Es vox populi, más allá de lo reflejado por las encuestas que, el bipartidismo representado por el PP-PSOE, ha llegado a su fin. Sea cierto o no el rumor, que todavía no me creo nada habida cuenta del palurdismo recalcitrante del que hacemos gala en cuanto se nos pone por delante unas urnas, lo que sí cobra a pasos agigantados verosimilitud, es la preocupación entre las filas pepistas y pesoistas de que esta vez el hartazgo generalizado de la ciudadanía, vaya en serio, siendo como son las “Europeas” poco más que la “María” de las pruebas democráticas que deben afrontar los Partidos, ocasión propicia donde los votantes aprovechan para castigar electoralmente a las siglas de toda la vida cual infantil pataleta, dado que, cualquier otra forma de protesta es susceptible de tipificarse como falta o incluso delito por el Gobernante criminal.
Es vox populi, que ante la mera posibilidad de que en el inminente escenario político pudiera emerger con fuerza inusitada una tercera opción como lo es UPyD que a diferencia de IU o los Nacionalistas es capaz de recoger el amplio descontento de aquellos simpatizantes enfadados, los que mandan a los que mandan, rápidamente se han puesto a trabajar en diversificar la oferta de destino a donde pueden dirigirse quienes por un motivo u otro tengan intención de votar, pero no a los de siempre.
Porque, es vox populi, que la Banca está muy contenta tanto con el PP como con el PSOE con cuya ayuda traidora se han enriquecido a manos llenas durante estos años. Así, mientras todo se trate de que un pobre votante al que más le valdría ser etimológicamente idiota, albergue la intención de cambiar su voto de unas siglas a otras en un tiempo sin ideologías, como que el trasvase no presenta mayor alteración que llamar al agua, H2O. Sin embargo, la aparición en juego de un tercero como UPyD, introduce en el sistema partitocrático el factor sorpresa, o aún peor: ¡La incertidumbre! Y es vox populi, lo poco que gusta a los mercados la incertidumbre…
La Banca puede tolerarnos cierto grado de azar en el gobierno, por ejemplo que salga elegido por capricho un Rajoy o un Rubalcaba e incluso resistir un ZP; ello no implica incertidumbre alguna. No existe la más mínima posibilidad de un sobresalto matemático bajo los auspicios de las “Leyes del caos” donde el “Efecto mariposa” podría suponer cierto riesgo; A lo más un exabrupto republicano por parte de unos y algún retruécano franquista por el otro, nada que no pueda soportar una democracia formal hasta la extenuación.
Pero, es vox populi, que si sale elegida esta individua llamada, Rosa Diez, ¿Quién está en disposición de garantizar que asumirá los “Protocolos Para el Saqueo Organizado de España”? ¿ Quién se arriesgaría a afirmar que no gobernará con sinceridad, honradez y magnanimidad?
Con intención de diluir esta incertidumbre, los tentáculos mediáticos de una y otra parte de la misma parte contratante, han presentado nuevas marcas blancas como “Ciudadanos” y “Vox”, que sin lugar a dudas desviarán buena parte de dicho trasvase de votos que iban a UPyD al objeto de que esta formación convertida en una alternativa sin mácula de momento, pueda dar el temido sorpasso en Bruselas, presentándose ante el electorado como caballo ganador con la inquietud que ello comporta entre chaqueteros que empiecen a revolverse en su sillón propiciando el desembarco de cuadros, militantes, patrocinadores que tras los simpatizantes irían de cabeza a apoyarles, dada la pérdida de confianza demostrada por la nueva tendencia, pues en una política donde el mercado es el que manda, es lógico que lo que empezara como un rumor, lleve al desastre que en el caso del PP será la pérdida del Gobierno así como su refundación, mientras en el PSOE no habrá otra que su disolución como en su día hicieran los compañeros italianos.
Categoría: Política
Lapsus autocrítico de Mariano Rajoy
Si hubiéramos de tomar una frase que ilustrase la presidencia de Rajoy, esta no puede ser otra que la pronunciada el pasado 17 de Enero de 2014, enunciada como reproche a la soberana decisión del Parlamento catalán:
«Se están tomando decisiones unilaterales y así es imposible dialogar».
