Artistas: Instrucciones de uso ( de André Maurois)

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Ordenando la biblioteca, he encontrado en la tercera fila de una balda Un arte de vivir  de André Maurois, publicado en la hoy lejana editorial mexicana Anaya. Lo he estado hojeando  y, sobre todo, releyendo aquellos párrafos que tenía subrayados.

Desde luego, es  un libro curioso  y acaso lo más curioso – pues lleva como  subtitulo  » con el arte de pensar, amar, trabajar, mandar, envejecer «- es el capítulo sobre » El trabajo del artista».

Dice Maurois en ese capítulo que la vida del artista debe tener al menos tres partes. Una – humana la llama él – carnal y sentimental que le permita conocer a los seres humanos y sus circunstancias; otra de meditación y ensueño solitario, donde  rumiar lo vivido y  transformarlo en materia artística; una última, en fin, en la que, por medio del estudio de los grandes maestros y con la ejecución de pacientes ejercicios, se pueda obtener la suficiencia técnica que todo arte precisa.

Por si fuera poco, Maurois se adelanta a algunas de las preguntas más comunes respecto de los temperamentos artísticos y , por ejemplo, afirma que » el retiro total ( del mundo )…es malsano en la mayor parte  de los artistas», añadiendo , con Goethe, que » la  soledad es cosa bella cuando se está en paz consigo mismo y se tiene una labor definida» .

¿ Se puede resumir mejor  la mayor parte de las dudas y problemas que se suscitan en el mundo de la creación artística? Probablemente no. A pesar de su pragmatismo, las consideraciones sobre el trabajo y la vida del artista que aparecen en Un arte de vivir  están a la altura de los Recuerdos del egotismo  de Stendhal, las Cartas a un joven poeta de Rilke o  la Carta a un joven que se propone abrazar la carrera del arte de Stevenson…

Así que he decidido  recolocarlo en la primera fila, para tenerlo más a mano …

Peli nuklearik, ez! y las pistolas de agua

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Cuando desempeñaba responsabilidades medias de gestión universitaria, tuve que arbitrar varias medidas para poder concentrarme en los asuntos que yo pensaba que debían llamar más mi atención.

A tal efecto, coloqué detras de mi silla de ejecutivo un gran cartel- obra de un colega de Bellas Artes- en el que junto con el icono solar aparecía la inscripción»PELI NUKLEARIK, EZ», de fácil comprensión. Otro sí me hice con un pistola de agua que guardaba – sin agua- en el cajón derecho de mi mesa.

Así que cuando entraba algún ( o alguna, of course) txapas conocido por su tendencia a los proyectos fantasiosos o a las innovaciones completamente inútiles,  yo le señalaba cariñosamente el cartelito de marras. Si  al cabo de un rato el sujeto en cuestión volvía a contarme lo que ya me había contado nada más entrar, yo le respondía con frases del tipo «Bien, hazme un pequeño informe y lo leeré tranquilamente», o incluso , si se ponía pertinaz con un «Hoy tengo un mal día» mirándole a los ojos. Pero si no se daba por enterado, sacaba mi pìstola de agua y le apuntaba divertidamente, consiguiendo, tras el estupor, su huida precipitada.

Aún así, fui comprobando que mis medidas eran de los más light. y para muestra dos botones. En una ocasión  asistí, como observador, a la reunión de un Consejo de Administración. El Consejero Delegado parecía estar dormido, con los ojos entrecerrados, pero sin duda mantenía una atención flotante porque sonreía cuando alguien contaba un chiste. La reunión duró casi tres horas entre dimes y diretes y cuando cesó el tumulto, el Consejero Delegado abrió los ojos y dirigiéndose de derecha a izquierda a todos  los presentes fue diciendo» Sí, no, no, no , sí….» Luego se levantó, saludó y se marchó. » Es un método japonés » oí que decía alguien.

