Referéndum y representación

Lo dije en cierta ocasión, pero vuelvo a repetirlo. Si un gobernante consulta al pueblo sobre las cuestiones capitales que le afectan, este mismo pueblo, puede empezar a sospechar que dicho gobernante es incapaz de tomar decisiones por si mismo, o peor aún, puede cogerle gusto a eso de opinar y querer pronunciarse sobre esto y aquello entorpeciendo las labores de gobierno.
Lo dije en cierta ocasión, pero vuelvo a repetirlo. Si un gobernante consulta al pueblo sobre las cuestiones capitales que le afectan, este mismo pueblo, puede empezar a sospechar que dicho gobernante es incapaz de tomar decisiones por si mismo, o peor aún, puede cogerle gusto a eso de opinar y querer pronunciarse sobre esto y aquello entorpeciendo las labores de gobierno.

Tan malo es abusar del referéndum como obviarlo por completo. En el primer caso, el Pueblo se expone al riesgo del Asamblearismo donde el exceso de reflexión o la disputa eterna, paralizan la acción, negándole al Gobierno la capacidad de responder a los problemas comunes con cierta coherencia ejecutiva, la cual, permita ser evaluada, juzgada, aprobada o recusada por la propia ciudadanía. En el segundo caso, aparece el vicio de la sobrerrepresentación del gobernante que niega al Pueblo su soberana capacidad de decisión en asuntos, que a lo mejor, no son susceptibles de resolverse por delegación, de igual modo que en un quirófano no hay votación que valga.
En democracia, los asuntos capitales de la sociedad suelen dirimirse por medio de elecciones en las que, tras debatirse las distintas opciones, la ciudadanía elige a sus representantes para que se ocupen de las cuestiones fundamentales de forma profesional continua y supervisada, por un periodo de tiempo limitado, según las líneas generales de un programa que ha sido debidamente publicitado con anterioridad. Normalmente, los programas suelen nutrirse de vaguedades bienintencionadas, grandilocuentes promesas, cuya interpretación depende del presunto sesgo ideológico del electorado o de la tradición histórica de las siglas a las que se asocia. Los partidos mayoritarios, rara vez se atreven a llevar en ellos propuestas radicales que puedan dividir a su feligresía, suscitar la división interna, romper la disciplina de voto, causar recelos entre sus filas, etc. Lo normal, es que afronten los temas controvertidos en escaramuzas mediáticas anunciando y desmintiendo medidas o reformas, para según sea la contestación social, recomponer su discurso.
Pues bien, son precisamente esos temas controvertidos que afectan a la sociedad de forma transversal, más allá de ideologías, clase social, nivel cultural, incluso club de futbol al que se pertenezca, los que requieren un tratamiento democrático suplementario al representativo, pues la sociedad, a todas luces, es muchísimo más plural que lo que aparece retratada en nuestro Parlamento, donde a día de hoy, bien podrían ir a votar ocho políticos cada cual con la fuerza numérica del partido al que representase, pero no con la legitimidad moral del pueblo al que dicen representar. Porque, me niego a pensar que, seamos tan cazurros como para creer que todos los parlamentarios del PSOE, están a favor de la retirada de crucifijos de las aulas o que todos los miembros del PP, estén en contra de la interrupción del embarazo en la práctica. Antes bien, en todas y cada una de las fuerzas políticas habrá una enorme pluralidad de planteamientos, pareceres y experiencias, que quedan acalladas por tan enfermizo modo de entender la representación, cuál es, la de no dejar opinar al Pueblo en nada de cuanto le afecta, salvo cada cuatro años, para escoger al menos malo de cuantos se presentan para usurpar la toma de decisiones.