Don Mariano Rajoy
Presidente del Gobierno español
Carta a los Reyes Magos
Queridos Reyes Magos:
La última vez que os escribí, casualmente también atravesábamos por una crisis económica achacada cuando aquello a los elevados precios del petróleo mantenidos por la OPEP, circunstancia de la que ni me percaté preocupado como estaba de aprender a sumar y restar a fin de zambullirme de cabeza en el sistema consumista de modo responsable administrando las primeras pagas paternas entre golosinas, canicas e ir al cine, dato irrefutable que me permite exclamar sin faltar a la verdad “Con Franco ¡Vivíamos mejor!”, al menos, yo. Desde entonces, prometo haber sido bueno en mis intenciones y haberme portado bien a lo Aznar, es decir, en la intimidad, condición esta, sin la cual, huelga comentar la presente misiva, sería hasta contraproducente, por daros pruebas de mi existencia, a estas alturas de la vida en que seguramente me teníais perdida la pista para saldar carboníferas cuentas atrasadas…Alea jacta est!
Lo primero que deseo depositéis bajo el árbol, más pronto que tarde, si es preciso con ayuda de papá Noel, es el Monopoly con instrucciones actualizadas, pues en la versión estándar no recuerdo tarjetas sobre burbujas inmobiliarias, rescates bancarios o casillas con Preferentes, desahucios que no cancelan deuda hipotecaria, y las estratagemas estafalarias de la letra pequeña con las que hoy nos desayunamos a diario. Igual de urgente, preciso un Tragabolas para entrenarme como Gargantúa antes de escuchar a Rajoy, así como un Telesketsch para no aficionarme a tirar de hemeroteca con sus promesas electorales y públicas declaraciones.
Un excelente complemento práctico civil sería un Quimicefa de nivel superior con el cual estar en disposición de fabricar mis propios explosivos o en su defecto, un par de pistolas con balas de verdad para ejercitar el tiro al banco. Sinceramente, espero no me dejéis indefenso ante el sistema financiero internacional o Hacienda y cuando menos, me echéis una cajita de Magia Borrás con la que poder hacer desaparecer pruebas al más puro estilo Bárcenas, o aprender a emitir facturas falsas con la misma agilidad demostrada por la pareja de moda en el espectáculo del ilusionismo nacional cuyo nombre artístico es “In-On” derivado de la terminación de sus apellidos.
Después de treinta y siete años sin demandar nada, espero no contempléis como un abuso por mi parte que os solicite algunas fruslerías suplementarias como un Scatergoris con la que podría aceptar “Concertina” como cuchilla de afeitar y si es posible…una popular Barbie crecidita, no importa que sea Delegada del Gobierno para recuperar el tiempo perdido cuando de niño no me gustaba jugar con muñecas, mas, no se os ocurra traerme una Barriguitas, que os conozco…
Por último, pero no menos importante, para que veáis que ya no soy tan egoísta como antes y no pido sólo pensando en mi, desearía que a mis vecinos y conciudadanos indistintamente de su procedencia les hicierais llegar a lo ONG, un juego completo de Clics de médicos y profesores con hospitales, escuelas y sus equipamientos respectivos; una casita de muñecas a la que no le falte ni luz, ni agua, ni comida en la nevera, con acceso directo al jardín de Pin y Pon provisto de columpios para que los niños puedan jugar al aire libre sin necesidad de enchufarlos entre cuatro paredes a un televisor de plasma por donde podría aparecer cualquier indeseable; y para los municipios un Tente y un Scalextric con los que compensar la maltrecha infraestructura cercana al ciudadano medio recortada para sufragar los ruinosos proyectos megalómanos de los gobernantes disfrutadas por las élites. Y hablando de gobernantes, para que os fijéis en lo bueno que soy en la actualidad y accedáis a traerme todo cuanto os he solicitado, también me acuerdo de ellos, a saber, Rajoy, Montoro, Gallardón y todo el gabinete de ministros del PP para quienes solicito de todo corazón el Tocador de la Señorita Pepis.
En cualquier caso, si la memoria de mis infantiles fechorías os impidiera convenceros de mi bondad actual y en comprensible desconfianza dudaseis entre dejar o no dejar…¡Dejad! ¡dejad! aunque sea el clásico carbón, que no vendrá mal tal y como se ha puesto la tarifa eléctrica.