En otra ocasión acudí a una reunión con un Vicerrector ( al que por cierto llamaban «El Vicerreptor»). Me recibió  en  medio de una conversación. Mientras estuvimos hablando le llamaron varias veces y , al cabo, excusándose, hizó  una llamada  a alguien que no estaba pues, por los comentarios que hizo, le cogió su secretaria. Tras una breve charla comenzó a decir: » Mira , apunta: Hijo de la Gran …» Sí, sí eso, tú apunta y se lo lees, ¡Nada de peros, tú apunta y se lo lees. Pues eso, Hijo de la Gran Puta, me tienes hasta las tetas, como no me pagues, mañana mismo voy a tu despacho y te pateo las costillas…» Luego colgó con una sonrisa. Salí demudado , pero, según pude saber ,  a primera hora del día siguiente ya había recibido la pasta.

En fin, que lo mío era de un tono menor- como mi cargo-, bastante equilibrado entre lo trágico- que decía Walter Benjamin que era la condición de lo humano- y lo cómico – que puede derivar, como hemos visto por estos lares en un masoquismo sistemático.

Por todo ello guardo mi cartel de «PELI NUKLEARIK , EZ» con mucho cariño en el cajón izquierdo de mi mesa…

UNA MUJER MADURA

Ayer, a instancias de Mikel, estuve por la tarde en Donostia en otro Tribunal de Tesis. El colega tiró de mi más reciente deriva- hacia la neurosociología: otro día hablaré de esto- y activó mi posición de suplente convirtiéndola en titular. Lo cierto es que  me había leído la tesis con detenimiento  pues era una estupenda investigación sobre  las relaciones entre la memoria individual y la memoria colectiva. Todo fue bien, y la doctoranda se fue con su cum laude por unanimidad en la mano , como le correspondía.

Luego, siguiendo el protocolo, fuimos a dar una vuelta  y después  a cenar.  De Madrid  había venido al tribunal una catedrática que yo no conocía y que había ejercido la presidencia de un modo tan fino que había pasado desapercibida.

Ya en la cena, exquisita, en La Perla, y con acompañamiento de otros miembros del tribunal y los adheridos de siempre, me entretuve observando a aquella mujer .

Tenía  los cincuenta años muy sobrepasados pero su mirada conservaba el fulgor de los veinte. Su conversación era apasionada hablando tanto de su profesión como de  su familia – tenía dos hijas. Bebía bebiendo y comía comiendo por mucho que supiera – y sabía mucho  de ello – que , al cabo , todo era una resolución neuronal.

Se había presentado a sí misma  como una mujer madura   mientras la mayoría hacía apología de  sus inclinaciones infantiles. Sin embargo, observando  detenidamente los movimientos de sus manos, se podía deducir que era una niña adulta , a diferencia de tanta adulta niña que predomina en su generación.

Finalizó la cena sin que nos cruzáramos ni una sola palabra, y tras   dos pulcros besos, marchó hacia su hotel.

Volviendo hacia Bilbao y haciéndome el dormido ( ¡Perdón!) mientras Mikel conducía lentamente por la autopista, iba pensando en lo mucho que me gustan estas mujeres maduras…

El I-CHING Y LOS IDUS DE MARZO

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Ayer,  idus de marzo y 2061 años después del asesinato de Cayo Julio Cesar, cumplí 62  años. Y, como siempre, me hice una tirada del I- Ching  para tener alguna propuesta arbitraria en que pensar de cara al año que viene.

En la magnífica edición  de Albert Galvany ( de Ediciones Atalanta)  consulté la figura número 52 con un nueve arriba. La figura indicaba un periodo de aquietamiento y detención, resaltado por el nueve superior («Gran aquietamiento»). Sin embargo,   el Dictamen correspondiente abundaba, en lógica muy china por no decir oriental,  en que «llegado el momento de detenerse, hay que detenerse; llegado el momento de actuar, hay que actuar » sin hacer  mayores planes (estratégicos).En resumen   que el I- Ching me proponía un año dedicado en principio a la atenta paciencia.Y por ello escribí esto:

«Paciencia. Acostumbrados, como estamos,  a la prisa y a la precipitación — aquel no hacer nada a toda leche   que definía en tiempos lejanos el servicio militar —  la paciencia parece siempre quedar a la vuelta de la esquina.

