¿Temámosles? ¡Matémosles!

El miedo es a la psique, lo que el dolor al cuerpo, un mecanismo evolutivo de alerta que permite a la conciencia evitar un futuro peligro o perjuicio para la supervivencia. Pero, mientras el dolor físico desaparece o se atenúa desde el momento en que la causa que lo provoca se aleja en el tiempo y retira en el espacio, no así acontece en el caso del miedo, cuya causa material, aún desaparecida de la realidad circundante, puede permanecer actuando por medio del recuerdo durante periodo indefinido con igual o mayor intensidad si cabe, condicionando igualmente el comportamiento y la respuesta de las personas que lo padecen.

Esta característica del miedo, la de continuar activo separado el sujeto de la causa que se lo provoca, lo convierte a ojos del Gobernante Criminal y de las Élites Extractoras para las que trabaja, en un eficaz instrumento de control infinitamente preferible a cualquier otro dispositivo de represión habitual que requiere de mucha mayor inversión económica en cámaras de videovigilancia, material antidisturbios, contratación y entrenamiento de personal de confianza…cuyo acción en provocar dolor, dura lo que dura, y aunque ciertamente ese puntual displacer en algunos elementos de la masa social contestataria pueda ser suficiente para disuadirles en la participación de ulteriores protestas cívicas o pacíficas reclamaciones vecinales, lo cierto es que, más ello, no anuncia otra cosa que pan para hoy y hambre para mañana, porque el grueso de los individuos afectados por la represión física, dejará de dolerse de los porrazos y aún de las torturas, y, más pronto que tarde volverá a las andadas mejor preparado para el combate cuerpo a cuerpo, salvo si, a su lamento inicial, se le sabe asociar una buena dosis de temor que aun naciendo de un motivo racional, pueda fomentarse su acrecentamiento mental de modo irracional.

También es verdad, todo hay que decirlo, que de igual forma que la mayoría variamos de comportamiento más por imperiosa necesidad que por íntimo razonamiento, nuestro respeto al a la ley justa es debido en mayor medida al castigo de su incumplimiento por medio del empleo de la fuerza, que a la interna adhesión de la conciencia a su benigna realidad y en consecuencia, no seré yo quien critique esta forma ancestral de proceder, tratándose nuestra sociedad de hombres y no de ángeles, pues si la gente no obra bien por amor a Dios, que entonces sea por miedo al demonio.

Por supuesto, los Gobernantes, como enemigos naturales que son de la sociedad, dan continuos motivos para ser temidos antes que respetados por parte de sus ciudadanos, quienes, fomentados en su afición, antaño desde los púlpitos en las llamas del infierno y ahora a través de los Tontodiarios mediante la retransmisión desde cualquier punto del globo de cuantos robos, asaltos y asesinatos en directo se puedan hacer eco, sucumbimos ante cualquier suya amenaza sin ofrecer la más mínima resistencia haciendo buena la sentencia “No hay guerra más perdida que la que no ha sido librada” y dando sentido a aquella extraña formulación de Shakespeare “Solo tengo miedo a tu miedo”.

Ciertamente, el miedo es libre. Pero la Libertad no es miedosa y menos todavía cobarde. Las personas libres, asumimos el miedo, pero no nos consumimos en él. Es verdad que no podemos evitar tener miedo al Gobernante Criminal; yo sé que me la juego pensando como pienso, escribiendo como escribo y hablando como hablo en los círculos sociales en los que me muevo. Pero las personas libres superamos el miedo del único modo en que es posible hacerlo: enfrentándonos a sus causas y aceptando las consecuencias directas de la lucha consciente.

Como afirmó Julio Anguita en su día “ Es más sencillo rendirse que presentar batalla” y en ello colabora no poco la cobardía disfrazada de prudencia y la no menos dañina autocensura escudándose en la temida responsabilidad por medio de amenazas bajo el aspecto de consejos tales como “¡Ten cuidado con lo que dices!” O “Lo que escribes es peligroso!” Como si nuestro silencio fuera menos dañino para nuestros derechos civiles y supervivencia dejándoles hacer y deshacer a su antojo desde el omnímodo Poder, extremo que cunde entre las masas cuando el miedo irracional, se apodera de la mayoría que huye y se esconde despavorida de una minoría.

