Por alguna extraña razón, que uno hable con Dios es asunto del que se ocupa la Religión, pero que Dios hable con uno, eso ya es cosa de la Psiquiatría.
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Por alguna extraña razón, que uno hable con Dios es asunto del que se ocupa la Religión, pero que Dios hable con uno, eso ya es cosa de la Psiquiatría.