Temas como la Monarquía, el aborto, la eutanasia, el consumo de ciertas sustancias, la presencia de crucifijos en las aulas, la enseñanza obligatoria de inglés, los permisos para la instalación de antenas de telefonía cerca de los barrios pobres, la incorporación de productos transgénicos en el mercado alimentario o el reciente conflicto de los toros, en los que nadie sabe a ciencia cierta, cuál pudiera ser el sentir general de la ciudadanía y en los que difícilmente puede alcanzarse un consenso político por hallarse en juego matices que transcienden el mero cálculo partidista, deberían empezar a dejarse en nuestras manos, que de no ser menos aptos para la libertad individual de pensamiento y conciencia que los californianos, italianos, holandeses, suizos y resto de personas que viven en democracia, no veo motivo para que en estos asuntos, como en muchos otros, no se nos consulte periódicamente y se nos escamotee tan férreamente como se hace, la convocatoria de consultas populares, a excepción de sondeos de opinión y encuestas, de las que estamos más que sobrados, pero cuyo valor legal no supera al de los billetes del Monopoly.

El aula en casa

Y yo que pensaba que estaba aquí porque mis padres no me quieren. Ahora, rersulta que es debido a que son pobres...
Y yo que pensaba que estaba aquí porque mis padres no me quieren. Ahora, rersulta que es debido a que son pobres...

Tras varios siglos demandando la universalización de la educación pública obligatoria gratuita de parte de las fuerzas cívico-morales que en ello veían un instrumento armonizador para rebajar las diferencias sociales, puede parecer ahora que, lo que reclaman cerca de dos mil familias en el Estado Español, cuál es, su derecho ancestral a educar a sus hijos sin necesidad de llevarlos a la escuela, como se hizo por necesidad durante milenios, sea una pretensión retrógrada, contraproducente e incompatible para con la futura adaptabilidad y capacitación social del niño.

El tema se las trae. No es sencillo pronunciarse sobre dónde poner los límites de a quién pertenece más el niño, si a sus padres o al Estado. Supongo yo que, en un País Abortista como el nuestro, lo suyo sería que los hijos sean más de los padres que se han empeñado en tenerlos, que de una institución que le da igual la evolución del embarazo. Bajo esta premisa, me inclino a pronunciarme a favor del derecho de los padres a educar a sus hijos en casa, pues la educación pública obligatoria gratuita no tiene porque circunscribirse a un edificio como la escuela decimonónica, más parecida hoy a una cárcel, manicomio o asilo que a un sitio dónde los pequeños aprenden para sus vidas como personas y futuros ciudadanos.

La verdad es que no me hacía falta la travesura argumental anterior para mostrarme partidario de esta libre opción educativa que, por supuesto, no aspira a universalizarse, pero si al menos, a tener cabida dentro de la legalidad española, como ya ocurre en casi toda Europa y los EEUU, pues desde muy joven detesto la enseñanza reglada y siempre he visto con muy buenos ojos, cualquier otra alternativa que se pudiera ofrecer, aunque yo ya no pudiera disfrutarla. En una sociedad como la nuestra, dónde impera el ritmo productivo y la entera disposición de los esclavos para el trabajo-consumo alterno-continuo, pocas son las personas libres y capaces para plantearse la mera posibilidad de educar a sus hijos en casa, sin arriesgarse a hacerlo peor que la institución docente, cosa que no debería preocupar ni a los analfabetos, dados los pésimos resultados obtenidos por esta a todos los niveles operacionales, intelectuales, expresión, comprensión, oral, escrita…

Evidentemente, la escuela ha sido un gran avance social para la clase trabajadora que no dispone de tiempo para instruir y educar a sus crías; Pero no para la clase media que disponiendo de tiempo y capacidad ha hecho plena dejación de funciones en la institución, sin reparar que dispone de tiempo, capacidad y recursos para educar a sus hijos en el hogar, para evitar que reciban una enseñanza en serie, más estandarizada que la que puede encontrarse en la moda Pret a porter. Pero qué otra cosa se puede esperar de unos padres que permiten que sus hijos vean la tele que les lava el cerebro para consumir y hablen por el móvil que les generará tumores cerebrales.

