Teoría de Conjuntos y Lucha de Clases

La pasada semana, impartí un curso de didáctica al profesorado de Matemáticas de Primaria. En mi programa dispuse abordar operaciones, polígonos, ángulos, medidas, dando por descontado que se trabajaba la Teoría de Conjuntos. Cuál fue mi sorpresa, cuando varios de los docentes me advirtieron que dicho contenido ya no se impartía. Aunque proseguí con la disertación obviando su contenido, mi cabeza no dejó de darle vueltas al interrogante ¿A qué interés pedagógico obedecerá este cambio sustancial en la docencia de las matemáticas elementales? Toda mía respuesta debía casar con la conspiración gubernamental para atrofiar en lo posible las capacidades innatas del alumnado, pero una contestación convincente al particular requería mayor concreción.

Mal que bien, si para algo servía la Teoría de Conjuntos en Primaria, era para que la mente del escolar se familiarizase con la existencia de realidades más allá de la presentada por unos elementos aislados, sospechosa habilidad que facilitaba la aceptación del análisis marxista de la Lucha de Clases, siendo entonces este motivo suficiente para su retirada del Programa escolar. Podría aducirse contra esta conjetura que la eliminación de la Teoría de Conjuntos de Primaria ha acontecido, precisamente, cuando menos era necesaria su retirada, es decir, cuando la gente está persuadida de que ha desaparecido su revolucionaria dinámica. Pero, las Elites Extractoras, saben perfectamente, que de la Lucha de Clases, lo único que ha desaparecido, es la lucha, pero no las clases y bueno es que la población no tenga noticia de ello, porque hoy, más que nunca, la sociedad está dividida en clases y subclases o lo que es lo mismo, en conjuntos y subconjuntos.

Todo español puede ser discriminado en función de su edad, religión, sexo, raza, ideología, orientación sexual, estado civil, formación, trabajo, poder adquisitivo, o cualquier otra cuestión sobre la que tenga a bien indagar el INE. De esta guisa, distinguimos entre niños/ancianos, cristianos/musulmanes, mujeres/hombres, blancos/negros, demócratas/ neoliberales, homosexuales/heterosexuales, casados/solteros, parados/empleados, pudientes/humildes…siendo todos subconjuntos del conjunto “español” que se opone, todavía, al de “extranjero”, el cual además de padecer la anterior división soporta otras como comunitario/ extracomunitario, legal/ilegal, turista/refugiado o Bienvenido/inmigrante. Hasta aquí, como que con la experiencia vital basta para averiguar a qué conjunto de la población uno se adscribe. Pero, si no entrenamos al cerebro en discurrir en edad temprana entre el conjunto de peras y manzanas, entre el de las frutas y el de los muebles, entre el de los orgánicos e inorgánicos …podría ocurrir que la mayoría de las personas deambularan por su ciudad sin conocer que unos pertenecen a la clase peatonal y otros a la automovilística; que fueran a comprar al supermercado sin ser conscientes que unos son de la clase oferta y otros de la delicatessen; que a la hora de ir a pasear el Domingo con la familia unos sean de banco y pipas y otros, de terraza y chocolate con churros, que en una misma ciudad los hay que viven en chalet y otros en nichos, que en el mismo edificio de nichos hay propietarios e inquilinos, que los escolares en el aula al despedirse antes del verano se clasifican en los que se van de vacaciones y los que se quedan en casa, que a la hora de sentarse a la mesa unos son de comida sana y otros de envenenada, etc.

El hecho pasa desapercibido, porque, al margen de algún que otro descuido con la clase Turista en los viajes o la entrada VIP en las discotecas, para evitar que la absoluta falta de referencias intelectuales forzara al entendimiento natural del sujeto a descubrir por su cuenta la inclusión en subconjuntos cuya sola mención le harían reaccionar, las Elites Extractoras, fomentan la pertenencia alienante e inhibidora a auténticos conjuntos vacíos de marcas, equipos deportivos, clubes de fans musicales…que con la mera admisión les hace sentir felices al ser aceptados por el grupo e incluso libres en la creencia de haber sido ellos quienes lo han elegido. Así, los elementos del conjunto social, lejos de comportarse como personas de una comunidad, pasan a funcionar como individuos de la masa.

