Regocijo

La belleza de la voz “Regocijo” descansa a partes iguales en los tres tramos en que puede segmentarse la palabra, a saber: Prefijo Re-; lexema –Goc-; y sufijo –ijo; si bien, es en la vocal (o) en su posición intermedia donde reside buena parte del éxito de la palabra dada su redondez que imprime la gracia que optimiza todo el conjunto. Analicemos entonces primero el sufijo, luego el prefijo, acto seguido el lexema para finalizar con este toque de conjunto donde la j desempeña un papel destacado.

El sufijo –ijo, a priori peyorativo, por ser de carácter diminutivo aporta al lexema cierta entrañable simpatía y recogimiento del espíritu en su estrechez haciendo paradójicamente al término mentalmente acogedor. Así sucede con voces como “Acertijo” “Amasijo” “Entresijo” o “Escondrijo” que por ser tetrasílabas amplifican dicha característica, la cual, encoje conforme la palabra pierda sílabas, así términos como “Botijo” o “Prefijo” suenan vulgares y no digamos cuando la palabra se queda en bisílaba que al caso parecen sosas del todo insustanciales como ocurre con “Hijo” “Mijo” o “Fijo”. Y aquí permítaseme dejar el tema de la Jota para el final dada su capital importancia.

En cuanto al comienzo de la palabra Re- que la distingue de las anteriores haciéndola prevalecer en este noble DBP, por ejemplo, sobre “Acertijo”  hemos de atender a su subdivisión en la consonante R y la vocal (e).

La palabra “Regocijo” la tomamos como modelo de las Bellas palabras que tienen su inicio con el prefijo “Re-“ por cuanto este es onomatopéyico al recordar con la vibración de la lengua el mensaje de repetición, reiteración de la acción a la que acompaña. Pues bien, al acompañar a la R la vocal (e) que a diferencia de la (a) no puede quedar descansada abajo ni necesita de estirarse como en la i ni provoca el cerramiento de la boca como en la o y u…su posición en cierta incertidumbre se mantiene en un entre-acto que refuerza la impresión de retorno a un mismo punto tensional.

En lo que respecta al lexema –goc- debe padecer igualmente su partición para su análisis riguroso, no sin antes atender a su significado que está detrás de goce y gozar.

La letra g en su forma espiral trae a la mente el giro, que todo retorno comporta con re- y en su sonido (gue) hace patinar el fonema en la garganta provocando microgozos guturales que por repetirse se aprecian mejor en voces como “Gargola” o “Gárgara”.

Y volvemos al tema de la vocal (o) mediadora entre el inicio y final de la palabra. Esta vocal, por su circularidad, evoca en la psique todo el mensaje simbólico que a esta figura se antoja en cuanto a cierre, infinitud, completud, perfección…sea entonces, que en su redondez abunda la espiral de la G en su gozo.

En lo concerniente a la consonante “C” como quiera que su sonido funcione aquí como (z) su pronuncia en la palabra aporta cuanto dijimos del sonido zeta en “Regaliz” y más todavía lo dicho para “Jazmín” donde su arrastramiento prolongaría el gozo en el que da vueltas la sílaba –go- que la precede.

Tomado todo lo anterior en consideración, por ser fruto del rigor científico y la observación objetiva para la que no cabe discusión, llega el momento anunciado de decir algo sobre la consonante Jota cuya presencia lija, jaspea y jalona toda palabra pero sobre todo fija cuanto en ella percibe la psique por cuanto actúa como ancla semántica no tanto denotativa cuanto connotativa.

Así, en la bella palabra “Regocijo” encontramos que el hablante se deleita en una acción vibrante recurrente de su lengua, entreviendo el diminutivo juguetón y sonriente imprimado por la terminación –ijo, donde su significado de gozar, cunde dando vueltas en si mismo con el –go- reforzado por el sonido (z) repetición física de la vibración lingual y mental en algo placentero que cuando parece va a salir disparada por la fuerza centrífuga dada la energía impulsora del prefijo –re, sucede que la presencia de la “j” recupera in extremis su impulso lanzándolo de nuevo al giro de su regodeo provocando en las neuronas el mismo efecto que la ley de Newton en el cosmos.

