Normalmente los articulistas vamos detrás de los acontecimientos, a lo más, al hilo de los mismos, aventurando hipótesis de ulteriores desarrollos, pero siempre tomando como base lo ya sucedido. Pues bien, la columna que ahora mismo redacto, es el premio de consolación que me queda después de haber pergeñado durante todo el fin de semana una pieza ingeniosa sobre lo que yo personalmente haría de encontrarme en la situación de Su Alteza el Señor Don Diego Torres, Socio del Yerno Real el Señor Don Iñaki Urdangarín. En la misma, urdiendo a mi estilo ironía, denuncia, reducción al absurdo de los argumentos etc, planteaba la posibilidad de que este personaje hasta hace poco anónimo para el gran público, no sólo no saliera perjudicado del trance de verse pillado en un asuntillo de corrupción que de no ser por la notoriedad mediática e institucional de su compañero de fatigas, seguramente pasaría del todo desapercibida tal como está el patio, que incluso, podría sacarle rédito de saber hacer valer ante la Sagrada Familia su capacidad de mantener la boca cerrada acatando la ley de Omertá.
Pues bien, hoy Lunes, antes de ponerme a pulir el divertido texto que me traía entre manos desde el Viernes, me desayuno un artículo titulado: “Torres pone precio a su silencio” cuyo contenido literal resumido viene a decir que “Diego Torres exige 10 millones de euros, los honorarios de su bufete de abogados, el pago de la fianza, un trabajo fijo y no ser condenado a pena de cárcel; A cambio, ofrece no implicar a la Infanta Doña Cristina ni al Rey Don Juan Carlos, destruir los más de 200 correos electrónicos comprometedores para la Casa Real y otras instituciones, así como destruir cualquier otra prueba o documento referente al caso.
La noticia me ha frustrado porque soy de naturaleza supervaga, no habiendo cosa que más me fastidie que meter horas en balde, por no reconocer que me habría marcado un puntazo de haber publicado yo antes mi ocurrencia. Pero no ha sido así. Y ahora toca hacer de tripas corazón aprovechando la mezcolanza de realidad y ficción que se me ofrece.
Una vez más, la realidad ha superado mi ficción: en mi texto, yo exigía únicamente 1 millón de euros, sucediéndome como al Sr. Maligno de la serie Austin Powers que tras pasarse una temporadilla en chirona, cuando vuelve tras 30 años a la cúspide de su organización criminal exige como rescate a las Naciones Unidas ¡Un millón de dólares! cantidad que en su día era referente obligado para Fantomas, Fumanchú y compañía, pero que en la actualidad es todo un insulto para el chantajeado. Por supuesto yo también exigía pago de abogados, la fianza, no ser condenado a cárcel…pero lo del trabajo fijo, y los 10 millones de euros, confieso que ha desbordado todas mis expectativas. Pero…¡No del todo!
Porque en mi inocente fantasía, yo sin embargo, planteaba la posibilidad de divorciarme de mi actual esposa para casarme de inmediato con mi amor platónico la Infanta Helena. Con este enlace, a imitación de los efectuados antaño entre las monarquías europeas para evitar guerras y aún los de las grandes familias de la mafia para asegurarse mutua fidelidad, además de aunar intereses para que todo lo ganado en estos años de extorsión y estafa generalizada quedara en Casa Nuestra, me curaba en salud ante cualquier eventualidad o accidente, pues al igual que Diego Torres en la vida real, yo también manejaba la variable de que me quitaran de en medio como revelan fuentes de “El Mundo” le sucede al socio de Urdangarín que está obsesionado con su seguridad personal cambiando constantemente de teléfono para dificultar ser grabado, sin apenas salir de su domicilio, evitando sentarse cerca de ventanas, etc. Y es que, una cosa es robar al Pueblo de Mallorca, al de Valencia o al de España, que a fin de cuentas sale gratis y otra muy distinta es chantajear a la Casa Real, de probada experiencia en estas lides a lo largo de su historia.
¿Precio del silencio?
Muchos lo calificariamos como «extorsión», con X que es más elegante, le da clase.
En fin, la próxima semana en el Salvame Delux, Torres en exclusiva. Le pagarán 11 Millones por «todo sobre mi socio».
Y otro millón más por el libro.
Y otro millón más por la película.
Y otro millón más por …