Se solventan así  de modo terminante amores y trabajos que precisaban en realidad de más tiempo y atención.Y liquidados unos  vamos ya en pos de otros  que desaparecerán de nuevo en el tráfago sin fin. Lo que  no sabemos es que alguien se ríe de nosotros mientras tanto. Es un nuevo – que no joven – diosecillo , ese dios de la productividad sin cuenta al que llamaron Das Kapital.

Porque la impaciencia no es nuestra y si es nuestra es de esa parte de nosotros que no somos nosotros –  y que venga George H.  Mead y lo vea . De esa parte que nos ha hecho ser lo que somos  pero que pretende que sólo seamos eso: Trabajo.

Para ese diosecillo nuevo la paciencia es improductiva, no constituye ningún trabajo. El tal diosecillo, inculto – como sus representantes – hasta la médula, no ha descubierto aún la productividad de la paciencia…El día que la descubra, habrá que volverse…¡ impacientes!»

En fin, clásico que es uno , en el fondo, y tal…

Ensayos mínimos: ¿ Sudar la camiseta? o Deporte y » fair play».

 

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En 1899 el sociólogo norteamericano Thorstein Veblen publicó su obra más conocida, Teoría de la clase ociosa.

El estudio venía muy a cuento dada la polarización de la sociedad de su tiempo, dividida entre una nueva aristocracia y un proletariado de origen fundamentalmente inmigrante que vivía en condiciones miserables.

En esa obra Veblen caracteriza la clase ociosa como el grupo social no directamente productivo- en el sentido industrial de la época- , y dedicado al «gobierno, la guerra , las prácticas religiosas y los deportes». Ni que decir tiene que está casi exclusivamente formado por varones, figurando las mujeres como meras acompañantes.

Sin embargo, cuando comienza a precisar más, añade que » los deportes son considerados de dudosa legitimidad » para la conveniencia de dicha clase ociosa cuando se abandona el fair play , es decir, su aspecto lúdico, para convertirse en algo productivo. Pues la clase ociosa no puede vivir en su negación, es decir en el nec-ocio que implica, por ejemplo, la competitividad.

A la vista de lo que hoy ha llegado a ser el deporte, no sabemos qué pensaría Veblen al respecto. Y no tanto en su dimensión macro  – un gran espectáculo globalizado que mueve mucho,  muchísimo dinero -sino en su aspecto más micro.  Pues,  a esa escala,  la productividad ya dominante en tantos ámbitos de la vida – desde la cadena industrial a la sexualidad pasando por las artes y las letras -se ha internalizado, robotizando a muchos humanos en una competencia  contra sí  mismos.

A este proceso  ,  que  a su vez ha abierto otro nicho de negocio –  gestionado por las grandes multinacionales de ropa y aderezos deportivos  – ha contribuido una nueva ideología salutifera radical, en muchas ocasiones tan arbitraria como peligrosa: no hay más que pensar en los cantidad de rodillas destrozadas que los traumátologos van encontrando y en  los cada vez más frecuentes infartos in media res.

Enfin, que todo apunta a que dentro de unos años, el simple hecho de pasear puede volver a convertirse en el signo aristocrático de una nueva y sencilla ociosidad, un » fare il signore» que por mor de los tiempos ya será también «fare la signora»…

LOS DESAYUNOS DE LOS MARTES: MIKEL Y LA TONTOCRACIA EDUCATIVA

 

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La reunión ordinaria de la Junta Extraterritorial del Desayuno de los Martes de esta semana se ha celebrado en su  sede matriz del Iruña.