Felipe González Académico

El otro día, escuché en una emisora que cierto grupo de presión estaba orquestando una campaña para impulsar la candidatura del Consejero de Gas Natural Fenosa, Felipe González. – Según atendía la noticia, mi especulación se disparó en paralelo: ¿Será a presidir la Unión Europea? ¿un organismo internacional como la FAO?, ¿quizá la Cruz Roja? ¿la UNESCO?, ¿la ONU? ¿la OTAN? Raro me parece a mi a estas alturas, con este pobre hombre cuyo prestigio no da más que para apoyar pequeñas causas con la boca pequeña por miedo a verse sometido al chantaje de las Agencias de Inteligencia de cualquier país sabiendo lo que saben de su trayectoria como gobernante. – En estos pensamientos estaba, cuando, de inmediato se me aclaró que la candidatura era para ocupar un sillón en la Real Academia de la Lengua Española. Y de nuevo, se me desató, esta vez sin freno alguno, las conjeturas sobre ¿Qué sillón le harían ocupar a este personaje? ¿Le concederían la F de Flipe o acaso la I de Isidoro? ¿ A lo mejor los académicos le tenían reservada la S de Socialista aunque por pudor intelectual fuera en este caso minúscula? Quién sabe, es posible que el propio interesado hubiera solicitado la N de neoliberal…Yo por mi parte, estaría dispuesto a apoyar su promoción, siempre y cuando, fuera para ocupar el sillón G, por apellidarse González y no por el insulto que algunos malpensados tienen en mente, pues es justo Galardón para este Galán de la política, un Galón más que sumar a la Galaxia de condecoraciones que inundan su Galería de la que no hace Gala ni en Galicia, Gales, Galia, Galípoli o Gallarta, y tampoco en Portugal por no Galvanizar con su Gallardía a ningún animal sean Galgos, Galápagos, Gallos o Gallinas e incluso a los caballos que podría Galopar, por miedo a que una Galerna mediática, haga zozobrar su Galeón personal y le conduzca a Galeras donde podría comer toda su vida Galletas, no acompañado por Galileo Galilei, pero si por Galindo. ¡Todo un Galimatías!

Probablemente, hace dos o tres décadas, a nadie en su sano juicio se le hubiera pasado por la cabeza promover, siquiera mediante sobornos, la candidatura de alguien como Felipe González por muy estadista que sea, pues su contribución al idioma no pasa de poner de moda tres o cuatro suyas coletillas como “sin acritud” o “por consiguiente”, mas si ello es mérito sufriente para ser miembro de la RAE, el siguiente en llamar a las puertas será José María Aznar quien entraría por la puerta grande con su ¡Mire Usted! Pero corren tiempos líquidos donde la entidad hace tiempo que se desprestigia a cada nueva edición del Diccionario, donde las palabras entran a saco como la gente en los transportes colectivos y con muy buen criterio, por esa regla de tres, bien está hacer lo propio entre sus filas.

Pero si sólo fuera que la Real Academia estuviera desprestigiada, lo que permitiera que cosas como esta sucedan, ni tan mal. El problema es que, lo que está desprestigiado en nuestra sociedad, es la propia condición de las letras, por lo cual, a nadie importa ni escandaliza que Felipe González pueda acabar ocupando un sillón en esta institución, no tanto por considerarlo muy apropiado como cuando Hera envió al cuidado de Pitón al monstruo de su hijo, que también, cuanto por juzgarlo irrelevante a nuestros intereses e inofensivo para la sociedad. Y esto es un error gravísimo que todavía no acontece en la Academia de las Ciencias, aunque al tiempo.

Felipe González, sin ser Académico de la lengua española, ha variado para siempre el significado de varios términos de la política, verbigracia, “Izquierda” o “Socialista” y de otros ámbitos del lenguaje coloquial como “Carisma” afectando incluso a una letra como la X que desde su paso por la Moncloa además de servir para marcar en el mapa un lugar o de incógnita matemática, es un referente internacional del Terrorismo de Estado. Imagínense ustedes qué no podrá hacer con el castellano de ser académico de pleno derecho.