La diferencia con la voz, también bella pero menos, de “Revoltijo” es debida a que la presencia de la “v” la hace despegar en su significado antes de tiempo, aunque en su caso se haga explícita mención a la vuelta.

Y ciertamente, “Deleite” no tiene nada que envidiar a “Regocijo” en cuanto a belleza, pero se trata de una belleza distinta, algo más íntima e intelectual que la de Regocijo donde se antoja exteriorizada sin el menor rubor y por ende, más alegre. Este matiz puede observarse en los siguientes ejemplos:

  1. Anaís, sentía regocijo con sólo ver la mesa puesta.
  2. Anaís, sentía deleite con sólo ver la mesa puesta.

Es muy probable que de estar su madre cerca, la advirtiera de no tocar nada antes en el caso a que en el b.

 

 

 

 

 

 

 

Pesoismo, Pesismo y Pesoidad

Mañana Domingo, la militancia del PSOE irá a votar con la misma emoción que acude al futbol a apoyar a los suyos, con la salvedad, que de entre los elegibles, ninguno es de los suyos, si por “los suyos” entendemos de “los nuestros”, porque todos son de ellos, es decir, de los malos, habiendo así de escoger lo que se ha dado en llamar “el mal menor” que no es poca cosa en un sistema como el democrático conocido como el menos malo.

Se nos antoja, entonces, triste y somnoliento en una jornada fin de liga como la presente, prestar atención al gol mediático narrado con la misma tensión que un partido entre el Real Madrid contra el Celta se aprecia en las casas de apuestas cuando se pone en bajo el transistor, porque el resultado está más cantado que el juego del trilero, acaso del casino donde la banca siempre gana, nunca mejor dicho.

Con todo, verdadero sin falsedad cierto y muy verdadero, es que en la medida que se ofrecen tres candidatos a pastorear al rebaño del PSOE, caben distinguir tres modos de de conducir su obediencia y que podríamos denominar como Pesoismo encarnado por Pedro Sánchez; Pesismo, representado por Patxi López; y Pesoidad expresada por Susana Diez, aunque los medios de manipulación en pos de una mayor diversidad aparente hayan preferido referirse a tales como sanchismo, pachismo, y susanismo. En cualquier caso, a fin de contribuir a la ciencia política, no está de más exponer desde esta Tribuna en qué consisten estas tendencias en como el PSOE puede aparecer ante su militancia y por ende ante sus simpatizantes y público general.

El Pesoismo, rebautizado como Sanchismo, antiguo Guerrismo, representa la esencia del PSOE histórico; es su forma original de proceder; es su auténtica alma; es su tendencia natural…consiste en esgrimir un discurso a favor de los derechos de la clase trabajadora mientras está en la Oposición hasta el punto de presentarse como socialistas puño en alto y cantando la Internacional, para de inmediato, hacer políticas de derechas contra la población al extremo de aparecer ante la ciudadanía como sociópatas. Los candidatos de esta corriente suelen ser personas muy capaces de todo, por lo que bien se les puede tener por criminales en potencia. La militancia que elige sus líderes de entre esta corriente, gustan de sufrir desengaño tras desengaño porque así tienen a quien echar la culpa de sus propias equivocaciones. Suelen ser gente que siempre está contra el aparato, pero a muerte con el Partido.

