Son ya demasiados los amigos y amigas , excelentes escritores y escritoras, que tuvieron su momento de gloria y sus premios y agasajos, y hoy están ya descatalogados y no hay ni rastro de su obra en las librerías.
Al detenerme frente a un semáforo en rojo, ha pasado lentamente frente a mí. En un primer momento ,he pensado que se trataba de un autobús electoral, pero al observarlo más detenidamente me he percatado de que, en efecto, era un autobús, pero publicitario. Y junto a una gran foto suya, la de los brazos cruzados ,se podía leer » MÁS DE 300.000 EJEMPLARES VENDIDOS «, con la portada de su penúltima obra.
Es, sin duda, el rey del bestseller en estos lares generosos en reinas del mismo cariz, y ni se prodiga en las listas de «los más vendidos» de las publicaciones ad hoc, ni son frecuentes las críticas sobre su obra. Una obra, por otro lado, fecundísima, que daría envidia a Stephen King que confesaba, cuando todavía era capaz de hacerlo, que escribía una media de dos páginas y media por hora.
Tuve la mala suerte de conocerle en circunstancias malísimas, ejerciendo brevemente de inocente mamporrero en una asociación literaria de cuyo nombre no puedo -ni quiero- acordarme. Lamentablemente el episodio transcurrió entre rayos de miradas y truenos de palabras, pero, vista la luz, el destino me dio la oportunidad de salir zumbando.
No he leido ninguno de sus libros pues mis gustos van por otro lado denominado, a saber porqué, literatura. Aun así, ni que decir tiene que le deseo mucha y buena suerte y sobre todo que las altas ventas le duren lo suficiente como para tener en el futuro unos ahorrillos: son ya demasiados los amigos y amigas , excelentes escritores y escritoras, que tuvieron su momento de gloria y sus premios y agasajos, y hoy están ya descatalogados y no hay ni rastro de su obra en las librerías.
Pues en el «espacio literario» del amigo Pierre Bourdieu funciona algorítmicamente «el sistema de la moda» del colega Roland Barthes, y esta estática y tal dinámica es muy similar en otros «espacios», como el cine, la fotografía, la pintura , la escultura, la música…O la arquitectura, como ha puesto de manifiesto Felix Viscarret colateralmente en su divertida y a la vez delicada Una vida no tan simple, en la que un viejo arquitecto ( severo Ramón Barea) advierte a un joven colega( despistado Miki Esparbé) que acaba de recibir un premio de que se lo tome como un soufflé que se puede deshinchar en cualquier momento…
(c) by Vicente Huici Urmeneta