Con Alba González Camacho, alias Corazón Negro, la joven de 21 años que este pasado Lunes ha sido condenada en la Audiencia Nacional a un año de cárcel tras ser acusada de enaltecimiento del terrorismo por publicar en Twitter mensajes alabando la labor de los GRAPO, me sucede como con las voces de la radio, que no puedo más que adjudicarles cuerpos delgados, suaves cabellos dorados, ojos claros, blanca sonrisa, trato afable…pese a tener bien presente la advertencia “si la voz de la radio te enamora ¡no te acerques a la emisora!” Vamos, que puede acontecer a la inversa de lo ocurrido con las estrellas del cine mudo cuando el público tuvo oportunidad de escuchar las voces de aquellos rostros bonitos.
Según la acusación formulada por la fiscalía, el perfil mostrado por la acusada en Twitter es de una gran actividad, hasta el punto de que el 24 de diciembre del 2012 se registraron un total de 5.774 mensajes a cuya lectura tuvieron acceso 3.183 seguidores del perfil. Entre otros muchos mensajes publicados por esta joven encontramos «Lo alto que voló Carrero no es nada en comparación a cómo va a acabar Rajoy en cuanto estalle la Revolución»; «Que vuelvan los GRAPO… necesitamos una limpieza de fachas urgente»; «Prometo tatuarme la cara de quien le pegue un tiro en la nuca a Rajoy y otro a De Guindos»; «Que alguien llame a los GRAPO para que vuelvan» o «Si ahora vuelven los GRAPO triunfan. Me sé más de uno que se metería». Tras el debido examen de su contenido, la Fiscalía considera que los mensajes tienen un contenido ideológico de elevado carácter radical y violento y, por ello, acusaba a la joven de un delito de enaltecimiento del terrorismo.
Sin embargo, la acusada, ha aceptado la petición de pena solicitada por la fiscalía después de haber llegado a un acuerdo asesorada por su abogado por lo que no ha sido necesario finalmente celebrar el juicio, ahorrándose así su ingreso en prisión toda vez se ratificara ante el Presidente del tribunal, Javier Martínez Lázaro con un escueto “¡Sí! Estoy conforme”. Y yo, también estoy conforme con todo lo aquí expuesto:
¡Sí! estoy conforme, con el espíritu intelectual de lo publicado por esta chica tan simpática y jovial que por inexperiencia ha dicho lo que mucha gente siente impulsivamente más que piensa racionalmente, al desconocer lo señalado por Antonio Machado sobre que “en los tiempos que corren, hay que pensar lo que se dice y no decir lo que se piensa”. Un discurso como este merece ser expresado en forma de canción, poesía, teatro…donde el drama y la tragedia soportan como las finanzas y la política toda clase de crímenes y aberraciones, que con suerte gozarán del aplauso público en lugar de su reprobación, además de esquivar multas millonarias y penas de cárcel que pueden arruinar la vida de una bellísima y encantadora persona como Alba.
¡Sí! estoy conforme, con el trato alcanzado por la defensa, la fiscalía y el juez, por entender con ellos que esta noble joven es antes transmisora de un sentimiento social que emisora de una consigna revolucionaria, más víctima de los indignantes acontecimientos que potencial cerebro intelectual de los mismos, síntoma particular de una enfermedad que va propagándose vertiginosamente por el cuerpo social causada por la corrupción político-empresarial del país, nueva forma de externalizar la histórica opresión de las clases dirigentes en convivencia con las élites extractoras.
Y ¡Sí! Estoy conforme, con que ella esté conforme con su condena. Porque todos estamos conformes con ella. Y ella está conforme con nosotros. Su condena es la nuestra. Porque nosotros estamos condenados como ella a soportar la arrogancia del gobernante criminal que obliga a mostrar nuestra conformidad por la cuenta que nos trae. Pero en el fondo de nuestros corazones negros late el eco que logra-poder vencer la tiranía.
Si al final todos queremos matar a alguien, la cuestion es echarle huevos y asumir luego lo que venga. Hay gente que lo asume y otros que solo hablan y hablan y hablan…
Pensamiento: Los tiranos del futuro saldrán de las filas de los que hoy luchan contra la tiranía.