Así, el pasado 1 de Mayo, Pablo Iglesias, lo anunció muy claro: ¡Es hora de que el miedo cambie de bando! En alusión al miedo que tiene la población de perder su puesto de trabajo, la prestación por desempleo, su casa, la sanidad universal, la educación pública de sus hijos, la pensión de jubilación, etc, y que lo sientan, aunque sea por un instante cerca de sus nucas, aquellos que lo provocan. Y para ello, bueno es empezar por trocar en nuestro fuero interno, las sílabas de ese tácito circulante ¡Temámosles! referido a los criminales que arruinan nuestras vidas, por ese astutamente acallado por los medios de comunicación ¡Matémosles!

Un Borrikin en Castro

Sé que lo he advertido en alguna otra ocasión, pero es que no salgo de mi asombro: cada vez que me ausento más allá de dos o tres semanas de mi pueblo natal, Castro Urdiales, una de dos, o me sobresalta su inequívoca estampa con el puerto, Santa Ana, el Puente Romano y Santa María apareciendo en los Telediarios a propósito de los temas más insospechados, verbigracia, unas nubes en el escudo que se asemejaban a las gaviotas del PP, o a mi regreso me encuentro con alguna nueva fechoría perpetrada a mis espaldas.

A la vuelta de mi largo retiro navideño, esta semana, yendo y viniendo por el Paseo Marítimo de casa al centro del pueblo he observado que la tienda “Muebles Vizacaya” que desde mi niñez había estado allí para cobijarme de la lluvia repentina en mitad de la nada, había desaparecido. En su lugar, hay unas obras con andamio preparando el local para su nuevo uso. ¿Pero qué uso sería este? Me interrogaba…

Siendo como es un edificio señorial, protegido por su arquitectura creo que hasta histórico, donde el Excelentísimo Ayuntamiento tiene varias de sus dependencias oficiales, se alberga el Hogar del Jubilado, diversas instalaciones culturales, aulas de estudio y hasta donde vive el actual Alcalde tengo entendido, seguramente se tratará de algo bueno para el pueblo, como por ejemplo, una sala de exposiciones, la inauguración de un café teatro, a lo mejor una filatelia, una tienda de antigüedades, quién sabe si uno de esos sitios donde venden discos de vinilo o libros…y dejando volar la imaginación, risueño de mi, pensé que allí iban a realojar la sede de la Biblioteca Municipal que actualmente está justo debajo de la Escuela de Música en el mismo edificio en cuestión para que los usuarios dejemos de leer a Julio Verne al compás de un tres por cuatro o “Los miserables” de Víctor Hugo al son de El Himno de la Alegría. ¡Nada de eso!

Intrigado por el trabajo a destajo desplegado por los operarios, empecé a temerme que aquello no estaba relacionado con las contrataciones municipales propias de épocas preelectorales pese al elevado número de obreros congregados, y ni corto ni perezoso, como quien no quiere la cosa, según pasaba por allí, pregunté al primero que pillé desprevenido qué se iba a poner. Pero todo lo que obtuve por respuesta fue un “¡No sé! ¡Yo sólo soy un mandao!” Y contestaciones parecidas qué acrecentaron mi desasosiego, pues la falta de información era evidente sin carteles anunciando una próxima apertura comercial ni letreros oficiales de esos que gusta colocar a las autoridades para que los ciudadanos constatemos que no todos nuestros impuestos se van en corruptelas y malversaciones.

Mis sospechas no eran infundadas. Esta mañana de Miércoles, según desayunaba en la cafetería Bristol a apenas unos metros de tan emblemático lugar de la ciudad, junto a los Jardines donde tiene su merecida estatua Ataulfo Argenta entre altas palmeras y flores de colores, leo en la prensa sin previo aviso y en grandes titulares, lo que ni en mis peores pesadillas: los castreños van a consentir que Burger King, coloquialmente conocido entre la gente sana como “Borrikin”, abra un establecimiento de comida basura. ¡Lo que nos faltaba!

Yo respeto todos los gustos culinarios; además, creo que la gente pobre o con las facultades intelectuales mermadas tiene derecho a frecuentar sitios como el citado. Pero, ¡Ya nos vale! Sucede que justo esta misma semana acaba de cerrar uno de los mejores restaurantes de la zona “El Segoviano” ¿Y lo sustituimos por el Borrikin? ¿Es esta la marca por la que desea ser conocida la localidad en la próxima cita de la Feria del turismo FITUR? ¿Es que deseamos que las postales del pueblo de ahora en adelante recojan sin remedio el logotipo de esta franquicia? ¿Qué será lo siguiente? ¿Un Mac Donalds presidiendo la plaza consistorial donde ahora todavía se mantiene el restaurante Marinero? Porque si el edificio “El Royal” puede acoger al Burger King, qué problema hay en que el Mac Donalds ocupe el otro edificio emblemático de “Los Chelines”? Y ya puestos, por qué no modificar la letra de mi abuelo Ángel Cobo y la melodía de Nicolás Torre para que case con la realidad y así diga “Tenemos en Castro Urdiales/ muchas cosas a mostrar/ Entre ellas Santa María/ Y un Burger King frente al mar/ amén de un lamentable etcétera de desmanes.

