El problema de un gafoso despistado como yo, es que por las mañanas al despertarme, necesito unas gafas para encontrar las gafas.
El problema de un gafoso despistado como yo, es que por las mañanas al despertarme, necesito unas gafas para encontrar las gafas.
Si eso es cierto, de ello se deduce que necesitas un número infinito de gafas.
Lo peor de ser gafoso es sobar los cristales torpemente, ahí con todos los dedazos.
Gafas sin cristales y que respondan a nuestra voz. Asunto resuelto.