Si desde la remota Islandia se nos devolvió a la ciudadanía eso que llaman soberanía, desde la vecina Italia, ahora sus tribunales nos hacen el favor de poner en su sitio a esos falsos árbitros de la escena económica conocidos como Agencias de Rating que de obedecer su nombre a su cómplice quehacer al servicio del Capital, mejor harían en decirse de ratering, intervención político-judicial abiertamente deseada que ningún país ha osado acometer por miedo a las represalias mientras las víctimas de sus criminales comunicados han sido naciones de poca monta como las africanas o periféricas como la GRIPE europea – Gracia, Irlanda, Portugal y España – una especie de BRIC – Brasil, Rusia, India y China – pero en retroceso económico. Así ha sido, hasta que en el dominó especulativo apareció la doble blanca de la bella Italia, miembro fundador del G8 que por supuesto, no les va a tolerar a estos gángsters del Chicago bursátil, hablar mal de su economía para influir negativamente sobre su República, o sea, “La cosa pública” que allí la sienten como “Cosa Nostra” y salir de rositas como están acostumbrados por las repúblicas bananeras, de una tierra en la que como diría Cesar Borgia, no hay problema del día que no pueda solucionarse por la noche.
La Fiscalía de Trani ha acusado formalmente a las agencias de ráting de haber emitido «juicios falsos, infundados o al menos, imprudentes» sobre el sistema económico-financiero italiano en palabras de los magistrados. Todo empezó con las denuncias interpuestas por dos asociaciones de consumidores ante la especulación que se produjo en la Bolsa de Milán tras la difusión del rating de Italia. La primera denuncia iba contra Moody´s por su informe del 6 de Mayo del 2010 en el que se afirmaba categóricamente que tras la caída de Grecia, el sistema financiero italiano entraba también en riesgo, lo que provocó una drástica bajada del mercado de títulos italianos. La Fiscalía, ahora les ha dado la razón y literalmente ha reconocido que dicho informe, se basó “ en juicios infundados e imprudentes” La segunda de estas denuncias es del pasado 1 de Julio contra S&P por otro informe sobre el plan de ajuste del Gobierno italiano, en el que la fiscalía también observa la maliciosidad con que fuera difundido estando todavía abiertos los mercados. Destapada la caja de los truenos, parece que definitivamente la justicia italiana va a tomar de oficio cartas en el asunto y ya hay abiertas nuevas investigaciones de otros sospechosos informes de estas bandas internacionales dedicadas al desfalco de países enteros con el consentimiento de sus gobiernos. Hasta ahora, porque de verdad, que la intervención parece que va en serio, después de que se han cursado órdenes de registro de sus sedes y de detención de sus responsables.
Pero los Italianos, que de corrupción organizada saben lo suyo, conscientes por experiencia de que es muy difícil pillar fuera de juego e in fraganti a toda una Corporación como Moody´s o S&P sin contar con la colaboración interna de soplones a los que someter al dilema del prisionero, ha comenzado a buscarles las cosquillas a quienes personalmente redactan estos informes, o sea, a esos famosos analistas que detrás del Sacro nombre de sus empresas se creen a salvo de esa especie de Tribunal de Nuremberg financiero que algunos autores como Roberto Petrini en su obra “Juicio a los economistas” venimos reclamando en el desierto, pero ahora muy reconfortados, al contemplar como desde un Estado como el Italiano se ha dado orden de investigar en detalle a los tres analistas de S&P Eileen Zhang, Frank Gill y Moritz Kraemer a quienes se les suma los responsables legales en Italia de dichas agencias, todos ellos acusados de “manipulación del mercado” de los cuales, ahora se conocen sus rostros y sabemos sus nombres, situación la suya nada deseable, cuando cientos de personas en Nápoles, Calabria y mi querida Sicilia han perdido fortunas por sus canallescos comentarios que tenían nefastas consecuencias para todos, menos para ellos. Y si la implicada en sus estragos financieros es la Iglesia Católica…que Dios les coja confesados y no se les ocurra refugiarse en ninguna ciudad con puentes.
