprevisible  por cuanto son dos escritores bien diferentes. Pues para Aramburu es manifiesta la voluntad extra- literaria – su premiadísima obra quería contribuir a » la derrota literaria de ETA»; y para Vila-Matas salirse de la literatura es abocarse a un fracaso ( acaso buscado en la pretensión de excelencia) pues cualquier afuera está  condicionado, entre otras cosas, por la mismísima literatura.

Así que  el diálogo no acaba de ser tal  sino una -por otro lado magnífica -sucesión de monólogos, a pesar de la buena voluntad de los implicados y de la mejor- voluntad- de la ocurrencia. Pero aún así hay atrevimiento y hasta valentía en este tête- à-tête simulado aunque se queden muchas cosas en el tintero.

Any way , cuando he terminado de leer por segunda vez El Cultural, me ha venido a la cabeza aquella frase de Paul Valery  :» Y usted …más allá de lo que ha querido decir…¿ qué ha querido hacer?» Y añado yo: ¿Patria? ¿Patria de una lengua? ¿Patria de una nación ?

En fin, ocurrencias del día de Todos los Santos…

Así que me ha pasado un amigo el link de una entrevista con don Borja Casani, sub-comandante que fue de la movida de los 80 ( madrileña) desde sus puestos de mando de las revistas La Luna y Sur-Exprés.

Señala don Borja  que lo suyo fue , adelantándose en tiempo y espacio, un intento de crear un «tercer espacio» entre  los » fachas » y los «progres», herencia franquista en la hoy desmotivada Transición,  y que si se le tildó de despistante fue porque la derecha, más hábil pagando sus think-tanks, se percató de su importancia. Aún así  este «tercer espacio», a juicio del infrascrito, fue suscrito por gentes tan diversas como el siempre al borde de un ataque de nervios y de vírgenes varias, don Pedro Almodovar; o, por el durísimo don Enrique Tierno Galván que se dio sin más al peta y a la teta ( de doña Susana Estrada, of course.

Y en meditando sobre esta  clasificación primitiva que enrojecería al puntilloso Marcel Mauss o al barbado Émile Durkheim, se me ha ocurrido replantearme su vigencia  a la vista de los acontecimientos que se han producido  al norte del Ebro declinante. Pues, al respecto, manifestado se ha la voz terapéutica de don Gaspar Llamazares  clasificando a su anterior Secretario General  ( del Partido Comunista de España) don Francisco Frutos (Paco, para los amigos) de » facha» en un reciente tweet.

¿Podremos , entonces, mantener esta línea divisoria tan rápida como otro sí pragmática?A juicio de don Borja, no, pues de nada serviría ya que, en su opinión no es la política la que ha de cambiar la vida cotidiana, en remedo de antiguas religiones civiles revolucionarias, sino que es desde la vida cotidiana desde donde debe cambiarse la política. ¿Nueva idea? En realidad, no. Pues es la misma que animaba a los participantes de la revuelta de mayo del 68…

 

Ayer por la mañana, en la vela proporcionada por la hora de más otorgada por nuestro Estado de Derecho, estaba leyendo el periódico en un banco que tengo debajo de casa y me detuve en un anuncio a una página en la que un sujeto con los ojos cerrados y los labios cual virgen de la O decía » Un gol es como un orgasmo «.

Era el tal don Dani Garrido , del Carrusel Deportivo  de la SER y la frase me produjo  cierta convulsión  , bien es cierto que relativa gracias a que no era » Un gol es un orgasmo».

Y recordando algunas lecturas juveniles como La función del orgasmo del afamado Wilhem Reich o  Técnicas sexuales modernas del pragmático Robert Street , intenté  , amarrado al duro banco, reconciliar los dos sustantivos con cierta severidad teórica y analógica. Me salió así que de la tríada sexual a la balompédica podía haber sutiles equivalencias , pues en actividades ambas había » calentaniento » ( y acaso, dolorosos estiramientos) ; y otro sí jueguecillos iniciales del tipo toma y daca ; y por fin resolución entre grititos o aullidos, según el caso.