Recién salido de la facultad de Filosofía recuerdo que me sometí a un experimento mental para averiguar cuáles eran mis verdaderas ideas sobre los distintos temas que rondaban por la mente. Sin entrar en pormenores, El experimento consistía en situarme frente a un hijo imaginario al que debía educar. Así pude discernir que en mi cabeza hay varios grados, a saber: Pensamiento que comprende todo lo que soy capaz de elucubrar, fantasear, imaginar, teorizar, desear, aborrecer, argumentar, apalabrar, etc; Opinión, que aglutina mi valoración personal sobre los pensamientos que circulan por la mente a los que otorgo valor moral, lógico, real, y resto de categorías o etiquetas de verdad, falsedad, bueno, malo, correcto, incorrecto…Creencia, que es el conjunto de ideas o conceptos, más o menos elaborados, de cuya afirmación, realidad, o cualquier otra cosa, ni me planteo, y cuando me lo planteo, resiste toda prueba o falta de ella en su contra durante un tiempo más pronunciado que si se tratara meramente de ideas pensadas u opinadas. Por último, estaría la voluntad, que albergaría a los deseos, querencias, apetencias, etc. Así fue como me di cuenta de que aunque el pensamiento me dice que sin lugar a dudas Dios no existe…mi capacidad de creer en su existencia, es ilimitada. ¿Qué le debía yo transmitir a mi hipotético hijo? A muchas disyuntivas mucho más complejas y elaboradas que esta debí hacer frente y para mi sorpresa, casi todas las decisiones iban en contra de mi pensamiento. Porque pensar, es muy fácil. Lo difícil es hacerlo bien.
Les he contado todo lo anterior, porque las familias que se han decantado por educar a sus hijos en casa, están realizando una apuesta vital de primer orden que el resto hace a la ligera, pues seguramente habrán tenido que hacer frente a todas esas y muchas otras reflexiones, inmersas en un mar de dudas temerosas sobre si estarán o no haciendo lo correcto, cómo acabarán sus hijos el día de mañana, qué pasará si sale mal y un sin fin de preocupaciones académicas, programáticas, procedimentales que bien podrían eliminarse, si de una vez el Ministerio de educación acepta esta otra vía de el Aula en Casa, poniendo a disposición de los padres y de sus hijos todas las ventajas de las que gozan obligatoriamente el resto de ciudadanos en los centros vigilados, como son el derecho a examen, tutorías, y la necesaria regulación de esta otra forma de educar, por cierto, mucho más anterior, sana, eficaz y natural que la que actualmente se le suministra a la juventud, como podrán averiguar por si mismos en www.educacionlibre.org

Cocacolonización

Cuando un niño tiene en su mano la botella de Coca Cola, realiza sus más tiernas fantasías freudianas con su madre; Cuando la niña se la lleva a su boca, hace lo propio con su papá.
Cuando un niño tiene en su mano la botella de Coca Cola, realiza sus más tiernas fantasías freudianas con su madre; Cuando la niña se la lleva a su boca, hace lo propio con su papá.

Mucho antes de la llegada de los europeos, las culturas autóctonas americanas ya consumían hojas de coca para aliviar sus fatigas y por qué no reconocerlo, obtener también dosis de placer, que ya les proporcionaban otras substancias como el chocolate y el tabaco, que ahora nosotros consumimos del todo desgajado de aquellas virtudes y atribuciones primigenias para las que fueran concebidas, pues cuando entonces los pueblos hacían un uso de ellos, dentro de un orden enmarcado en ancestrales ritos, liturgias y tradiciones, que ayudaban al cuerpo y al espíritu a canalizar saludablemente sus múltiples beneficios lúdico-terapéuticos evitando en lo demás, sus potenciales riesgos para los primerizos, menos avezados en su docto manejo. Nada que ver entonces, con el modo alienado, segmentado e irresponsable con el que los occidentales nos entregamos por entero a su disfrute, separando sin pudor, las distintas esferas que en su realidad concurrían haciendo de la sustancia, pura materia sin esencia, sin cultura ni sociedad a la que remitirse, quedándose así, solo con sus desligados efectos somáticos que ahora, atendemos como nocivos.
