La frase es verdadera en general, aunque sucede algunas veces que los errores cometidos por los tontos a la hora de resolver algún problema o llevar a cabo alguna acción se compensan mutuamente y resulta un acierto. De esto tenemos ejemplos incluso en la ciencia.
Con los listos sucede que no se cumple la proporcionalidad en lo que la eficacia se refiere. Creo que cuando el número de listos trabajando en una cuestión alcanza un cierto valor crítico la efectividad disminuye y los errores empiezan a aparecer. Ya lo dice el refrán: Demasiados cocineros estropean el caldo.
No es cuestión de explicitar las mermas de uno mismo, ni mucho menos andar repartiendo octavillas con su enumeración por orden de importancia; pero la frontera entre quien es listo o se lo cree y un tonto que se cree listo, o incluso sabe que no es muy espabilado se me difumina en la cabeza.
Esas primeras diferenciaciones generales sumadas a los doce signos astrológicos generan en los entes carnales -y hasta en los políticos- intrincados degradados de lo sublime a los ridículo en una suerte de «piedra, tijera, papel» de obligado juego, a no ser que renuncies a la compañía humana.
Arias Paz, en su famoso manual sobre motocicletas, lo explica de una manera plástica:
«El mejor conductor de motos es el que saca más partido a la maquina.»
Una vez que la inteligencia es consciente de si misma, hay que resolver como gestionar esa potencia para interferir con el medio.
Que seas inteligente no garantiza que sepas conducirte adecuadamente.
Un abrazote.
PD: Nicola, te sugiero inquirir otra posibilidad que lleva dentro esta ocurrencia: «La Suma Ocurrencia».
No hay prisa, una tarea tan definitiva no se improvisa.
Hay múltiples contraejemplos de que esa ocurrencia es una falacia. No los detallo por no ofender a los progenitores de nadie pues algunos se ofenden al enfrentarse a verdades.
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Del mismo modo que dos idos no son cuatro.
La frase es verdadera en general, aunque sucede algunas veces que los errores cometidos por los tontos a la hora de resolver algún problema o llevar a cabo alguna acción se compensan mutuamente y resulta un acierto. De esto tenemos ejemplos incluso en la ciencia.
Con los listos sucede que no se cumple la proporcionalidad en lo que la eficacia se refiere. Creo que cuando el número de listos trabajando en una cuestión alcanza un cierto valor crítico la efectividad disminuye y los errores empiezan a aparecer. Ya lo dice el refrán: Demasiados cocineros estropean el caldo.
No es cuestión de explicitar las mermas de uno mismo, ni mucho menos andar repartiendo octavillas con su enumeración por orden de importancia; pero la frontera entre quien es listo o se lo cree y un tonto que se cree listo, o incluso sabe que no es muy espabilado se me difumina en la cabeza.
Esas primeras diferenciaciones generales sumadas a los doce signos astrológicos generan en los entes carnales -y hasta en los políticos- intrincados degradados de lo sublime a los ridículo en una suerte de «piedra, tijera, papel» de obligado juego, a no ser que renuncies a la compañía humana.
Arias Paz, en su famoso manual sobre motocicletas, lo explica de una manera plástica:
«El mejor conductor de motos es el que saca más partido a la maquina.»
Una vez que la inteligencia es consciente de si misma, hay que resolver como gestionar esa potencia para interferir con el medio.
Que seas inteligente no garantiza que sepas conducirte adecuadamente.
Un abrazote.
PD: Nicola, te sugiero inquirir otra posibilidad que lleva dentro esta ocurrencia: «La Suma Ocurrencia».
No hay prisa, una tarea tan definitiva no se improvisa.
Hay múltiples contraejemplos de que esa ocurrencia es una falacia. No los detallo por no ofender a los progenitores de nadie pues algunos se ofenden al enfrentarse a verdades.