Interrugptus Catalán
Conocía la desconfianza gallega a la hora de responder una pregunta con otra, mas nunca había oído hablar de la sibilina costumbre catalana de introducir cualquier cuestión en lo que podría denominarse un “interrugptus”, algo parecido al famoso “Coitus interruptus” pero en una oración interrogativa, que reconozco, me ha sorprendido en su novedosa formulación.
En principio, de plantearse por higiene democrática una consulta al Pueblo Catalán sobre cuál es el modelo de relación que desea con España, esta habría de hacerse de manera lo más sencilla posible a fin de esclarecer mediante las urnas cuál es la opinión firme fuera de las encuestas de la ciudadanía al margen de los tejemanejes a los que nos tienen acostumbrados sus ratoniles dirigentes que han estado décadas viviendo de la ambigüedad jugando al gato y al ratón hasta que la sociedad les ha empujado a definirse muy a su pesar. Pero no para oscurecerla aún más con una maraña interrogativa que necesita de toda la exégesis bíblica y de cuanta hermenéutica seamos capaces acopiar para averiguar fehacientemente qué se está preguntando, qué se estará respondiendo y lo que es peor todavía, qué se haya respondido en caso de que los golpistas espirituales de una y otra parte no puedan frenar el proceso, pues la preguntita se las trae…
Plantear a los catalanes “¿Quiere Usted que Cataluña sea un Estado? Y si es así ¿Quiere que Cataluña sea un Estado Independiente?” en mi estupefacta opinión, es una tomadura de pelo; un insulto a la inteligencia de los ciudadanos; y una falta de respeto a la masa social que tanto ha luchado porque ¡por fin! se pueda escuchar su voz sin mediaciones ni mediadores que manipulen a cada momento la voluntad popular secuestrada entre titulares de periódicos, anuncios del Telediario, en boca de los miembros de la clase parasitaria, tertulianos de tres al cuarto, historiadores, lingüistas, intelectualoides y demás fauna que se pronuncia a sueldo de los intereses sean estos del bando Nacionalista o del Bando Nacional. Porque, todo el mundo, indistintamente de si estaba a favor o en contra del “Derecho a decidir” tenía clara cuál era la justa disyuntiva que debía presentarse a los catalanes “Cataluña Independiente ¡Sí! O ¡No!”. Pero qué otra cosa cabía esperar de los criminales gobernantes en este caso periféricos, más que demostrar lo que mejor saben hacer, a saber: enredar lo suficiente los asuntos al objeto de que por cada problema que sean capaces de resolver, sobrevengan dos o tres más que justifique su omnímoda presencia institucional, no vaya a ser, que sin problemas, la ciudadanía harta de sus componendas les envié al para con o sin subsidio.
Los dirigentes catalanes han desaprovechado a propósito una ocasión única de obtener sus objetivos programáticos declarados a rebufo de Escocia y jalonados por la crisis económica que soplaba a su favor. Con su descomunal desaguisado, no sólo se han garantizado el fracaso, que también un desprestigio absoluto de su imagen, pues si hasta conocerse la pregunta, los Gobernantes españoles lo tenían muy difícil para explicar a la comunidad internacional por qué en Gran Bretaña ¡Sí! y aquí ¡No!, sonrojando el déficit democrático de Madrid en comparación con Londres – y ya me duele reconocerlo – ahora, casi como que sucede al revés, pues todo el mundo empieza a comprender que la negativa déspota de España podría estar motivada por la incapacidad catalana de formularse preguntas directas, como para dejarles responder a ellos solos.
Lo descabellado del Interrugptus Catalán se evidencia en cuanto lo sacamos de la politicasta donde tiene terreno abonado el teatro del absurdo, bastaría enunciar a nuestras parejas la cuestión “¿Deseas quedarte embarazada? Y en caso de que así sea ¿Querías tener al niño?” para corroborar su estupidez. Por si alguien cree que exagero, ayer mismo, amigos desde Berlín me han consultado por correo electrónico si el modo correcto en Barcelona de entrar a una chica en la discoteca es “¿Me permites que te invite a una copa? Y en caso afirmativo insistir ¿Quieres que la pague yo?”