Así se comprende mejor lo sucedido con la más famosa fórmula farmacológica, aquella ideada en 1885 por John Penberton, en su establecimiento de Atlanta, cual eficaz remedio para jaquecas, vómitos, y toda suerte de males estomacales (propiedades que todavía mantiene) que en pocos meses, fue requerida por sus conciudadanos, como refrescante bebida a 5 centavos el vaso, apareciendo ya comercializado en todos los EE.UU., en 1893 previa venta de su patente a un avispado industrial por la irrisoria cifra de 2.500 $ de la época, bautizada y logotizada como hoy se la conoce. Así, lo que empezó siendo un simple jarabe a base de hojas de coca, mezclado con semillas de cola, para aliviar molestias y dolores, ha terminado convirtiéndose en un símbolo omnipresente en todo el orbe asentando su imperio y estandarte en más países que miembros tiene la ONU, haciendo de la Coca-Cola, el primer imperio genuinamente universal y de su expansión una auténtica Coca-colonización mundial, abriendo mercados en los lugares más insospechados e inhóspitos que pudieran imaginarse, desde el hermético reino de Bután, el recóndito Tibet, en el árido Sahara hasta tener presencia permanente en las bases científicas de la Antártida, manteniendo un continuo flujo de suministros a las provincias en guerra de Irak o Afganistán, al tiempo que se entiende con antiguos enemigos, como China, Rusia, Libia, Cuba, e incluso, salvando turbulencias diplomáticas con el mismísimo eje del mal formado por Siria, Irán y Corea del Norte.
Como se aprecia, la Coca-Colonización supera en todos los órdenes a cualquier imperio conocido en la Historia, sea en recursos humanos, si atendemos a su plantilla global, sea en infraestructuras, recaudación de impuestos, influencia financiera, habilidad diplomática, etc. Si en el imperio español de los Austria, o en el victoriano imperio inglés, podía decirse que no se ponía el sol, en el imperio de la Coca-Cola, podría decirse que tampoco se pone la luna, pues hasta allí ha llegado su poder en forma de publicidad a manos de un astronauta, dentro de la MIR, y creo no tardará el día en que veamos toda su faz envuelta en el lema de la Coca-Cola, irradiando desde lo alto a todo el firmamento.
Pero como la luna, el imperio de la Coca-Cola y sus efervescentes efectos de su Coca-Colonización, tienen dos caras: la cara que se nos ofrece es la de un refresco burbujeante, divertido, inocuo, barato, lleno de vida, fiesta y alegría, de carácter universal, trasnacional, intercultural, intergeneracional, aconfesional… pero tras éste subliminal mensaje que se nos mete por los ojos y oídos en vallas publicitarias, videoclips, videojuegos, merchandising, radio, cine, televisión, periódicos, revistas, internet… se esconde una oscura y gélida realidad que ni el más agresivo de los marketings puede ocultar: ¡la Coca-Cola, tortura y asesina! espiritualmente nuestra sociedad por medio de un proceso de Coca-Colonización, no solo de los mercados del mundo laboral y de la producción como cabría sospechar, sino también afectando la salud de los cuerpos, apropiándose de los recursos acuíferos, infectando las tierras de los pueblos, esclavizando a sus gentes, extorsionando a los gobiernos, manipulando las mentes infantiles. Conviene entonces, conocer éstos hechos y exponer cómo opera la Coca-Colonización:
– La Coca-colonización del cuerpo: La Coca-Cola es un agente agresivo y extraño al cuerpo, como no podía ser de otra manera con un producto elaborado a base de pura química. Tanto es así, que varios gobiernos han intentado suprimir su producción como en su día lo intentara Francia (1954). Su consumo es muy nocivo sobre todo, entre los más pequeños, pudiendo provocar diabetes, obesidad, anemia, aparte de las conocidas aerofagias gastrointestinales. El ácido fosfórico que contiene, es sumamente corrosivo para los metales, y en buena lógica en modo alguno puede ser beneficioso para el tubo digestivo y la flora intestinal que tanto procuramos cuidar bebiendo y comiendo toda suerte de yogures, por