Como digo, no soy un puritano que se opone radicalmente a la presencia de un Fast Food en su localidad; grandes capitales han permitido su presencia en libre competencia con otros referentes gastronómicos en pos de la pluralidad. Como en botica ¡Debe haber de todo!. Pero sucede que esas grandes ciudades además de un Borrikin tienen cines, teatros, salas de baile, boleras…que en cierto modo diluyen la mala imagen que puede dar a la zona un establecimiento de estas características. En mi humilde opinión, el Borrikin, bien podía haberse ubicado a las afueras junto a las indeseables grandes superficies donde su presencia armonizaría mejor con el entorno y la clase de gente que gusta emplear su ocio en ir de compras; mas, también sería un emplazamiento perfecto las cercanías del basurero municipal o junto al cementerio.

Bandos, Bandas y Bandidos

Me las prometía muy felices para escribir de un tirón sobre el origen común de bando, banda, bandera, bandido y llegado el caso Vándalo, inducido por la fonética que tanto nos traiciona en encontrar la parentela palabril.

Pronto aparecerían las primeras dificultades, pues si banda, bando o bandido quedan relacionadas por aludir a algún aspecto del agrupamiento, como también acontece al banco sea de sentarse, de peces o de dinero, la banda cruzada, que se colocan las autoridades o las bandas de un campo de futbol, por no hablar del bando municipal, etc, como que parecen responder a otro motivo.

Desde mi etimología de andar por casa, todo iba como la seda: los “Bandos” publicados por las distintas instituciones, se dicen así por ser promulgados por los “Bandidos”. El título de “Bandido” originalmente habría significado (Gobernante) aconteciéndole lo mismo que al término “Criminal” que en sus inicios era sinónimo de Mandatario. Los Bandidos eran así denominados por ser instaurados en el Poder mediante la imposición de una “Banda”. Esta banda, recibiría su nombre por ser símbolo de Poder anhelado por las “Bandas” que aúpan a su jefe de filas hasta alcanzarla para convertirse en bandido. Las bandas habrían sido así llamadas por distinguirse con “Banderas”. Y finalmente, las banderas se dijeron así, por estar confeccionadas con bandas en el sentido de franjas de tela o de colores. Y llegados a este punto, me rondó por la cabeza que seguramente todo empezaría con los Vándalos a quienes algún avispado miembro de la RAE habría hecho aparecer en el diccionario con V lo que al inicio era con B para que nadie osara vincular el vandalismo con la bandera y el Gobierno del Estado.

Lamentablemente, los eruditos no comparten la secuencia descrita y hacen derivar las voces de distintos padres. Pero presiento que tienen los mismos abuelos, y si no, bisabuelos, o tatarabuelos…¡Empecemos!

Existen dos acepciones para “Bando”, la primera se refiere a un edicto oficial de ahí que digamos “Contrabando” a la mercancía que no paga los impuestos ordenados por el bando. Proviene del franco (Ban) y en última instancia del indoeuropeo (Bha) a través del germánico (Bannan) con sentido de “hablar”. Una segunda acepción señalaría al grupo de personas que comparten un mismo interés frente a otros grupos. Este otro “Bando” saldría del gótico (Bandwa) con significado de “Señal”. Casualmente, para enredar más las cosas, los expertos también la remiten a la misma raíz indoeuropea (Bha) esta vez con sentido de “Brillar”.

La voz “Banda”, muestra igualmente dos acepciones troncales, aquella que alude al grupo de personas con un mismo interés. Esta sería la banda de los forajidos. Por su idea de agrupamiento se extendería a la banda de música, la banda sonora y banda juvenil. En italiano (Banda) designaba a todo grupo armado distinguido por una bandera. Y una segunda “Banda” que remite al idioma franco donde (Bind) era la cinta que se colocaba a los jefes en la batalla.

La palabra “bandera”, fue incorporada por la lengua de Petrarca directamente del germánico (banda) nacida del gótico (Bandwa o bandwo) que designaba al estandarte.

