Dada su llaneza de pronuncia y vulgar terminación en la primera sílaba, nadie en principio pensaría en esta voz como candidata a incorporarse al DBP y sin embargo, una cualidad la designa en castellano como palabra de singular belleza, a saber: su consonanticidad, o alto contenido consonántico que la infiere distinción por su complejidad; en esta consonanticidad aparece una traba “cr” y lo que denomino “Falla” que acontece cuando dos consonantes colindantes aparecen separadas en sílabas distintas, imprimiendo su coincidencia un Abismo fonético por el que discurren a velocidad neuronal encriptadas evocaciones coincidentes e incidentes en el inconsciente del hablante en su manejo. En este caso de la Falla “pt”.
Como quiera que en entradas anteriores del DBP nos hayamos explayado suficientemente sobre las distintas Trabas, es hora, antes de proseguir, de establecer científicamente algo sobre las Fallas consonánticas:
Lo primero, es distinguir en qué casos estamos ante una Falla y cuando simplemente ante un pliegue. Son muchas las voces que en su composición contienen consonantes colindantes pertenecientes a sílabas distintas. Estas son fallás únicamente cuando su presencia en la palabra hace aparecer un Abismo entre las sílabas; cuando no lo hacen les decimos pliegues. Para comprender la diferencia pondré varios ejemplos de cada caso:
Hablamos de Pliegue en palabras como arco, arte, disco, salto, alma…donde no se aprecia nada distinto a lo que es la natural separación que nos permite hablar de sílabas y como se puede observar, no imprimen belleza a los términos.
Hablamos de Fallas, en palabras como Inyección, ábside, acto, ignorante, dintel…en las que se aprecia cierto vacio entre las sílabas, una oquedad mayor que la indispensable para hablar de sílabas. De este fenómeno el hablante es consciente y pone cuidado en su correcta pronunciación.
Si la traba posee la capacidad, primero, de detener el tiempo por contracción para ipso facto soltarlo al objeto de provocar satisfacción en el hablante que la pronuncoia o escucha, la Falla consonántica, igualmente detiene el tiempo, mas, esta vez, permitiendo la contemplación de un instante fugaz en que la nada lo inunda todo forzando a un esfuerzo por engarzar una sílaba con otra, cosa que al lograrlo, descarga emociones sinápticas positivas que refuerza su recuerdo.
Este recuerdo provocado por la consciencia del hablante educado en su correcta pronuncia, convierte automáticamente a la palabra con falla en candidata al DBP, pues es rara la voz que conteniendo una falla no sea susceptible de ser apreciada en su belleza. Evidentemente, la mayoría no pasan el objetivo control de calidad con el que aquí nos pronunciamos sobre el particular, debido a que sus defectos lastrasn su candidatura, pero es dificil hallar palabras con falla que sean feas o insulsas, así al DBP podrán incorporarse Ábside o Dintel.
En la “Cripta” encontramos agazapada la traba cr cuya función es recoger su significado a nivel profundo, como sucede en crisálida, crustáceo, cráneo…para acto seguido, como traba que es, expulsarlo con placer freudiano, tarea que se ve reforzada por la falla pt que catapulta todo contenido semántico del término como sucede con aptitud u óptimo. Es gracias a esta observación que comprendemos mejor el sentido griego de “Kryptos” como algo oculto, más en el sentido de escondido que de desconocido y en consecuencia, susceptible de ser descubierto que no es baladí la deferencia en el empleo de “críptico” respecto a “cifrado”, en cuanto a nivel de seguridad.
Es así que, en “Cripta”, la ocultación de su traba cr se tensiona con la falla de su pt, provocando en el acto comunicativo que el hablante la prefiera a cualquier otra, que como bodega, sótano o la misma gruta que deriva de ella, compitan en oscuridad, profundidad y ocultación.