Mas, en reflexionando sobre el prolongado espasmo de don Dani , manifiesto en su boquita carmesí de oscuro fondo, tan imitada por tantos colegas radiofónicos, concluí que era incorrecta la frase precitada, siendo más ajustada la siguiente: » Un gol es como un orgasmo sostenido…»

¿Estás  de acuerdo mi querido lector ( y  querida lectora, of course?

Todo comenzó hace unos años cuando aquella vicerrectora de cuyo nombre no me acuerdo me soltó tras darle los dos besos por entonces de rigor: » ¿Y por qué a mí me besas   y a esos les das la mano?». Era una buena pregunta y , más allá de enrojecer como un niño pillado en una falta, no supe qué  responder pero me hice el correspondiente propósito de la enmienda.  Desde entonces ya no beso a las vicerrectoras  y análogas. También me lo pienso cuando me presentan a alguna fémina nueva y, en caso de duda , o doy la mano o beso a todo el mundo para sorpresa, por cierto, del coro de varones.  Y en fin, creo que he conseguido no ceder el paso ni abrir la puerta ni glosar la ropa o el nuevo peinado como me enseñaron en los Hermanos Maristas

Pero hace poco he vuelto a quedarme despistado porque  un colega me ha contado  que  le han reprochado no haber acudido a la presentación de un libro para la que su mujer había recibido una invitación. Y es que , como apuntaba el infrascrito, si hubiera sido a la inversa, es decir, si la invitación la hubiera recibido él, su señora esposa no habría querido acudir de «florero» como se decía antes…»¿O es que ahora me toca a mí ser el » florero»? –  se preguntaba mi amigo – » porque yo, por ahora al menos, me siento una persona física y jurídica definida… Un varón  vasco monógamo sucesivo relativo … Ni más ni , por supuesto, menos…»

¿Deberé tomar  nota para  hacer un nuevo propósito de la enmienda?

 

Como el Jordi continúa encapsulado en su masía de Girona y no atiende al teléfono, ayer por la tarde, tras el «consumatum est», estuve hablando con otro amigo catalán, Josep-Vicent, historiador , barcelonita y trilingue ( su tercera lengua, hay que decirlo, no es el inglés.

La especialidad de J-V es la Historia Económica y cuando le pregunté , amagando unas recientes palabras de François Jullien, sobre lo que estaba reprimido en el conflicto catalán, me comentó: » Lo reprimido es el deseo de la alta burguesía  catalana por formar parte del bloque oligárquico español. De ahí el nivel de su desafío, muy diferente al de la burguesía vasca y gallega, conscientes ambas de que su facción más alta se había oligarquizado desde el principio y de que necesitaban un nicho político diferente. Un deseo de la alta burguesía catalana – una de las más ladronas, véase el caso Pujol- , de , al cabo,  españolizarse, que ha chocado siempre en la práctica con los aliados que se ha buscado entre las clases medias y populares y que le ha situado por lo general  entre la frustración  y la traición.Un deseo, que como todos los deseos reprimidos  se compensan con aparatajes fantasiosos o ,mejor , de bufanúvols  que diríamos por aquí».

Esta mañana, cuando he recogido La Vanguardia ,el quiosquero me ha dicho : «Hoy he vendido ya casi una docena, mucho para este barrio bilbaíno…Y todo para comprender esta pelea de gallos que además nos está costando un pastizal a los currelas…»

Ya de vuelta a casa un colega vasco- catalán, me ha redirigido un mensaje de la Ada Colau que termina » No en mi nombre . Ni 155 ni DUI». Acabo de poner TV3  y estan retransmitiendo…una carrera  de motos… ¿Bufanúvols ?

Ante  el  presentismo extenuante de la pugna política que se ha generado desde Catalunya y que  viene a ser la otra cara del bloqueo que se produjo   tras las elecciones de 2015 y de  2016, debido a  la imposibilidad de formar un gobierno en España, se me ha ocurrido acudir a un texto del historiador Fernand Braudel: La Historia y las Ciencias Sociales.

Propone  Braudel en esta obra – y en otras, poniendo su teoría en práctica-  una diferente periodización para los diferentes  aspectos implicados en el devenir histórico. Así la dinámica demográfica sería la más lenta y lo económico y lo social irían acelerando la percepción temporal  hasta constituirse lo político en lo más puntual e inmediato. En este sentido, la Historia Política- esa que un día recogerá lo que estos días está pasando en Catalunya-  se desarrollaría en  un tiempo de  corta duración , frente a los otros aspectos que se situarían  regresivamente  hacia una «larga duración».

