No me he sentado en esa mesa porque había un cartelito metálico en el que ponía «Reservado». Pero El Individuo – lo llamaré así por comodidad- ha venido con sus dos amigos y se ha sentado ostentoreamente ( pronto se verá lo adecuado de este adverbio imposible tomando de Jesús Gil- el de Marbella) en una de las sillas . Ante las protestas de los colegas ha dicho literalmente «Yo estos cartelitos me los paso por el culo» ( ignorando acaso, y por cierto, el riesgo de tal operación. Todos ya sentados, uno de ellos , de aspecto contraído y mirada perdida se ha levantado y ha vuelto con tres cervezas. El Individuo le ha dado una colleja – «¡Queríamos Heineken, tontolaba!- , a continuación ha cogido su teléfono móvil y ha puesto a reproducir una canción que de tan estridente que era ha recibido una mirada censuradora de un señor que estaba leyendo el periódico en la mesa de al lado. «Si te molesta, te piras, puto viejo de mierda» ha soltado mientras le hacía una higa. Al poco ha parado la música y ha comenzado a poner » unos vídeos de puta madre».
Bebidas las cervezas, los tres se han levantado montando un buen ruido de sillas. El Individuo se ha ajustado unas bermudas de color indefinido y se ha estirado una camiseta negra de tirantes en la que ponía «Soy la hostia, fóllame».
Por fin se han ido, pero desde un coche que pasaba por delante he podido oir el último anuncio del sorteo de la ONCE. Y decía algo así: «Seguro que te molan esas super-casas de los malos-malísismos de las pelis…Ahora tú tambien vas a poder tener una…»
El señor del periódico se ha vuelto hacia mi. ¿Tu eres profe, no? (en el barrio uno está muy pillado.He asentido. Esa gente ¿habrá ido alguna vez a la escuela? ¿Habrá terminado la ESO?
He cabeceado sin afirmar ni negar nada, y me he pedido otro txakoli. Ciertamente, en vez de El Individuo le podría haber llamado El Tipo.