¡Éramos pocos y parió la abuela! Con cinco millones de parados, los especuladores rondando, Merkel incitándonos a vender oro, el Gobierno en disfunciones, la oposición frotándose las manos, los ayuntamientos rozando la bancarrota, El Papa a punto de sermonearnos, las farmacias en guardia…vais los futbolistas y sin el menor don de la oportunidad, anunciáis que os ponéis en huelga, importándoos un pimiento las terribles consecuencias sociales que con ello ocasionareis al país, toda vez la ciudadanía se sumirá en una profunda depresión que conducirá al colapso nacional. Porque, no sé si lo sabéis, pero a los españoles les da igual que el paro o la corrupción sean crónicos, que las empresas sean tapaderas para sustraer subvenciones, que la luz, el gas, la gasolina y la cesta de la compra suban mes a mes mientras los sueldos bajan, que los sindicatos les hayan vendido, los políticos traicionado, que el Estado del bienestar se esté desmantelando por momentos, etc, eso a lo sumo, indigna a los perroflautas del 15-M pero como mucho les da para realizar marchas pacíficas y trasnochadas acampadas como podrían hacerlas el Movimiento Boy Scout. Pero una huelga de futbol puede ser el detonante de una auténtica revolución sangrienta, si extrapolamos lo que sucede cualquier fin de semana en los estadios cuando los resultados no satisfacen las expectativas de los aficionados más entusiastas y eso que siempre hay abundante policía de por medio.
Por otra parte, desconozco si sois conscientes de que con vuestra huelga, fagocitareis la parte amable del Telediario eliminando el poco prestigio internacional que nos quedaba refugiado en el deporte, cosa que azuzará a los especuladores aún más contra nuestra economía, tanto cuanto espantará a los inversores que todavía confiaban en nuestras posibilidades, porque si hasta el futbol se pone en huelga, es que las cosas van verdaderamente mal en España. Eso, por no hablar del mal ejemplo que dais al resto de trabajadores, uniéndoos todos solidariamente – extranjeros y nacionales, titulares y suplentes, de Primera y Segunda división, famosos y desconocidos – para reclamar vuestros derechos. ¿Os imagináis en qué acabaría esto si todos los demás sectores de la clase trabajadora hicieran lo mismo?
Me hago cargo de vuestra difícil situación. Tiene que ser muy duro tener que ir a sudar la camiseta cuando uno es millonario y más aún cuando no lo eres porque no te pagan lo estipulado en el contrato. Pero, ¿no sería mejor que os afiliarais a un sindicato vertical que pactara a la baja vuestros derechos y poco a poco fuerais asimilando los recortes y que las cosas nunca más volverán a ser las mismas? De seguir por este camino, vuestro sindicato AFE tendrá la misma fama que el de los pilotos SEPLA y vosotros mismos caeréis tan mal como los controladores de Aena. ¿De verdad queréis esto para vuestros aficionados? De seguir firmes en vuestra egoísta actitud de luchar por lo que es vuestro, creedme que manchareis de ignominia las camisetas que millones de niños lucen todavía con ilusión por todo el mundo, haciéndoles el blanco de todas las miradas y comentarios que les obliguen a agachar la cabeza por llevar el nombre de uno de esos que pone su sueldo por delante de su afición, de su equipo y del fútbol.
Las cosas están mal y peor que van a ir; Si a los primeros impagos montáis una huelga ¿Qué va a suceder en los próximos años cuando se acabe el maná de las retransmisiones, los ingentes ingresos por publicidad y derechos de imagen? No dudéis ni por un momento, que aquellos mismos que han vivido a vuestra costa con sus comentarios y os han encumbrado al Olimpo de los Dioses, no ahorrarán tinta en haceros caer hasta el Hades. Luego, no os sorprendáis si escucháis que en los medios, se os tacha de violentos y terroristas sociales relacionados con los grupos Ultras para desprestigiaros tanto a nivel personal como colectivo. Os lo tendréis merecido por dejar de tocar las pelotas.