Apoyando al PPSOE

Podemos y Ciudadanos, han perdido una ocasión única de regenerar la política española con algo más que juventud y caras nuevas. Estas dos formaciones en una campaña relámpago han capitalizado el descontento de la buena gente con los Partidos Políticos que por activa o por pasiva son culpables de latrocinio compulsivo, corrupción generalizada, obstrucción de la Justicia, manipulación mediática y traición a la patria.

En una arriesgada apuesta cívica por desplazar a los malos del Poder del Estado, la ciudadanía responsable, a modo de último cartucho democrático que le quedaba en la recámara de su agotadísima paciencia, ha desplazado su apoyo anodino del PPSOE hacia estas dos entidades que se han presentado como capaces de variar el escenario putrefacto y nauseabundo de la política española que retratan no tanto algunas televisiones, cuanto los comportamientos de la mayoría de sus Señorías a quienes denominamos criminales gubernamentales. De qué ha valido…

Podemos y Ciudadanos llevan meses señalando con su dedo acusador a los criminales que nos gobiernan. Entonces…¿Por qué los apoyan para que continúen en las Autonomías y los Ayuntamientos? Obsérvese cómo Ciudadanos va a permitir que en Andalucía siga el PSOE y en Madrid el PP ¿Qué marca es responsable de la mala gestión y la corrupción en Andalucía? ¿Qué logotipo ha gestionado mal y de modo corrupto en Madrid? Se podría decir que con su decisión, la formación de Rivera, apoya a los corruptos donde tiene ocasión. Y con Podemos, ocurre exactamente lo mismo si atendemos a Castilla la Mancha o donde aceptará el apoyo del PSOE para formar gobiernos. ¿Qué pasa? ¿Qué el PSOE deja de ser corrupto y criminal cuando apoya a los Podemitas?

Quiero pensar que esta actitud de Podemos y Ciudadanos se trata de torpeza y no de principios, motivo por el que expongo a continuación cuál debería ser, a mi juicio, la posición de estas dos fuerzas emergentes frente al conglomerado del PPSOE, sinónimo de podredumbre y perversión política, por si les hace reflexionar: Si el diagnóstico sobre las fuerzas del mal es correcto, si el PPSOE es una Plataforma Para el Saqueo Organizado de España, si se trata de una entidad Sociópata, si por el bien de todos es necesario expulsarlos de la política y hacer limpieza en las Instituciones, Podemos y Ciudadanos ¡Jamás! Repito ¡Jamás! pueden pactar con el Social-Populismo, sea para recibir su apoyo y gobernar, menos todavía para que ellos continúen gobernando.

Estamos al corriente de que todavía el PPSOE cuenta con una holgada mayoría absoluta de los votos al superar estos en toda España el 50% de las papeletas emitidas. Ese es un problema del electorado español cuya decisión, pese a producirnos vergüenza ajena, hemos de respetar. Pero, Podemos y Ciudadanos, deben respetar también a su electorado que para nada les ha entregado su confianza pensando en que ellos se la van a devolver a esa gentuza corrupta del PPSE. ¡Eso si es imperdonable! Porque corríjanme si me equivoco: los electores cabreados con el PPSOE hartos de su continuada deslealtad con las clases medias, trabajadores, autónomos, pequeño comercio, familias, etc, retiran su apoyo en un esfuerzo por superar su inercia votonta, sacrificando su trayectoria histórica heredada de padres a hijos, impermeabilizándose al lavado de cerebro de los medios de comunicación…para otorgárselo por primera vez casi a ciegas, a quienes prometen regenerar la política y parece que están en disposición de hacerlo. Cuál no será su sorpresa, cuando estos van y a las primeras de cambio ¡Zas! Apoyan o se apoyan en el PPSE. ¡Da asco!