El Pesismo, ahora renombrado como Pachismo, antiguo Zetapismo, es la corriente que ha asumido la irremediable mutación que padece al pasar de la Oposición al Gobierno y del Gobierno a la Oposición, y en consecuencia, opta por rebajar el tono, tanto en el discurso como en el curso. Su meta, no es dirigir el Partido, ni alcanzar la Presidencia del gobierno. Todo su afán es mantenerse como sea y estar allí donde hay, motivo por el cual suele adoptar formas acomodaticas, flexibles, modulables, pactistas, reformistas, conciliadoras…que posibiliten hacer cosas que no molesten demasiado al capital como por ejemplo conseguir la igualdad de perros y gatos en los parques públicos. Sin embargo, el candidato pesista también es muy capaz de cometer los mayores delitos contra la sociedad, pues ante el miedo de perder su cargo, puesto, función o lo que quienes mandan a los que gobiernan hubieran tenido a bien ofrecer, por propia iniciativa acaban haciendo más daño a la ciudadanía de lo que sus jefes esperaban de él. Los militantes que eligen a esta clase de capataces, suelen ser personas bastante pragmáticas, prácticas, razonables, comprensivas, ambiguas, desidiologizadas, y por consiguiente, perdonan con facilidad y olvidan rápidamente todo, sea una promesa electoral, sea una traición a sus votantes, porque en verdad, sienten cierto placer en ofrecer su personal compromiso de complicidad compartiendo como buenas todas las decisiones del líder diga lo que diga o se desdiga. Por eso son reconocidos como gente de Partido.

Y finalmente, tenemos la Pesoidad, recientemente denominada Susanismo, internacionalmente más conocida como Tercera via o Blairismo. Es el estadio más evolucionado del espectro político de la Socialdemocracia, cuyo mayor exponente en España sería José Bono, una especie de Joseantonismo del siglo XXI. Esta es la corriente del PSOE que ha asumido plenamente que su discurso de oposición debe ser liberal para no friccionar demasiado con su comportamiento neoliberal cuando acometa tareas de gobierno. Con mucho, es la corriente más coherente y sincera del PSOE y por ello mismo, la más odiada dentro y fuera del Partido: dentro, porque deja sin coartada a quienes desean hacer el mal a su prójimo sin tener que sentirse mal por ello y fuera, porque obliga a otras formaciones de derechas a radicalizarse para distinguirse si es que desean optar a gestionar nuestros impuestos. Ahora bien, su coherencia y sinceridad para la sociedad, es la misma que la del verdugo en el corredor de la muerte, pues todos sus líderes antes de participar de la Pesoidad, pasaron en su juventud por el Pesoismo y aún por el Pesismo a nada que hayan tocado poder. Sus líderes suelen ser bastante cínicos, gustan de medir los tiempos con frialdad sobre todo cuando van a tomar decisiones contra los jubilados y la infancia, suelen disfrutar haciendo mal a cámara lenta por haberse formado durante muchos años en cargos y puestos del Partido. Son gente de aparato y estructura que actúan como las termitas. La militancia que se decanta por esta clase de dirigente, suelen estar sujetas a su mando; los repudian en su fuero interno pero les votan disciplinadamente por la cuenta que los traen. Ellos mejor que nadie saben de lo que son capaces de llevárseles la contraria y por eso mismo, nunca abandonan al Partido.

Propuestas Desde la UE para el Empleo Juvenil

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Mañana Miércoles 17 de Mayo a las 19:00 horas en el CIS de Barakaldo, dará inicio una Charla-Debate muy apropiada para cuantos estén interesados en el Empleo Juvenil y las propuestas que hay desde la Unión Europea para planes dirigidos a su fomento, formación y desarrollo, es decir, cuantos estén interesados en saber qué ayudas y subvenciones existen en la actualidad para estos fines y de las que pocas veces los peatones son informados directamente.

Para la ocasión Hitzaren Etxea, junto a Barakaldo ciudad Hiria, e Inguralde, traen como ponente a STANISLAV RANGUELOV Coordinador de las políticas de empleo e inclusión social para España de la Dirección General de Asuntos sociales Comisión Europea, quien disertará sobre Empleo Juvenil y Propuestas desde la UE.