no hablar de lo pernicioso que resulta su ingesta para la salud bucal, dado que de modo inmisericorde, pudre y destruye por dentro los dientes con el peligro que ello supone para las encías y los nervios maxilares. Huelga decir lo alarmante que resulta para la salud componentes como el edulcorante Ciclomato de Potasio, cuya probada peligrosidad ha suscitado múltiples debates en la OMS y hasta se ha prohibido su uso en la propia patria de la Coca-Cola, los Estados Unidos. Es posible, que como dice la propaganda, de beber Coca-Cola, que se sepa no se ha muerto nadie. No es mal argumento en su defensa, pero de ahí a concluir que sea sana su ingestión, hay un trecho muy largo.
– La Coca-Colonización de las mentes: lamentablemente, la mayoría de nosotros nacimos en un mundo ya Coca-colonizado en el que su presencia nos era impuesta en fiestas y cumpleaños, como un invitado más que se colaba de rondón, como decía en la canción Mecano, por no hablar de su mejor embajador infantil que no es otro que el ignominioso Papá Noel. Por suerte para mí, desde pequeño me han insultado eso de Nicola Coca-Cola y es probable que gracias a ello, tomara conciencia de estar inmerso en una gran burbuja colectiva de control Coca-Colamental. Así, empecé a peguntarme a qué demonios sabía la Coca-Cola para que precisase de tanto anuncio y propaganda: tenemos el logotipo de la Coca-Cola en los letreros de los bares, como señales de tráfico en la carretera, en las paradas de autobuses, en los partidos de futbol, como colaboradores de todos los actos deportivos, en carteles, en sintonías de radio, en spots publicitarios de la televisión, en camisetas, llaveros, gorras y todo ello, que suponemos cuesta a la empresa miles de millones, tienen por un único objeto, hacer apetecible la Coca-Cola, cosa extraña dado que en principio bastaría con probarla para apreciar toda su bondad y buen sabor, y ello, aparte de hacernos recelar sobre su auténtica realidad, nos repercute en el precio y contamina el medio ambiente visual, lumínico y mental, con toda clase de mensajes y lucecitas que nos incitan a beber Coca-Cola, como remedio para ahogar nuestras frustraciones. De éste modo, una infancia y juventud que nace y crece bebiendo Coca-Cola, pasa bruscamente de la leche materna al refresco, homogeneizando el gusto por medio de una pauperización de las papilas gustativas que raramente disfrutarán del agua mineral, zumos varios, horchatas, jugo de coco, infusiones, cervezas y otras milenarias tretas que la especie ha ideado a lo largo de los últimos milenios para agenciarse nuestra diaria dosis de líquido. Con ello, por medio de ésta homogeneización del sabor, se homogeneiza también por vía oral, su forma de conocer el mundo, su experiencia, su personalidad, su realidad e ideología, que pasan a ser clónicas, para acceder a la común unión grupal que le posibilita disfrutar la Chispa de la Vida con colegas de todo el mundo, que como ellos vestirán vaqueros, sudaderas y comerán únicamente hamburguesas con kepchup y patatas fritas. Pero aún siendo esto malo, no es lo peor. La Coca-colonización de la mente, predispone a los adolescentes hacia la más sumisa alineación social y les convierte adictos del sistema, incitándoles de por vida, a la drogadicción, generando en ellos La Sensación de Vivir cuando arriman el cuello de la botella al labio, exacerbando en ellos, los latentes impulsos orales libidinosos, freudianos de la desinhibición sexual, con la frustración que ello conlleva en una etapa de formación e inmadurez, originándoles su primer estrés y desasosiego existencial, cuando éste no puede satisfacerse en la realidad, dando pie a los primeros síntomas de ansiedad propios de cuantos han generado una dependencia; la misma que sienten los toxicómanos cuando les falta su dosis diaria. Es por éste motivo, que es fácil ver el recorrido de un chaval de éstas edades que empieza a beber a morro, con impaciencia y desasosiego su primera Coca-Cola, de ahí pasa a dar su primera calada al cigarro, después pasa al porro, y acaba inyectándose heroína en las mismas venas por las que la Coca-Cola se come a los glóbulos rojos que todavía le quedan para luchar contra la anemia que le provoca. Por no citar la predisposición psíquica de los niños a esnifar Coca, dado que desde su infancia han asociado la coca, no a su milenaria presencia entre los indígenas y a sus cuidados farmacológicos y terapéuticos, sino a la sensual y marilinmonroe forma de la botella de Coca-cola, y como la propia empresa dice, la vida con Coca, es mucho mejor.