Alternancia en el ejercicio del Poder
Porque somos humanos y no dioses, perseguimos la perfección cual presa en el horizonte, no dándose nunca plena satisfacción, pues gustamos del derroche en época de abundancia cuando podríamos mejor ahorrar pretendiendo, en cambio, ser austeros cuando no queda otro remedio, nunca viéndose juntas virtud y circunstancia propicia, que por algo a la miseria económica le acompaña la podredumbre moral.
La famosa separación de Poderes emprendida por los ilustrados para evitar los excesos del Absolutismo, dividiéndolos en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, fue un progreso teórico muy matizado en la práctica. Sin entrar a valorar cómo su conjunto es deudor del Poder económico, lo cierto es que sus ideólogos, siempre pensaron en este reparto trinitario como acontecido en simultaneidad, en correspondencia con la fuente regia de donde provenía, pues en la figura del Soberano, el Poder era ejercido en todas sus potencias por igual, simultáneamente.
Es verdad que los tres Poderes, coinciden mayoritariamente en el tiempo, mas nunca a tiempo. Me explico: La división de Poderes fundamentaba su excelencia en el equilibrio entre los vértices del triángulo institucional que se pretendía, dando juego a la mutua vigilancia para evitar excesos de las partes en respuesta práctica a la eterna cuestión de Juvenal ¿Quién vigila al vigilante?. A este equilibrio de Poderes, se le sumó la figura del árbitro como Jefe del Estado pudiendo ser Rey, Príncipe o Presidente de República. Por si acaso, por encima de todos, se situó la Constitución. Pues bien, así como en la Santísima Trinidad, no gozan de igual dignidad el Dios Padre que ocupa ¾ partes de la Biblia, el Dios Hijo que aparece en lo restante sin apenas huequecillo para el Espíritu Santo, los tres Poderes, nunca llegaron a trabajar plenamente por separado, ni en colaboración.
No estoy aludiendo a las consabidas desavenencias entre unos y otros o a los problemas de ajuste y coordinación. Lo que deseo tratar ahora es un fenómeno que a diferencia del de la relación subordinada, me había pasado desapercibido, cuál es, el de la alternancia programada en el sano ejercicio del Poder.
No sé si se han fijado ustedes, pero me llama poderosamente la atención que cuando el sistema hace aguas por un Legislativo corrupto y un Ejecutivo ineficaz, resulta que la Justicia en colaboración del cuarto Poder, la Prensa, actúa con un vigor que ante los ojos del ciudadano salva todo el sistema dándole cuerda para pasar estos ratos de tribulación. ¡Sí! Esa, la Justicia acusada de cachonda, lentitudinaria, dependiente, farragosa, al servicio de los poderosos, etc. ¿Por qué ahora funciona tan bien y a marchas forzadas?
No dudo de la buena intención de Jueces, abogados, fiscales y periodistas que están dando la cara por la Democracia en defensa de los intereses de los ciudadanos; son como ratas sueltas de laboratorio que hacen lo que pueden, a expensas de otra voluntad. Porque su hiperactividad contrasta abiertamente con su dócil actitud de “Bella Durmiente” o en actitud pastoril contempladora de “Los Reyes Magos”, hasta ahora mantenida por jueces y periodistas respectivamente en lo que debería haber sido su labor primordial.
La plácida convivencia de la Judicatura y los medios de comunicación con los poderes Ejecutivo y Legislativo ha sido mayor de lo deseable para la salud de la Cosa Pública, porque la tarea del Poder Judicial y periodístico, no es como la de un carnicero que trabaja con cuerpos muertos, a los que no cabe más que despachar, sino como la de un médico que prefiere prevenir a curar.
El elogiable alarde de justicia e información ahora desplegado, por parte de Tribunales y rotativos, aun siendo de agradecer, se asemeja más a la penitencia por las culpas expiadas que al acierto del deber cumplido. En consecuencia, sospecho que, tan ejemplar comportamiento responde más a un desesperado intento por lavar la imagen del desacreditado sistema, que a un profundo sentimiento de enmienda y tan pronto como sea posible, todos volverán a mirar para otra parte recostándose en el profundo sopor acostumbrado.