En italiano (Bandito) del verbo (Bandir) era “Desterrado” y con el tiempo denotaría “fuera de la ley” que es como pasó al castellano. El italiano a su vez la tomó del gótico (Bandwajan) con sentido de “señalar” que como vimos estaría emparentado con el proto-germánico (Bann) “Proclamar” solo que esta vez con idea de “Prohibir”.

Para el significante “Banco” caben tres acepciones: entidad financiera; lugar donde sentarse; y conjunto de peces. Curiosamente, los linguistas, no se ponen de acurdo con el origen etimológico de esta otra voz, siendo la más plausible aquella que la situa cerana al franco (Bank) silla sin respaldo, pero no un taburete, por poderse sentar varias personas. Como quiera que los primeros prestamistas se dispusieran en bancadas de las plazas a esperar a sus clientes, estos tomaron del lugar su nombre siendo su ocupación la banca y ellos banqueros. Por supuesto, esta explicación la doy por buena hasta donde llega, pues queda razonado tanto el primer como el segundo caso de Banco. Pero, Banco en sentido de grupo de peces, se me antojaba respondía más a la acepción de agrupamiento. Y entonces ¡Tate! En tanto en cuanto la voz franca significaba que varias personas se sentaban juntas, lo suyo era que su origen igualmente respondiera a esa cualidad, lo que casa sin dificultad con la presencia nada casual de (Ban) a la que se le adjunta la (K) que le distingue del resto de casos, pero no tanto como se cree.

Más guasa tiene la falta de información sobre “Vándalo” pues no requiere mucho esfuerzo intelectual radicarla en el pueblo “Vándalo”. La cuestión es ¿por qué el pueblo “Vandalo” era denominado “Vándalo”? Entonces, empieza el consfusionismo con el origen histórico y geográfico del Pueblo Vándalo en vez del etimológico de su nombre; ¡antes de eso! se entregan al frenesí de relacionar el nombre de “Andalucia” con el nombre “Vandalo”, cuando siendo como era un pueblo germánico, lo suyo era relacionarlo con la raiz (Band).

Podríamos continuar con palabras como “bandeja” que responden a la misma etimología apuntada o con voces del estilo de “bandurria” que se alejan demasiado de nuestro interés, pero juzgo suficiente lo dicho para aceptar que mi etimología casera sobre los bancos, los banqueros, los gobernantes y los partidos no estaba mal encaminado del todo.

