Todo empezó con aquella promesa electoral de devolver 400 euros a cada contribuyente en la próxima declaración de la renta. Luego resultó que sólo tenían derecho a devolución, no precisamente quienes más lo necesitaban. Pero daba igual, no era momento de entrar en detalles. De modo que, algunos cobraron, otros se quedaron con las ganas, porque no habían empezado a devolver un euro, cuando ya se comenzó a hablar en el Telediario de que en el siguiente ejercicio lo tendrían que reembolsar de nuevo a Hacienda. Fue por aquel entonces que ZP aporreaba a las puertas del G-20 en calidad de décima potencia mundial, cuando se atrevió a profetizar ante un estupefacto Sarkozy que, en plazo breve, España desbancaría a Francia de su sexta posición como potencia económica, a quien por cierto, poco después debió pedir el favor de interceder para salvar a los rehenes de Mauritania. Y con ese optimismo que caracteriza a nuestro Presidente, se anunció el cheque bebé de 2.500 euros para fomentar la natalidad sin reparar en matices respecto a la situación socio-familiar de sus destinatarios, antojo que duró un suspiro, pues del mismo modo que se gestó por sorpresa, por sorpresa fue abortado, cogiendo a más de una, con un déficit embarazoso. Todavía la crisis se llamaba desaceleración y con las recetas de Keynes en la mano se hizo un plan E entregando subvenciones a fondo perdido y bien que perdido, para que los ayuntamientos abrieran y cerraran zanjas sin orden ni concierto con tal de emplear a la gente, para asombro de media Europa que empezaba a experimentar vergüenza ajena de su presidencia europea. Mientras ello sucedía, los consistorios y otras administraciones dejaban de pagar a los autónomos que les habían adelantado los materiales y el trabajo, por lo que muchos de ellos se vieron forzados a cerrar sus pequeñas empresas y el Plan E fue literalmente pan para hoy y hambre para mañana dado que el circo estaba garantizado con el Mundial. Pero el Gobierno ZP mantenía la confianza y pronto le puso remedio promulgando una paga de 420 euros para los parados; Bueno, todos los parados no, sólo quienes se hubieran quedado en paro desde hacía poco. Por supuesto, más adelante dicha paga sería suprimida, luego prorrogada, suprimida definitivamente, y de nuevo resucitada pero esta vez con 20 euros menos. A los funcionarios se les restó de un plumazo un 5% de su sueldo. Mas, como una ciudadanía sin dinero no puede consumir, para activar la economía al Gobierno Socialista, no se le ocurrió nada mejor que dar dinero a los bancos para que a su vez ellos concedieran créditos a los futuros votantes y sobre todo a las PYMES. Pero como quiera que la deuda española no gozaba de atractivo para los inversores extranjeros, la banca aprovechó la pasta gansa que el Gobierno les había regalado al 0% de interés para adquirir deuda al 3% haciendo el mayor negocio de su historia, lo que supuso una política más restrictiva en la concesión de créditos y uno de los mejores ejercicios económicos en el reparto de dividendos para los accionistas del Santander y el BBVA. Así las cosas, mientras muchas familias empezaban a verse embargadas y despojadas de sus bienes por no poder hacer frente a las terribles hipotecas, y los medios de comunicación toreaban a la gente con la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, ZP puso en marcha un conjunto de medidas encaminadas a favorecer a la industria del automóvil, como la de subvencionar con miles de euros la compra de cualquier particular, iniciativa que ciertamente tenía fecha de caducidad y que debía ser aprovechada antes de que se aplicase la nueva subida del IVA de dos puntos. Hacía tiempo que la SGAE cobraba el canon digital y el Gobierno creyó oportuno exprimir un poco más al ciudadano aprobando la Ley Sinde que luego no se aprobó y finalmente si se ha aprobado…En un arranque de responsabilidad, tras esquilmar las arcas del Estado, liquidar el superávit de la Seguridad Social, este Gobierno avisa que es necesario aumentar hasta los 67 años la edad de jubilación porque peligran las pensiones. Entre tanto, todas las instituciones municipales, provinciales, autonómicas…siguen con el despilfarro habitual realizando gastos superfluos y sufragando corruptelas de todos los colores del arco parlamentario, que ZP ya encontrará el modo de rascar en los bolsillos de los españoles. Y así fue, gasolina, electricidad, gas…todo empezó a subir como la espuma, casi al mismo ritmo que el paro que anda sobre los cinco millones de personas, un 20% de la población activa. Caen las contribuciones a la SS, baja el consumo, cierran las empresas, y entonces vinieron los recortes presupuestarios en ciencia, obras públicas, sanidad, educación…La deuda española empezaba a tenerlo muy difícil para colocarse en el mercado internacional y se vio obligada a elevar su interés. Como era de esperar, ello no era debido a la mala gestión del Gobierno. Una confabulación de especuladores bursátiles, trabajaban para provocar la ruina de España. En esta coyuntura, el Gabinete de ministros reaccionó en serio y prohibió fumar en los bares. En un pis-pas, el Rey nombra Marqués a Del Bosque, el mercado español se abre al capital chino, se rebaja la velocidad en autopista a 110 para ahorrar, Telefónica una antigua empresa estatal privatizada se ufana de sus enormes beneficios obtenidos en Latinoamérica para sus accionistas privados y de Qatar ZP se trae 3.000 euros para el saneamiento de las cajas, la industria energética y ayudar a los maltrechos clubes de futbol a realizar fichajes si hiciera falta, para mantener el alto nivel de competitividad en la Liga.
Como en toda novela negra falta el cadaver y el asesino.
Bueno, el aún no cadaver poco a poco se va dibujando en las pesquisas del Mike Hammer de turno.
El asesino, aún más difuso, quizá nuestro detective arreglalotodo lo descubra delante del espejo, aunque en el fondo y bebiendo un Ryoja determine que entre todos lo matamos y el solito se murió.