Las marchas pacíficas que todos los Viernes, los habitantes de una pequeña localidad cisjordana emprenden desde sus casas hacia el otro “Muro de las lamentaciones” para protestar contra el Apartheid al que son sometidos a diario ellos y en solidaridad con la vergonzosa situación de reclusión a la que son sometidos sus hermanos del Campo de concentración de Gaza, fueron catalogadas por el Estado Nasi – Nacional Sionista – de Israel, de “Terrorismo no violento” anécdota que relata el notable diplomático judío, Stéphane Hessel, autor del manifiesto “¡Indignaos!” de la que comenta que “Hay que ser israelí para calificar de terrorista la no violencia” apreciación que mucho me temo, empieza a estar caduca, ahora que los gobernantes occidentales han de torturarnos sin el verduguillo que les protegía de nuestra indignada mirada, que por algo reyes y faraones no se lo permitían a cualquiera, habiéndolos todavía que agachan la cabeza en señal de total sumisión al recibir los Premios “Príncipe de Asturias”, a la hora de entrevistarse con el director de una sucursal para solicitar un préstamo o sencillamente ante un maniquí vestido con traje de Christian Dior para mirar su prohibitivo precio.
Hace bien poco, la Generalitat de Cataluña, ha anunciado la creación de una brigada especial, al más puro estilo “Hombres de Harrelson”, para combatir lo que se ha dado en llamar “Guerrilla urbana” término que ni los silogismos garzonianos se atrevieron a emplear para designar los altercados en las calles vascas que prefirieron circunscribirlos a su nombre en euskera como Kale Borroka, como dando a entender que las famosas técnicas empleadas por los Mossos d´Esquadra en comisaria contra individuos indefensos, amedrentados, esposados y arrinconados, ya no valen cuando el Pueblo sabe a lo que va. Ello evidencia de una parte, la previsión gubernamental del cariz que van a tomar las protestas según se le vayan apretando las tuercas al Tercer Estado y de otra, con qué talante democrático se les va a tratar desde la autoridad y los medios de comunicación, a cuantos ciudadanos se resistan lo más mínimo a ingerir el jarabe de palo cuando tengan ante sus narices el pijamita de madera Prét á porter que se les ha confeccionado con sus impuestos.
Este filósofo, antiguo miembro de la resistencia, habla de rebelarse pacíficamente para combatir la tiranía actual de los mercados, poniendo como ejemplo a seguir los de Mandela y Luther King, a los que para rematar la faena, el bueno de José Luís Sampedro en el prólogo, se permite el lujo de añadir a Gandhi. Ya puestos, haciendo honor a su nombre, podía haber citado a Jesús y así todos hubiéramos tenido claro el camino hacia el calvario, el martirio y la crucifixión que se nos indica, pues no se lo pierdan ustedes, que también nos habla este buen hombre, de esperanza frente a exasperación, como única solución a los conflictos sociales, subterfugio bienintencionado por parte de quien se teme que la paciencia se ha agotado, sin atender que la esperanza aunque sea lo último que se pierde, también se pierde, de modo que si la derrota sobreviene sin lucha previa será la vergüenza y no la resignación la que nos prive de la dignidad por el autor reclamada.
En todo caso, leído Marcos, la resurrección brilla por su ausencia y no hay más esperanza que la que uno se pueda procurar por sus propios medios; Claro que, a lo mejor, todavía los hay que creen poder matar un cerdo a besos…en cuyo caso, ya pueden ir preparándose Concejales, Alcaldes, Junteros, Diputados, Senadores, Congresistas, Parlamentarios, Ministros, Presidentes y Familia Real al completo, para una avalancha de “Indignados” amorosos que se les echen encima en el transcurso de los plenos, inauguraciones, ruedas de prensa, recepciones, y demás actos oficiales, para darles besitos – algo ya se está ensayando en Chile – y abrazos como los que todos ellos buscan denodadamente durante las elecciones, solo que en esta ocasión, puede haber sorpresas emocionalmente fuertes, porque hay amores que matan.