
Mi amigo americano, Mike Roloff, escritor y crítico literario ,murió hace poco más de un año , muy a tiempo para no ver el espectáculo bochornoso que durante estos días se está representado en su país multiestatal.
Pensaba Mike que Trump caería por su propio peso en aplicación de un impeachment garantizado por el sistema de contrapesos constitucionales , pero no cayó. También, que unas elecciones se lo llevarían por delante ante el cúmulo de decisiones delirantes y populistas que iba tomando, pero en esas estamos.
Pero lo que Mike nunca hubiera imaginado es a un presidente de Estados Unidos de América dandose por ganador al comienzo del escrutinio después de haber amenazado con llevar los resultados de los comicios a los tribunales si no salía vencedor. Y no lo hubiera pensado por mera verguenza, porque hacerlo hubiera colocado a la nación norteamericana al mismo nivel de las «repúblicas bananeras» que tanto se han criticado y se critican desde el centro del Imperio Americano.
Y sin embargo, así ha sido, así está siendo, y hasta tal punto que la mayoría de las cadenas de televisión autóctonas le han ido cortando la palabra irritante al presidente y hasta la FOX, su cadena, no deja de echarse para atrás junto con cada vez más representantes autorizados del Partido Republicano.
Y no es que su oponente del Partido Demócrata sea la Gran Esperanza alternativa, tan crepuscular y reconstruido como parece estar, pero por lo menos marca un punto de equilibrio y lucidez en medio de tanta agitada agonía.
Hace ya muchos años, vi por recomendación de Mike, una película de Michael Ritchie, titulada El Candidato . En ella, un joven abogado idealista, Robert Redford, se permitía decir lo que pensaba, ya que sabía que no tenía ninguna posibilidad de ser elegido. Y lo que decía sobre USA tiene una singular actualidad pues los problemas que se mencionaban eran: el racismo, la pobreza de grandes sectores de la población, la ausencia de un sistema de salud universal, la especulación inmobiliaria y la contaminación anti-ecológica… El film es de 1972 y recibió el Oscar al mejor guión, cuando en Hollywood se premiaba el cine comprometido socialmente.
Porque los Estados Unidos de América no han sido, y no son, tan solo la tierra del capitalismo y del imperialismo, sino también el lugar de la autocrítica máxima – desde Thorstein Veblen hasta Noam Chomsky pasando por Charles Wright Mills – ,de la gran literatura ( desde Henry James o Edith Wharton hasta Paul Auster o Siri Hustvedt ) y del gran cine y de la mejor música ( la lista sería muy larga)… y de gentes como Mike Roloff que, de verdad , representan «el sueño americano»…