– La Coca-Colonización ambiental: A las ya apuntadas contaminaciones lumínicas y del impacto en el paisaje con sus numerosos letreros lumínicos, y vallas publicitarias, que inundan nuestras calles y plazas, hemos de sumarle el inmenso daño medioambiental que supone el despilfarro de energía y materiales en semejante exuberancia para algo tan insustancial y baladí como es un refresco. El daño ecológico que lleva aparejado todo ello, es de tal magnitud a nivel mundial que ni los más expertos en la materia han podido calcularlo pues los números sobrepasan la capacidad comprensiva de su realidad, si tomamos en cuenta, la extensión del fenómeno por todos los rincones del mundo y su dilación en años, a lo largo de todo un siglo: son incalculables las materias primas que se dilapidan en su publicidad, en su producción, en su distribución y hasta en su reciclaje. La energía que se dedica a la irradiación y consumo de la Coca-Cola, seguramente podría compararse a la que se dedica en todo el globo, al fomento de la cultura, incluidas las artes cinematográficas, siquiera la mismísima iglesia católica podía igualar en recursos invertidos para potenciar su imagen a lo largo de su historia con lo que la empresa Coca-Cola en un solo siglo han invertido en dar a conocer su imagen por todo el mundo.
– Coca-Colonización de la Tierra: La Coca-Cola Company tiene diseminados por todo el globo infinidad de industrias asociadas a las que suministra el jarabe y a las que autoriza para hacer el preparado que distribuyen a través de su inmensa flota de transporte (la más grande del planeta) tejiendo así una tupida red global de bases logísticas aledañas a todos y cada uno de los centros urbanos del planeta Tierra. Su capacidad de maniobra, geoestratégica, de operación de alcance, es con mucho, muy superior al que pudiera desplegar la OTAN y los propios Estados Unidos con sus bases militares. Esta empresa y sus acólitos, se hacen con el dominio de los recursos acuíferos de la zona donde se instalan y dedican ingentes cantidades en manipular socialmente las instituciones y las gentes entre las que trata. Estas empresas ocupan extensos terrenos y cuantiosos metros cuadrados para poder luego especular con sus terrenos y sobre los derechos y privilegios en la explotación de acuíferos y manantiales. En este orden de cosas, es conocido lo ocurrido en el estado mejicano de Chiapas, paradigmático en cómo opera esta empresa cuando los recursos hidráulicos escasean y que es de suponer suceda también aquí entre nosotros cuando en un futuro próximo pueda darse el caso. En este sentido los gobiernos de Israel, Jordania y la India, ya han empezado a tomar cartas en el asunto, para ponerle coto a este monstruo Coca-Colosal que engulle los preciados recursos naturales vitales para la población. También hemos de tomar nota de las múltiples denuncias realizadas por organismos como Green Peace quienes han dado a conocer al mundo el modo en cómo la empresa Coca-Cola, contamina extensas regiones cultivables con sus desperdicios químicos, que por un lado, infectan los acuíferos destinados al consumo humano, y por otro, los alimentos de la tierra y de los animales que se nutren de ella, extendiendo así su insana presencia a toda la cadena trófica. Acaso sirva de ejemplo propio lo acontecido en el mismísimo corazón europeo de Bélgica, donde hubo de prohibirse su venta y comercialización a mediados de los noventa por causar vómitos, diarreas y úlceras en quines la ingirieron.
