La primera vez que vi escritas juntas estas cuatro letras que no alcanzan el nivel de acrónimo por no ser siglas sino simples consonantes de un supuesto nombre, me recordaron al modo en como fueran bautizados aquella simpática pareja de androides R2d2 y C3Po de la “Guerra de las Galaxias”. A caso, supuse, ese sería el efecto perseguido por los asesores de imagen del hasta ahora fontanero segundón, auténtico Mario Bros plusmarquista del Socialismo español, el de transferirle por asociación fonético-visual dicha simpatía ya arquetípica entre los de mi generación;
Sin embargo, pensándolo mejor, los de mi generación, somos ya incorregibles y difícilmente treta semejante nos hará variar el voto; Seguramente, la artimaña debería responder a otro oculto propósito dirigido a mentes formadas en un ideario más abierto al cambio y la transformación. Meditabundo en esta reflexión, fue que caí en la cuenta de que RbCb podía recordar a aquel superpolicía de cuerpo metálico y cerebro orgánico, por lo de Robocop, que facilitaría asimilar sus virtudes a su trabajo como Ministro del Interior en el pasado y capacidad para vencer a cuantos se le enfrenten en el futuro inmediato, o sea, a los malos del Partido Popular y al anti-héroe, el fallido MR-12 que según el CIS pese a ganar por puntos el combate, goza todavía de menos simpatías, por lo que como dijera Unamuno ¡Vencerá! ¡Pero no convencerá!
También RbCb me recordaba a los compuestos químicos, como “Rubalcaba” al “Abracadabra” y al leguaje que se usa en publicidad para engañar a un público analfabeto en cuestiones científicas; Así, sería posible que la estratagema para vender la nueva imagen de este individuo sin escrúpulos ideológicos fuera presentarlo como el ingrediente secreto del nuevo PSOE con RbCb, capaz de dar la vuelta a las encuestas, limpiar las manchas de las pasadas legislaturas y con poder amnésico para cuantos lo voten.
Pero la fuerza de RbCb como marca política de la nueva esperanza socialista no descansa sobre una compleja fórmula, ni estrellas fugaces que necesitan de los focos para ser iluminadas, sino en aquel principio activo que no puede no ser y menos ser mencionado por mortales…RbCb, sería el nuevo Tetragrama sagrado con el que la Casa del Pueblo socialista ha establecido una nueva Alianza que les salve de la debacle electoral. En la tradición judía, “Yhvh” (Yahvéh) significa “el que es” o “el que será” Esta explicación concuerda con el significado del nombre dado en Exodo 3:14, donde dios mismo se presenta como “Yo soy el que soy”. Paralelo que no falta en Ruby quien se ha autoproclamado líder del PSOE – vaya otro tetragrama sagrado – sin esperar a que lo haga el Congreso del Partido, al más puro estilo napoleónico, actitud del todo acorde con el halo divino que le corresponde a quien no puede mencionarse por su nombre entero, que cuando no es Rubalcaba, es Alf, Fredo, Alfredo…diluyendo en el olvido el inconveniente perfil de ratoncito que le otorgaría ser conocido por Pérez, como en su día no auguraba nada bueno un Rodríguez en la Moncloa y parecía más gracioso un ZP.
Pero le he dado tantas vueltas a estas cuatro letras que empiezo a asignarles significados adversos a los que en principio suponemos le verían sus expertos en maquillaje político que lo han recomendado para su campaña; Así es: RbCb puede adoptar la nada gratificante expresión lingüística ¡Roba Cabrón! que efectivamente, precisa de alguna consonante de más para completar el significado, como a los artífices del nuevo Tetragrama les sobraba la L de “Líder” para que les cuadrara la divina similitud.