Cuando su ancestro, Enrique de Borbón, contumaz Protestante, siendo todavía Enrique III de Navarra, aceptó acatar conditio sine qua non, impuesta para acceder al Trono de Francia de abjurar de su Fe acudiendo a una solemne misa católica profiriendo aquello de “París bien vale una misa” cual Galileo musitando por lo bajinis “ Y sin embargo se mueve” allanó lo suyo el camino al pragmatismo de William James y ¡cómo no! Hizo más llevadero el vergonzoso trance que para cualquiera supone reconocer en público las faltas públicas, tanto más aún, cuando la petición de disculpas proviene de todo un Rey acostumbrado a hacer lo que le da la Real Gana.
Sea entonces, que “si París bien vale una misa, Madrid merece pedir perdón”, habrá pensado para sí estos días un hombre convaleciente pillado in fraganti. De modo que, en cuanto los médicos le han dado el alta de su intervención de cadera necesaria por el percance sufrido durante su Safari por Botswana cazando Elefantes, escopeta en mano al más puro estilo de su pariente Carlos III, con semblante apesadumbrado y tono compungido como un niño arrepentidillo de una travesura, nos ha regado los oídos con la siguiente inédita disculpa “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir». Que seguramente habrá conmovido todos los corazoncitos plebeyos como el de Rubalcaba y lacayos como el de Rajoy, aún el de los ingenuos súbditos que no entienden la frase en lo que el lingüista Chomsky designaría como estructura profunda. Pero aquí estamos para ayudarles a ustedes a comprender el mensaje reptiliano proferido por este digno ejemplar de la especie Borbonus Borbonus.
Lo primero que hemos de aceptar, es que pese a dirigirse a las cámaras y micrófonos, su petición de disculpas no va dirigida a nosotros la ciudadanía, sino a su familia, muy enfadada con él por dejarse cazar, lloviendo sobre mojado, de ahí lo que ha tardado Doña Sofía en visitarle en el hospital y lo breve de su visita, lo justo para tirarle de las orejas por poner en riesgo el futuro de su hijo; Lo segundo es advertir la ambigüedad de “Lo siento mucho” ¿Se refiere al dolor de la cadera que se pasa con aspirinas? o ¿A algún tipo especial de remordimiento para con el desprestigio ocasionado a la Institución monárquica precisamente el 14 de Abril? Lo tercero, no deja muy claro en qué se ha equivocado? ¿Se ha equivocado en irse de viaje cuando la Nación lo pasa mal? ¿Por cazar a un pobre elefante? ¿Por romperse la cadera y coger de nuevo la baja? Como nada de ello es motivo de arrepentimiento para alguien que la mayor parte del tiempo lo pasa fuera de España y no en la Zarzuela como el Tontodiario nos quiere hacer creer – fíjense que cada vez que ocurre un imprevisto, tanto él como Sofía aparecen en lugares bien lejanos de nuestra geografía – cuya afición desde antes de nacer es la Caza Mayor y las enfermedades y accidentes no son atribuibles ya a la cólera de Dios para castigar el mal de los individuos…lo suyo, es colegir que la equivocación a la que se refiere, tiene que ver con precisamente no haber tomado las debidas precauciones para evitar que la plebe se entere del ambiente ejemplar en el que Urdangarín se ha debido desenvolver desde que se casara con Doña Cristina.
Y por último, lo de “No volverá a ocurrir” es como lo del “Prometer prometer” porque esto que en los medios de comunicación aparece como excepcional, ha sido la norma. Y ya sabemos que el hombre, es un animal de costumbres, más que campechanas, asilvestradas y hasta salvajes. En consecuencia, más que un propósito de enmienda, es toda una declaración de intenciones que puede tomarse como amenaza en su vertiente negativa o si se prefiere como agonal reto hacia los medios de comunicación cuyo sentido bien puede traducirse por” Nunca más me vais a cazar”.
Pues bien, con todo, este impenitente republicano sabe apreciar el gesto en lo que vale, en este Reino del “Todo vale” donde rara vez algún representante democrático se digna a pedir disculpas ni en su nombre, ni como al escondite “Por sus compañeros”, de modo que pese a las interpretaciones hermeneutas aquí arrojadas, Don Juan Carlos, al menos ante mi, ha mejorado su imagen.
«…donde rara vez algún representante democrático se digna a pedir disculpas…»
¿Desde cuándo el sujeto éste es un representante democrático?
Hablando de ancestros, creo que se comete un error al incluir al rey Juan Carlos en la especie borbónica. Veamos:si ascendemos por el árbol genealógico del Rey, llegamos a Felipe V. Éste era nieto del rey sol, Luis XIV, pero como existe la casi absoluta seguridad de que Luis XIII no era el padre de Luis XIV, los historiadores se inclinan a pensar que el padre de Luis XIV era el cardenal Mazarino, resulta que nuestro rey no puede descender de Enrique IV de Francia, llamado el verde galán y primer Borbón. Por lo tanto, y debido a una cuestión de cuernos provocada por Ana de Austria (la que sale en Los tres mosqueteros de Dumas), Juan Carlos no es muy Borbón que digamos, por lo menos desde un punto de vista biológico.
En lo que toca a las disculpas del Rey, hay que indicar que no ha hecho una petición explícita de perdón. Simplemente ha lamentado lo ocurrido y ha expresado su propósito de enmienda. No parece haber un sincero arrepentimiento. Echando mano del catecismo, se trataría más bien de un dolor de atrición que de una verdadera contrición.
Me da la impresion de quien tiene historicamente mas prestigio en la historia de la hispanidad hispanica es precisamente el Cid Campeador o Rui Diaz ,uno de los grandes proceres en la historia hispanica.