Imposible y Posible en España

Con ocasión de su repentino viaje a Atenas, capital de esa misma Grecia que viera nacer la Democracia o la Filosofía con la que hasta hace bien poco todos los representantes del PP así como Ministros y el mismísimo Presidente del Gobierno declaraban abiertamente España nada tenía que ver, preguntado por los partidos que en estos momentos, lideran las encuestas tanto en Grecia como en España, un lenguaraz Rajoy ha respondido con una obviedad propia de Pedro Grullo como «Prometer cosas imposibles es algo que no tiene sentido y genera enorme frustración» en clara alusión a Podemos, pero no sólo a ellos, que cuando Mariano quiere, no da puntada sin hilo, para disfrute de cuantos partidarios suyos carentes como él de ideas, en esta sociedad líquida donde triunfa el pensamiento débil del ¡todo es respetable! Juzgan su declaración un fortín inexpugnable para sus detractores, cual exclamación ¡El Sol saldrá mañana! Les haría el culo gaseosa a los adeptos de un pretendido adivino, mas sin percatarse que lo que unos tan ligeramente consideran evidente y hasta tautológico, otros lo ponen en cuestión, no faltando ocasiones en la historia y en la ciencia en que lo que un día se presentaba para la mayoría absoluta como imposible, a las vueltas de cambio, resultaba de lo más natural del mundo.
Parecía imposible que la Tierra fuera redonda en vez de plana como era evidente para todos, la gente de abajo se caería decían; parecía imposible que el Planeta no fuera el centro del Universo y que diera vueltas en torno al Sol, el sistema Ptolemaico daba razón del movimiento de los astros a nuestro derredor y no podía estar equivocado, además, de ser el globo el que girase tanto por traslación como por rotación, la gente saldría disparada por la fuerza centrífuga y era notorio que permanecemos de pie, se argumentaba; Parecía imposible que el hombre creara una máquina capaz de volar en el aire de modo fiable, pues como sostuvo el propio Lord Kelvin, los cálculos matemáticos no lo permitían; Parecía imposible que se pudiera estudiar de qué están hechas las estrellas porque alejadas como están a millones de años luz ningún hombre ni ningún artilugio suyo estaría en condiciones de llegar allí para indagar in situ su materia, hasta que por medio del espectroscopio estudiando su luz pudo averiguarse su composición química; Y tantas y tantas cosas parecían imposibles hasta hace dos días que hoy son de lo más corrientes, que en al actualidad a la Conciencia con dos dedos de frente lo que le resulta complicado concebir, no es qué es posible, sino ¿Qué es imposible? Y cuidado con citar la cuadratura del círculo porque sólo es válido para ciertas geometrías como la euclidiana o la velocidad de la luz, porque dicha constante descubierta por Einstein ya empieza a ser cuestionada por la vanguardia científica.
Por consiguiente, es posible que nuestro Presidente Rajoy al hablar de “Imposibles” no se refiriera a Imposibles Absolutos aquellos que lo son en todas partes, para todos, en todo tiempo y circunstancia, sino a Imposibles relativos es decir, esos que pueden dejar de serlo con el avance de la ciencia y el progreso de la razón como los que acabamos de citar; los que son imposibles para unos sí y para otros no, verbigracia vivir en chalé con la nevera llena todos los días; o aquellos que dependen del país al que se pertenece de modo que lo que es posible en los estados escandinavos, no lo sea en…¿Cómo era aquella nación a la que tan despectivamente se refirió don Mariano? ¡Ah! ¡Sí! Uganda, o para qué irnos tan lejos ¡España! Pero, ¿qué imposibles concretos tenia en mente Rajoy al pronunciar tan rotunda afirmación?
Creo que el primer “Imposible” en el que pensaba Rajoy era el pleno empleo, seguido de la transparencia institucional, la persecución del fraude fiscal, la erradicación de la corrupción política, la defensa de las libertades civiles, el blindaje constitucional de los derechos laborales de los trabajadores, el mantenimiento y mejora de la Sanidad y Educación Pública, las ayudas sociales a la dependencia, acaso también aludía a que vascos y catalanes decidieran democráticamente sobre su relación con el Estado, que los pacientes de hepatitis C recibieran a tiempo su medicamento, a asegurar las pensiones a las personas mayores, a erradicar la pobreza infantil… mas, por encima de todo a no mentir en campaña electoral, ser sincero durante su mandato y decir la verdad a los ciudadanos cuando se dirige a ellos.
Claro que, para compensar sus “Imposibles”, España cuenta en su haber con “Posibles” del todo inconcebibles en otras latitudes, como por ejemplo, en España es posible que un partido se presente a las elecciones con un programa y se mantenga en el gobierno haciendo precisamente lo contrario; aquí es posible dar dinero público a raudales a los bancos, mientras estos reparten dividendos entre sus accionistas y desahucian a miles de familias de sus casas; y sólo en España es posible que el Presidente del Gobierno dé ánimos a uno de los más corruptos del país con un nítido ¡Se fuerte! Y el muy canalla –en sentido catalán – se mantenga en el cargo como si nada.

Propongo un Encuentro Ajedrecístico entre ETA y la Guardia Civil

Previo al reconocimiento de su derrota militar frente al Estado español por parte de ETA, inspirado por la obra de Huizinga “Homo Ludens” y la “Teoría de juegos”, tuve el atrevimiento de presentar “El juego de la hucha” consistente en que la ciudadanía fuera engordando con sus aportaciones una bolsa económica destinada a quien primero desistiera de sus sacrosantos principios, convicciones y exigencias, siendo los equipos en liza el conformado por los independentistas-separatistas de un lado y de otro los unionistas-centralistas, pues nacionalistas-soberanistas lo son todos, sólo que, unos vascos y otros españoles, como procedimiento cívico de resolver el conflicto que amenazaba con superar el medio siglo.

Ni comentar el caso que se me hizo, salvo para remitirme acaloradas críticas provenientes de todos los frentes a izquierda y derecha desde las más insospechadas trincheras incluidas la de las mosquitas muertas, la de los moderados, objetivos, neutrales, indiferentes y quienes desde su pretendida equidistancia coincidían con los directamente implicados en etiquetar la propuesta de “magno despropósito”. Mas, como de sus insultos, amenazas, reproches, improperios, sofismas, refutaciones de contenidos no aparecidos en mi discurso y cuantas lindezas se acostumbra a esgrimir en ausencia de razonados argumentos, salí regocijadamente indemne, sigo persuadido de que la idea no era mala, de resultas que ahora, cuando la ocasión la pintan calva, por haber bautizado la benemérita una operación “Mate a ETA” y en coherente respuesta la Izquierda Abertzale haber solicitado “Dar jaque mate a la Guardia Civil”, vuelvo por mis fueros para proponer, esta vez, un match ajedrecístico entre las partes, como modo pacífico de dirimir sus diferencias.