 

CIS- BARAKALDO Parque Los Hermanos S/N Metro: BARAKALDO, salida Elkano.

Chicle

En la entrada “Azabache” comentamos que el fonema (ch) imprime vulgaridad y degradación a los términos en que se introduce, presentando numerosos casos como chabacano, chamizo, chabola, etc o en su defecto cierta gracia como sucede en “Parlanchín”, dicharachero, cháchara…si bien, anunciamos ciertas excepciones como la voz “Chicle” de la que ahora nos ocupamos, excepcionalidad que se debe en buena medida a la traba (cl) de su terminación, asunto este de la traba que ya ha aparecido en más de una ocasión y que aprovecharemos su actual protagonismo para profundizar en el tema.

 

Denomino “Traba” al entrelazamiento de dos fonemas correspondientes a dos grafemas en una misma sílaba, de modo que, en “Segmento” no hay traba y sí en “Tradición”. Las consonantes susceptibles de ser trabadas son: b,c,d,f,g,p y t de las cuales la (t) es la que aporta mayor fuerza o brusquedad en la pronuncia y (g) la de menor dificultad. Las consonantes facultadas para trabar son: r y l correspondiendo a la primera la fuerza y a la segunda debilidad. De este modo se entiende que la traba más enérgica será entonces la combinación (tr) como en tractor y la más suave (gl) como en glamur.

 

En un primer momento, podríamos apuntar a su exótica procedencia etimológica del Maya que un bisílabo con fonema (ch) haya sorteado su dificultad para acceder al DBP. Y ciertamente, algo de ello podría observarse en el inconsciente colectivo de ser el maya una lengua vencedora como lo es el inglés donde hasta la palabra “Schit” suena genial. Pero, como quiera que de las lenguas precolombinas al español hayan llegado numerosas voces como chocolate o aguacate que pueden ser igualmente exóticas y aún sabrosas pero de ningún modo bellas, habremos de buscar en la misma palabra otra cualidad que la haga merecedora del privilegio que goza entre la comunidad hablante que todavía no la encuentra sustituto adecuado, si quiera, con nombre de marca comercial como les ha sucedido a otros productos como yogures, pañuelos o cigarros, asunto este que habla por si solo del cariño que se le tiene a su sonoridad.

 

Y efectivamente, es en su fonética, que detectamos el secreto de su éxito, porque “Chicle” puede ser tomada por onomatopeya al reproducir la pastosidad salivar al morder goma de mascar, es decir, chicle. Sin embargo, que chicle sea una onomatopeya no explica suficientemente su belleza, porque que sea onomatopeya puede añadir atractivo a la voz, pero si el sonido que reproduce no es bello, poco favor la haría con reproducirlo como sucede en “pedorreta”.

 

Sea entonces, que la pronuncia de Chicle por si sola deleita a la conciencia del hablante, probablemente al hacer coincidir el fonema (ch) con una traba suave que son las forjadas con la (L). Este extremo lo podemos corroborar en el topónimo Chiclana y en la palabra chancla, no habiendo mayor placer en el mundo entonces que masticar chicle en chanclas por Chiclana.

 

Porque al placer de la pastosidad de la “ch” se suma la suavidad licuosa que siempre introduce la “L” en toda traba, de ahí que las palabras terminadas en –ble suenen bien incluso “desapacible”. Por lo demás, el lector ha de tener presente que el fonema (L) es probablemente el más bello de cuantos estamos familiarizados y me atrevería a afirmar que estaría entre los tres primeros en belleza a nivel intercultural sólo por detrás de un sonido muy familiar a la propia “L” pero de mayor contundencia plástica empleado por los bosquimanos denominado clickeo o chasquido parecido a la conjunción (nl). Pero me reservo tratar el caso de la “L” para entrada más oportuna donde su sonido, libre de trabas pueda apreciarse con mayor nitidez. Aunque todo cuanto aquí se dice sea igual de riguroso y objetivo.