Pablo Iglesias ha ganado el debate de la Sexta en todos los sentidos: se ha mostrado el más tranquilo, no se le ha visto forzado en su discurso, ha estado simpático y conciliador, cercano a la gente, pero sobre todo, ha defendido la memoria y la esperanza con su apelación final a ¡No olvidar! Y ¡Sonreid!
Si tuviera que votar fuera de Euskadi, lo tendría muy claro: ¡Podemos! ¡Podemos! ¡Podemos!