Todo deporte traduce a lenguaje competitivo-agonal la tensión del combate bélico en los pueblos civilizados. A este respecto, al juego de Ajedrez se le reconoce reproducir simbólicamente como ningún otro la milenaria institución de la guerra. De hecho, no son pocos los investigadores que sitúan su origen en la refinada corte de los emperadores chinos, donde se diseñaran sus normas básicas con ánimo de en su lúdica práctica, instruir a sus generales tanto en táctica como en estrategia. En consecuencia, dada la afición mostrada por unos y otros a emplear términos ajedrecísticos para abordar sus cuitas, juzgo pertinente la presente propuesta que a continuación desarrollaré en sus puntos formales por si algún Club o Federación de Ajedrez o en su defecto una Oenegé pacifista se decide a organizarlo.
Sobre los contendientes: aunque en principio, lo más mediático de cara a la retransmisión internacional del acontecimiento, a los intereses de potenciales patrocinadores, ingresos por publicidad e índices de audiencia, fuera por el morbo que despertaría un planteamiento fuerte de la iniciativa en la que jugaran agentes de la Guardia Civil contra miembros de ETA, cabría rebajar el perfil en pos de su efectividad, y así plantear el encuentro entre ex-militantes de la Organización y Guardiaciviles retirados; entre miembros de las distintas policías y abertzales; entre nacionalistas vascos y nacionalistas españoles; o si nada de lo anterior es posible, entre los lectores del Gara, Berría, Deia y los oyentes de Intereconomía, la Cope y RTVE.
Acreditación de los jugadores: en el feliz caso de que tanto ETA o en su defecto Bildu como el Instituto armado, cabe también el ejército y la Policía Nacional, tuvieran a bien acudir a la cita, lo suyo sería que los jugadores tuvieran acreditada su pertenencia, al menos, durante las dos temporadas precedentes a cualquiera de dichos grupos, para evitar trampas como la de ver a Grandes Maestros de la talla de Karpov o Kasparov defendiendo uno u otro lado del tablero, adulterando tanto el resultado como el espíritu con que se convoca el encuentro.
Del arbitraje: lo ideal, es que tan insólita competición estuviera arbitrada por una comisión integrada por un árbitro de la Federación Vasca (FVA) otro de la Federación Española (FEDA) y un tercero de la Federación Internacional (FIDE)
Número de integrantes de cada equipo: lo deseable es que cada equipo presente un elevado número de participantes (100-1000) al objeto de garantizarnos un alto grado de fiabilidad del resultado final. En cualquier caso, si fuera preciso acotar la participación, 10 jugadores por escuadra sería aceptable desde un punto de vista deportivo.
Indumentaria de los jugadores: por motivos escenográficos, los representantes policiales habrían de lucir su indumentaria oficial de gala, tricornio incluido, mientras los etarras podrían vestir de chándal con pasamontañas y txapela, cuando menos indumentaria borrokilla en caso de pertenecer exclusivamente a Bildu y formaciones afines, en la que no puede faltar la camiseta a rayas.
Terreno de juego: evidentemente, ha de ser un lugar neutral en el que todos se sientan como en casa. A tal efecto, Treviño reúne excepcionales condiciones para acoger la ocasión.
Carácter del encuentro: yo desearía que el encuentro fuera amistoso. Para facilitar dicho clima, bueno sería que el reglamento de la competición estipulara que entre movimiento y movimiento, los contendientes ingirieran un txupito de alguna bebida espirituosa de modo que tras los ¡Jaques! Y ¡Mates! nadie de los presentes pusiera reparos en compartir mesa y mantel con el enemigo en un banquete de reconciliación. No obstante, también cabe realizarlo a cara de perro y poner en juego reclamaciones como la entrega de armas y huidos de ETA o la salida del ejército, la Guardia Civil y la Policía Nacional de Euskadi.
El resto de detalles como el ritmo de juego, el sistema de desempate, la puntuación por partida, la reglamentación, etc, caería bajo la responsabilidad de los organizadores y en última instancia del equipo arbitral.