La presencia en España del Premio Nobel de la Paz y fundador del Banco Grameen, Muhammad Yunus, que acaba de inaugurar en Valladolid, la V Cumbre Mundial Contra la Pobreza, siendo como es el pionero de los microcréditos, nos motiva lo suficiente como para reflexionar que su referencia no podía llegar en mejor momento.
La ciudadanía está acostumbrada a los macrocréditos para comprarse una casa a veinte años, un utilitario con cómodas mensualidades, unas vacaciones a plazos. ¡En fin! Todos esos lujos propios de nuevos ricos para los nietos e hijos de emigrantes que nunca llegaron a entender aquello de “lo bien que se vivía con Franco…en Alemania”.
Pero ¡Ya están aquí! Los aplaudidos y reverenciados microcréditos que han hecho posible soñar con el “sueño americano” justa retribución al pobre emprendedor que no se resigna a vivir y morir pobre por el mero hecho de haber nacido así, auténtico factor disuasorio de apetencias revolucionarias que viene a decirnos, que el que padece la pobreza, es debido a su indolencia o mala gestión de sus oportunidades, cuando no por sus vicios y malas costumbres que lo envilecen cada vez más.
No es casual la visita de este banquero bonachón a nuestro mercado financiero en un momento en que hay más de cinco millones de parados, más de doce millones de pobres declarados, dos millones de ciudadanos comiendo gracias al Banco de alimentos, Cáritas camino de ganarse el cielo…Porque puede ser un filántropo, pero su filantropía va detrás de unos resultados. Y hemos de reconocer que el mercado español en cuanto a índices de miseria ya está en condiciones de ofrecer buenas perspectivas de futuro para abrir una sucursal entre nosotros e hincharse a conceder microcréditos a los Españoles ávidos de volver a consumir como antes, aunque tenga que ser en metálico en chinos y mercadillos y no ya a todo trapo con la Sisa Oro y la tarjeta del Corte Inglés.
Supongo que este banquero habrá encargado el preceptivo estudio de viabilidad del negocio que tiene entre manos, por lo que no le pasará desapercibida ni la acuciante necesidad que miles de personas están atravesando en nuestro país, ni la idiosincrasia del carpe diem en la que se ha forjado durante siglos. Así, si en países como la India, los microcréditos se concedieron para que los pobres pudieran abrir un pequeño negocio y jugar al Monopoly de verdad, aquí, Yunos tiene muy claro que su oportunidad está en concedérselo a los jóvenes mimados para que pasen el próximo fin de semana de botellón, para que las chicas se compren ese vaquero ajustado que levanta el culo, para que el padre de familia pueda comprarse el tabaco diario, la gasolina para ir a trabajar…
Los organizadores de la cumbre confían en que la cita de Valladolid permita para 2015: que 175 millones de las familias más pobres del Mundo, reciban créditos para financiar el autoempleo y que 100 millones de esas familias logren unos ingresos diarios de un dólar. No sé como les irá en el resto del planeta; De lo que estoy seguro es que en España lo primero, lo de convertirnos todos en autónomos lo veo inviable con la vocación de funcionarios que tenemos ya retratada por Galdós en “Miau! Pero de lo segundo, tal como vamos, no me cabe ninguna duda de que se alcanzará, más pronto que tarde. Por eso mismo, ustedes podrán observar como las grandes marcas se han apuntado a la campaña ¡Todo a un euro! en los embutidos, las hamburguesas, los desodorantes, etc.