Mikel ha llegado  con los ojos enrojecidos y los pocos pelos que le quedan alborotados, harto de lo que sintéticamente ha llamado «la tontocracia educativa». Se había pasado casi toda la noche aprendiéndose un nuevo sofware de obligado cumplimiento para la gestión de los recursos del Departamento. » O sea, que ahora , cuando viene un estudiante ya no sólamente tengo que apuntar en mi espacio personal, cómo se llama, cuánto tiempo hemos estado, de qué hemos tratado y si vamos a volver a quedar…Ahora también he de consignar si utilizaré una videocámara o cuántas fotocopias voy a sacar…Pero lo peor no ha sido eso, no, es que además he tenido que asistir durante la semana  pasada a un curso de actualización de e-learnig que daba una tipa con aspecto de cyber-girl post-moderna y en el que, sin ningún tipo de reflexión teórica, nos ha repetido todas las mamonadas tópicas de los noventa: que si las aulas y el profesorado van a desaparecer, que si es el método educativo más democrático…»

Todos nos hemos callado. Patxi se ha quedado mirando al techo . Koldo ha sonreído malévolamente – ¡Tú te lo has buscao, pringao!- y Laura ha intentado decir algo, pero Marta le ha cogido del brazo, negando con la cabeza.

En este punto he intervenido  para darle  a Mikel la razón. Mucho tópico  irreflexivo y demasiada difusión procedimental. Yo me lo sé muy bien porque participé en el proceso de virtualización de la UNED. Un proceso que duró diez años , de los cuales  los siete primeros, entusiásticos, se fueron en implementar recursos técnicos ( hardwares y softwares de lo más volátiles) y humanos ( formación y más formación y más gasto en personal) y los tres últimos en deshacer todo lo anterior, dejándolo reducido a la mínima expresión ( hay que tener en cuenta que sólo la plataforma virtual que usábamos, la WebCT, costaba ,según decían – ¡  y ojo al dato!- 6.000 euros al día.

«¡Un gran negocio» ha dicho Mikel. «Pues sí, y sólo así se puede explicar lo que tú llamas tontocracia, pues no es posible pensar que nuestros mandamases sean de verdad tan tontos» . «No, si los tontos  son los que se lo creen y piensan que  es lo más de lo más…» .» Déjalo, ya pronto te vas   a jubilar» ha dicho Marta mientras daba vueltas a su café intentando apurar la crema.

Y todos hemos cabeceado.

Doy fe. Ante diem  Idus Mar. Anno MCDLXX ad Bilbao condita

«Kyrie eleison!» …desde la basílica de Arantzazu

kyrie

Suelo escuchar todas las mañanas el informativo de las siete de Euskadi Irratia . Ayer, como era domingo, llegué al de las ocho, que fue breve porque, a continuación, se retransmitía una misa desde el Santuario de Arantzazu. Mientras recogía el desayuno , fui siguiendo el oficio de la mano del polivalente Pello Zabala y , de pronto, en medio de un cuidadoso euskera oí un  » kyrie eleison» cantado.

En este punto ,más allá de recordar las clases de griego del excelente profesor que tuve en los Maristas de Pamplona- solo comparables  a las de latín de la Universidad de Deusto de don Santiago Segura- y de las largas misas en la parroquia de San Nicolás, me vino a la cabeza aquella frase de Goethe que decía :»Quien no tenga arte, tenga religión».

Y me acordé , supongo, porque  siempre se obvia, como ya he señalado en  otras ocasiones, que  lo religioso es algo más que lo doctrinal,pues como bien apuntó Durkheim en su siempre vigente Las formas elementales de la vida religiosa, es probablemente la forma de socialización  vicaria a la de la familia. Y desde este punto de vista,no ser religioso se convierte en algo imposible, pues la religación, esa unión ritualizada con un coletivo de creyentes en verdades indiscutibles, entra de nuevo en nuestra casa por la ventana aunque se pretenda haberla echado por la puerta. Y entra en forma de ideología alternativa, de política, de equipo de fútbol o baloncesto…o de admiración artística ante lo inaccesible, como, dándole a vuelta a la frase de Goethe, afirmó Pierre Bourdieu ( Las reglas del arte): el arte sería así una de las religiones civiles con sus iglesias (los museos), sus dioses ( los artistas) y sus sacerdotes ( los críticos y curators).