Podemos y Ciudadanos disponían de un mensaje claro a esgrimir para no apoyar ni ser apoyados por las entidades satánicas del PPSOE: Nosotros somos Partidos democráticos al servicio de la ciudadanía, de los asalariados, de los trabajadores, de la gente de bien, honrada y de buenas costumbres, nada tenemos que ver entonces con el PPSOE con quienes no queremos contar ni para gobernar ni para que nos gobiernen. Respetamos los resultados democráticos salidos de las urnas; que el PP y el PSOE se apoyen entre si, que fuerzas nacionalistas u otras minoritarias jueguen a ese sofisma de garantizar la gobernabilidad; que la Casa Real les sonrían sus gracias, que hasta la Iglesia les conceda su bendición…pero que nadie espere de nosotros trato alguno con quienes roban a nuestras familias, humillan a nuestros vecinos, maltratan a los jubilados, niegan lo básico a las personas con discapacidad y el largo etcétera de maldades que acometen contra el Pueblo y la ciudadanía. Los ciudadanos de modo libre y voluntario han elegido a sus representantes y por los motivos que sea, no nos han otorgado la fuerza democrática suficiente para gobernar. Pues no gobernamos y se acabó. Allí donde la ciudadanía nos entregue su apoyo para gobernar sin necesidad de pactar con los sinvergüenzas, muy a gusto lo gobernaremos; pero allí donde nuestra fuerza es insuficiente, la posición será siempre contraria y de denuncia, nunca de comparsas o marionetas.

Podemos y Ciudadanos se han equivocado de cabo a rabo apoyando gobiernos del PPSOE o dejándose apoyar por sus fuerzas satánicas. ¿Qué mensaje han transmitido a la gente con su lectura miope del resultado de las pasadas elecciones? Muy sencillo: Amigas y amigos que nos habéis apoyado tanto y con tanta ilusión para que limpiemos la política de indeseables en la creencia de que seríamos la herramienta para expulsar de las instituciones a los corruptos, queremos que sepáis, que con vuestros votos, dejaremos hacer y deshacer al PPSOE, de modo que, para otra vez, mejor será que votéis directamente al PPSOE y nos ahorramos la pantomima de las negociaciones, de las condiciones y de las ensaladas con tortilla francesa cenadas en los apartados de los hoteles, porque para tan corto viaje, no hacían falta estas alforjas y menos con estos burros y zopencos.

Jazmín

Basta pronunciar o escuchar una sola vez la palabra Jazmín para deleitarse con su aromática sonoridad. Jazmín, entra en el Diccionario de Bellas palabras como exponente de las voces que empiezan y acaban en consonante, pues es esta cualidad la que la hace destacar sobre muchas otras siendo como es una pobre bisílaba.
El empezar y terminar con consonantes confiere a las voces una articulación más difícil y por ello, más grata lúdicamente hablando cuando es dominado su manejo. Obsérvese que tal extremo favorece el reparto vocálico entre consonantes siendo en este caso que la relación es de dos a una.
En Jazmín acontece una contundente brecha entre la primera y segunda sílaba que conforma la palabra: Jaz-mín. ¡Jaz! Desde la profunda garganta sube jaspeando una (a) relajada que termina entre los dientes ceceando. ¡Mín! Y de pronto, mientras la (z) se dispone a salir en el huequecillo que queda entre los dientes que atrapan la punta de la lengua y el exterior, súbitamente los labios amortiguan su salida mordiéndola con la (m) para dejarla escapar de inmediato por la nariz con un (in) que por algo la ene es nasal y nariz se escribe con (n).
Aunque de la (z) hemos hablado mucho en las entradas de Zascandil, Regaliz o Lapislázuli, hoy volvemos sobre esa (z) que ni empieza ni acaba la palabra, mas tampoco va entre vocales: la (z) que termina vocal, suele provocar partición silábica como la (c) con sonido (k). En la palabra Jazmín, tiene función de esparcir como sucede con la f en términos relacionados con olores y sustancias que se propagan por el aire como perfume, fagrancia, fumigar…que en el caso que nos ocupa trae el recuerdo de su fresco aroma a la mente del hablante.
Por supuesto, la agudeza de su acentuación, la presencia final de la (i) así como el encanto de toda tilde, han colaborado en su belleza por motivos explicitados en otras entradas donde tienen mayor relevancia.
Para apreciar en todo su esplendor la belleza de Jazmín, lo suyo es compararla con otras similares que distan mucho de ser candidatas al DBP: verdín, patín, Jamón…quizá la que más se le aproxime sea Jardín.