Nunca he llegado a entender muy bien qué es eso del Tercer Mundo. En un principio, me esforcé por comprender lo que nos enseñaron en la escuela y el Telediario, a saber: Hay un primer mundo desarrollado, donde vivimos nosotros; un segundo mundo que está en vías de desarrollo y un tercer mundo, subdesarrollado. Pero al igual que se le dice a la novia, que hay otras chicas, pero están en ti, es verdad que hay otros mundos, ¡pero están en éste!. No deja de ser curioso que el Tercer mundo en el Sistema Solar, sea precisamente el Planeta Tierra: Mercurio, Venus y nosotros. Y no hay lugar en la tierra en el que no podamos ver y contemplar al famoso Tercer Mundo… Claro que entonces, para alejarlos de nuestro entorno mental, se ha acuñado la expresión Cuarto Mundo, que alude a esos pobres de solemnidad a los que también se llaman Sin techo. Así, vagabundos, marginados y toda suerte de gentes adscritas a los vergonzantes dejan de ser nuestros vecinos, nuestros conciudadanos y pasan a convertirse poco menos que en marcianos o extraterrestres, que pasean entre nosotros sin ser vistos, ni oídos, ni atendidos, como sucede en las novelas de Ciencia ficción, donde amenazan con invadir todo el planeta Tierra.