Esta polémica sobre las agencias de rating me recuerda las interminables discusiones sobre si hubo o no penalti tras un Madrid- Barça. Los hinchas del equipo perjudicado acaban echando la culpa al árbitro y hablan de supuestas campañas antimadridistas o incluso anticatalanas.
No sé si en el caso de los informes de Moody’s y S&P se habrá producido eso que en derecho se designa con expresión tan sugerente como “maquinación para alterar el precio de las cosas”, pero en cualquier caso, pienso que las rebajas de calificación están más que justificadas, dadas las políticas despilfarradoras de muchos estados que ,incluso, como es el caso de Grecia, han mentido a sus ciudadanos y a Europa en sus cuentas públicas. Y es que países como España, Italia y algún otro presumían de AAA y daban toda su confianza a estas denostadas agencias, cuando todo parecía marchar sobre ruedas. Contribuyendo de esa manera a aumentar su prestigio , que ahora se vuelve contra ellos.
Nada nos obliga a hacer caso de los informes de calificación; nadie ha forzado a las entidades financieras a exigir triple A a la hora de comprar bonos. Ningún estado tiene la obligación de someter su deuda a calificación.
Si los gobiernos europeos quieren oír bellas palabras sobre sus cuentas, pueden muy bien crear su propia agencia de evaluación. Otra cosa es el caso que los mercados vayan a hacer de sus calificaciones. Porque el impacto que las declaraciones de Moody’s, S&P o Fitch tienen sobre las bolsas se debe al respeto que ellas mismas se han ganado, queramosloo no.
La decisión de rebajar el rating de USA, ha sido valiente y merecedora de todo elogio, con independencia de que pueda estar ligada a turbias maquinaciones en los mercados de valores, que la justicia decidirá si deben o no ser castigadas. Ya era hora de que alguien pusiera en su siti a un gobierno que lleva más de cuarenta años empapelando el mundo de bonos para financiar sus aventuras de todo tipo.
Reconozco la parte de razón que asite a los argumentos expuestos de tu parte. Pero así como se puede denunciar la publicidad engañosa por mucho que sea el ciudadano el que decida creersela o no creérsela, es denunciable que las agencias de calificación no procedan con objetividad en sus informes. Además la información que circula no siempres es lícita si se trata de rumores o bulos: por ejemplo, un diario puede ser llevado a los tribunales si reiteradamente da pábulo a embustes sabiendo que lo son aunque procedan de una fuente ajena al medio.
CocaCola denunció hace un par de meses a «Chatarreros sin Fronteras» por especular con el precio de sus latas.
El Sr. Correa en Ecuador ha auditado los créditos anteriores y ha detectado montones de irregularidades, ilicitudes y concupiscencias y de momento se niega a reconocerla.
Y ahora van y se meten en terreno siciliano y vaticano.
«Qué parezca un accidente, Antonioni, o una Extrema Unción, Pío»
Ya no respetan nada, pero para algunos todo el año son «Los Santos Inocentes» y las bromas diarias pasan como cosa normal y cotidiana.
¿O será que yo me asombro de cosas que son cotidianas, como me asombró siempre el «Toco Mocho» y éso…?
¡Qué bueno lo del ratering! Se dice que la avaricia rompe el saco y en este caso la piñata está preñada a presión y veremos volar el dinero con los vientos predominantes, y ya veremos en que lo gastamos.
Muchas gracias por el dato de la Coca Trola, Amigo Carlos, con tu permiso te citaré cuando use la noticia en un artículo que precisamente preparaba sobre la huelga de chatarreros. aunque para dar palo a la Coca Trola, siempre hay motivo.
Bueno, la noticia la dieron en un Telenoticiario. Debe haber información por ahí, ya que no es ningún secreto.
Cítame en tu artículo si quieres, pero yo seré el primer asombrado, porque no hice más que repetir lo que alguien dijo por la tele.
Atento a la pantalla plana; un saludo.