Por eso,no es de extrañar que en un contexto de ambigüedad moral, de corrupción desarticuladora de lo social,  de micro-ideologías ( como el veganismo, por ejemplo) las religiones tradicionales puedan  llegar  a ofrecer, de nuevo, alternativas globales ,  sencillas y, acaso, muy radicales.

Y este último aspecto también tiene su importancia pues, a fin de cuentas-  y por finalizar con otro  sociólogo-  como decía Veblen en su magnífico estudio titulado La clase ociosa, el culto  religioso ha sido una de las matrices sociales  más relevantes de todas las sociedades conocidas junto con la organización militar ( pero de esto ya hablaremos otro día.

Así que » Kyrie eleison!» – «¡Señor , ten piedad!», y que cada cual interprete sinceramente esta exclamación en esta sociedad  nuestra,  consumista, globalizada y  multicultural. Y que acaso nos sirva para respetar todas las creencias, razonadas y no razonadas, siempre que no sean impuestas…

 

LOS ARCHIVOS DEL PELI: 1.-«SILENCIO, DISCUSIONES POLÍTICAS Y EL PRIMO DE ZUMOSOL» (2000)

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(Año 2000 / Folios 54- 57)

Discusiones políticas.  Tras una elogiosa presentación, dos afilados ponentes  desgranan sucesiva y minuciosamente  – con apartados del tipo a,b,c  o 1,2,3 – sus análisis sobre  la SPA (Situación Política Actual. El despliegue discursivo es magnífico: se comprueba que el pensamiento que se expone es tan denso como el aire que se respira en la sala abarrotada de antiguos setentayochistas.

Al final de la exposición  queda  muy claro porqué uno de los ponentes  ya es catedrático y al otro sólo le faltan unos años – pocos – para serlo. El  presentador del acto, ante la rápida constatación del anonadamiento del público, comienza a  realizar una serie de preguntas que sirven a los ponentes para matizar  , si cabe más todavía , sobre lo ya matizado. Interviene entonces alguien desde el público  que  habla de forma compulsiva  causando un cierto estupor. Uno de los ponentes le recrimina paternalmente  indicándole que el tema que plantea – algo relativo a unos presos – es un aspecto menor que no debiera tenerse mucho en cuenta. En este punto  el presentador  reasume sus funciones y descarga otra batería de preguntas. Los conferenciantes sonríen, se arrebujan en sus sillas y comienzan a responder reposadamente , uno tras otro.

Las preguntas y respuestas se van alargando y entrelazando , formando un  tupido tejido en el que las  voces  de los ponentes y el presentador se confunden y superponen…De pronto un señor mayor,  comienza a hablar en alto como si estuviera en el salón de su casa comentando una noticia de la televisión: » Palabras, palabras, palabras.Pero ¿ de qué sirven tantas palabras, tanta filigrana y  saber hacer jesuítico, si después viene el primo de Zumosol y estampa a dos o tres contra el tobogán ? » .

Un silencio absoluto se extiende  por la sala. Los conferenciantes se quedan mirándose de hito en hito  como si fueran dos  dibujos animados paralizados. El presentador, tras unos segundos de indecisión, intenta  retomar la palabra  pero uno de los ponentes le coge del brazo con tal fuerza que tiene que desistir.

Silencio. Discusiones políticas y el primo de Zumosol.

CUENTOS MORALES DE AQUÍ MISMO: HISTORIA DE «HARPO»

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Hace tres días lo recogieron del suelo, tras  un infarto,  mientras daba una vuelta por el Paseo Nuevo. Para cuando ingresó en urgencias, ya estaba muerto.

