Todos hemos participado de la infantil afición del origami, denominada por Unamuno papiroflexia, cuando hacíamos barquitos, sombreros, y aviones en el inocente parvulario con el papel de periódico para darle mejor servicio que el de servir de correveidile de embustes oficiales, elaboración paciente propia de mentes orientales forjadas en el respetuosos taoísmo, con la ayuda sola de nuestras cálidas manos y su prensil habilidad de doblar y plegar sin necesidad de tijeras u otros instrumentos fríos metálicos cortantes, que no harían su aparición hasta bien entrada la Primaria cuando ya fuéramos capaces de usarlas sin peligro para entregarnos a la más sádica y pericia de los recortables en anónimas cartulinas.
Nuestros gobernantes parece que no se fijaron en el matiz y solo saben hablar de recortar aquí y allá entendiendo por “ aquí”su allá, y por “allá” nuestro aquí…de modo que recorten de donde recorten nunca les afecta a ellos y siempre a nosotros. Obsérvese como las pensiones de viudas y jubilados, los salarios de los trabajadores, el sueldo de funcionarios, son recortables mientras los privilegios de sus señorías, las subvenciones de los partidos, y los sobresueldos por primas, y conceptos varios van en aumento; Fíjense lo bien que se sabe recortar en partidas de sanidad, educación, ciencia, infraestructuras, al tiempo que no se sabe por donde empezar en armamento, viajes de representación, coches oficiales, despachos oficiales, trajes oficiales; Apréciese con qué diligencia encuentran el modo de recortar nuestro poder adquisitivo, nuestro derecho al trabajo digno, el acceso a la vivienda y demás cuentos constitucionales y lo difícil que se les hace no subir impuestos, no regatear ayudas a la empresa del automóvil y no poner límites a los márgenes del beneficio bancario…
No se puede decir que a muchos les gustaría cortarles las pelotas, pero no estaría nada mal que hubiera algún que otro recorte en la abultada plantilla de la casta política, aunque solo fuera para dar ejemplo y que por una vez se asemejaran a la ciudadanía que dicen representar. Para empezar, se me ocurre suprimir los inútiles Ministerios de Trabajo, Vivienda, Igualdad, Cultura, Ciencia, y la Portavocía del Gobierno, luego pasaríamos a echar a la calle al 20% de los Congresistas, unos 50, y dar de baja a toda la Cámara Alta del Senado por obsoleta y deficiente. Ya puestos, haríamos lo propio con los órganos autonómicos y Diputaciones Forales y los Gobernadores Provinciales, reduciendo los altos cargos de todas las instituciones mencionadas a un tercio del total actual que ya es bastante. Por supuesto, haría volver de Europa a todos nuestros eurocomensales y que ejercieran su labor desde aquí por internet que ya es posible, para evitarnos gastos innecesarios. Y medidas similares en un dilatadísimo etcétera de ayuntamientos, alcaldías, concejalías… Es posible que el montante económico ahorrado al país y los contribuyentes por la vía directa descrita y la indirecta del dispendio evitado en chóferes, secretarias, escoltas, dietas varias, gastos de oficina…..fuera más que suficiente para no tener que hacer recorte alguno en temas sociales que nos afectan a todos. Solo por eso, por no haberse aplicado el cuento, ya se merecen todos ser suspendidos de empleo y sueldo.
Los recortables
http://www.youtube.com/watch?v=wY5DLQrpIRA
Directamente: Dejamos el Ministerio de Hacienda, que es el único que da beneficios y cerramos todo lo demás del Estado.
Más de uno nos quitariamos el sempiterno dolor de Coronilla que también tiene unos gastos enormes y no le afecta la nueva edad de jubilación.