Por todo ello, sería interesante analizar todo lo que en esos otros niveles históricos ( y sobre todo económicos y sociales) ha ido   avanzando o retrasándose lentamente, más allá de ocultar «lo político», en su acaparamiento mediático, otros aspectos «para-políticos» como la corrupción.

Y, no sé, pero si el análisis se hiciera con un cierta profundidad, da la impresión de que la política y, sobre todo, la clase política implicada quedaría muy mal parada por su oportunismo y por su irresponsabilidad…

Esta es la pregunta que le hice ayer por la noche a mi  amigo Jordi, encapsulado que estaba en su masía de Girona. Y se la hice porque la «narrativa» – como se dice ahora – del Plan A tiene una preocupante estructura de tragedia.

Y resulta preocupante  porque la tragedia, código fundamental de sentido «occidental», encamina hacia  el sacrificio de los héroes pero no ofrece soluciones, como muy bien apuntó en su momento el sinólogo François Jullien. Y mentando a los chinos, hay que recordar que el Arte de la Guerra de Sun-zi – que comparte balda en mi biblioteca con el Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián –  indica en su capítulo III: » Resultará vencedor quien sepa cuándo combatir y cuándo  no «, pues para  lanzarse a la última batalla ya hay que tener ganada la guerra. Pero , claro , para que esto ocurra hay que disponer de un ( o una) buen ( o buena ) «estrategós» o general que  sepa convertir lo estratégico en táctico y viceversa según  sea conveniente.

Si  la narrativa del plan A se desarrolla hasta el final, veremos al Puigdemont y a la Forcadell salir del Parlament «entre corchetes», como diría un clásico. Será sin duda  una de las fotos del siglo, pero también , acaso, la constatación de que la»cuestión catalana» continúa pendiente ( a pesar de que ayer el siempre bien informado profesor Ramón Cotarelo la daba por zanjada de una vez por todas.

Y por otro lado, de la tragedia a la tragi-comedia hay un paso tan imperceptible como terrible.  Ayer el Jordi no supo qué responderme por lo que la pregunta  queda en el aire: ¿Hay un Plan B o no?

«Ahora, finalmente, da gusto vivir en Cataluña. La unanimidad es completa. Todo el mundo está de acuerdo. Todos hemos tenido, tenemos o tendremos, indefectiblemente, la gripe» dice Josep  Pla al comienzo de su entrada del 14 de marzo de 1918 en su célebre Cuaderno Gris .

Ya sé que el horno no está para bollos y que citar a un anarquista de derechas  y espía franquista ( confirmado) – a fuer del mejor escritor catalán del siglo XX según Jordi Gracia- puede estar fuera de lugar, pero la frasecita se las trae por mucho que , a primera vista , parezca banal.

Los primeros meses de 1918 fueron   cruciales para el movimiento regionalista en  Catalunya pues supusieron un puente político entre las reuniones de diputados y senadores catalanes del verano de 1917 en las que, con  Francés Cambó a la cabeza , se reafirmó  la voluntad de constituirse en una región autónoma y  la asamblea de parlamentarios de octubre que inició las negociaciones que se frustraron poco después.

Pero Pla, que , como muy bien apuntó J.M. Castellet en Pla o la rao narrativa, era también un «kulak» de tierra adentro ( algo también confirmado por Manuel Vázquez Montalbán y Montserrat Roig) , sabía de la influencia de la naturaleza en el comportamiento humano. Y de la misma manera que aceptaba que con él era mejor no hablar si había tramontana, en una  sencilla frase como la citada resumía todo su pensamiento político: la gente sólo  se siente unida  ante un padecimiento común aunque lo disfrace de » dolorismo recreativo».

Y, bueno,  el Pla pensaba que  los padecimientos de verdad sólo eran los puramente físicos, como el hambre, el dolor o la muerte sangrienta,  y no acertó a  ver los metafísicos  , como, por ejemplo, la identidad. Pero los metafísicos, ¿ son de verdad  padecimientos comunes?