Había nacido en un pueblo de la Ribera en 1954. Estudió en el colegio de los jesuitas de Tudela, compartiendo pupitre con algunos de quienes serían más adelante conocidos dirigentes de UPN. Tras aprobar el PREU, fue a la Universidad de Zaragoza, donde se licenció en Filosofía y Letras. Allí, además ,ingresó, junto con el resto de su cuadrilla,  en un grupo  clandestino que se denominaba Larga Marcha Hacia La Revolución Socialista – yo siempre me cachondeaba del tal nombre por lo de «largo me lo fiáis».

Con el recibo del título en la mano, comenzó a hacer sustituciones por el Goiherri guipuzcoano. En Beasain decidió aprender euskera y a lo largo de varios años se fue sacando los títulos D y B en la UNED de Bergara ( dondé yo le conocí. Después, se presentó a una de las primeras oposiciones del nuevo Gobierno Vasco y las sacó. Tras vagar por varios institutos, al final se afincó en una localidad marítima ( a él ,tan ribero, le encantaba  el Cantábrico. Durante muchos años ejerció de profesor de filosofía en bachillerato. No hizo la tesis doctoral, no dió conferencias, no escribió artículos, no presentó ninguna comunicación ni ponencia en ningún congreso: tan sólo dió clases y continuó  , como siempre, leyendo mucho. Entre tanto se arrejuntó y se desarrejuntó un par de veces , y cuando se jubiló, hace poco más de un año , estaba  de nuevo soltero .

Ayer , en la parroquia de Santa María ,  como se suele decir, no cabía un alma, copada  por ex-alumnos y ex-alumnas. A él no le habría hecho mucha gracia  un funeral religioso- se definía como agnóstico- pero su hermana se empeñó en ello y todos lo aceptamos.

Podría decir su nombre, pero sé que a él no le  gustaría. Su nombre de guerra , no obstante, era «Harpo»- por el de los hermanos Marx.

YA HE ACEPTADO QUE LAS BICICLETAS VAYAN POR LAS ACERAS

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Tras estas jornadas trabucaires, en las que, al calor de ese programa de ETB1 que a partir de ahora llamaré «El innombrable», el personal se ha disparado en dimes y diretes de tirios y troyanos, ayer por la tarde  decidí prolongar mi paseo vespertino por las orillas del Deba. Mientras escuchaba en la oscuridad las aguas rumososas de este río azaroso, un viento de bondad me envolvió cariñosamente y comencé a aceptar algunas cosas que hasta aquel momento me habían parecido inaceptables. Enumérolas a continuación bajo la forma de decálogo, para satisfacción de vuestra siempre atenta curiosidad.

Así acepté, de una vez por todas y para siempre:

1) que las bicicletas vayan por las aceras

2) que muchos estudiantes sigan diciendo que Franco fue «un rey»

3) que el dolorismo recreativo es la clave comunicacional fundamental

4) que no hay dos sin tres haciendo el gilipollas

5) que hay muchos más conversos de todo tipo que cristianos viejos

6) que, para quien quiera escarbar, siempre hay una patria abscondita esperándole

7) que  sería necesario reponer «Barrio Sésamo»( euskeraz bai ta ere) para restablecer un léxico básico

8) que a la vista de lo visto, «yo no soy Charlie Hebdo»

9) que el saber sí ocupa lugar- sobre todo en algunas cabezas.

10) que, en resumen, «por el mar van las liebres,  por el monte, las sardinas»…

Aceptando todo esto- y algunas cosas más que, por pereza, me he dejado en el tintero- me he sentido, ya  hoy por la mañana, un varón  sesentón liberado.Así que sugiérote, querido lector, querida lectora, que hagas tu propia lista, grande o pequeña, y la guardes o nos la cuentes, según el viento que dé en tu frente…