– Coca-Colonización social: ¡La Coca-Cola tortura y asesina! puede resultar una hipérbole propia de exaltados urbanitas antisistema, pero en ocasiones, la presencia de ésta compañía, tiene efectos que George Bush, denominaría colaterales en las sociedades en las que irrumpe: Cualquier empleado del imperio Coca-Cola, tiene muy presente las relaciones Coca-Colaborales : desde los años 80 a día de hoy, varias decenas de sindicalistas que trabajaban en la compañía Coca-Cola han muerto a manos de sicarios, paramilitares y mercenarios, cuando no, se han caído por el ascensor, por las escaleras o han fallecido en inexplicables accidentes de tráfico. Para entender lo que esto significa, no estaría de más, contrastarlo con lo acontecido en otras grandes compañías para observar el inusual alto índice de fallecimientos sindicales que se dan en ésta empresa. Pero la violencia que se ejerce sobre los trabajadores, también repercute sobre las redes de transportes, o incluso sobre los pequeños hosteleros a los que se les aplica procedimientos monopolistas obligándoles a adquirir toda una gama de productos que van desde el agua Aquabona hasta la propia Coca-Cola, pasando por la Fanta de Naranja, Fanta de Limón, el Nesté, Sprite, y con ello, obligando también a los consumidores a no poder escapar de la compañía Coca-Cola cuando tomamos conciencia de lo que su realidad significa. Cosa que en cambio no sucede con las también fuertes cadenas de alimentación o de tabaco, donde por ejemplo, la Phillip Morris sí que pugna en libre competencia con otras marcas del sector. Su fuerza y poderío es de tal magnitud que se permiten financiar campañas políticas antagónicas por todo el mundo, apoyar a líderes demócratas y regímenes dictatoriales, que por supuesto, le son afines ideológica y comercialmente, o que sean susceptibles de facilitarle las cosas, en la legislación laboral de los contratos, en la condonación de las multas, e indemnizaciones que los tribunales sucesivamente le imponen, que le otorgarán sustanciales cotas de mercado, en escuelas, universidades, campañas bélicas… Por todo ello, la compañía no duda en utilizar su flota de camiones frigoríficos, para transportar cadáveres durante el golpe de Pinochet o en donar cientos de miles de dólares a George Bush, apoyar guerras como las de Corea, Vietnam, Irak, Afganistán, y por supuesto, sufragar toda la publicidad hollywoodense que luego nos llega a nuestros hogares en forma de películas y teleseries.
– La Coca-Colonización militar: El imperio de la Coca-Cola, por su poderío económico, estratégico, institucional, por su capital humano, y sobre todo, por su inmensa red de distribución, no ha pasado inadvertida a los expertos y estrategas estadounidenses que ya tienen previstos distintos planes en cómo poder usar éste latente y extendido recurso universal entre los que podría estar el envenenamiento global del planeta, si llegara el caso: Para ello, las autoridades militares como ya hicieran con la NASA, Echelon, y otras muchas, habrían pactado con Coca-Cola Company, que en caso de que fuera necesario suministrarían universalmente un jarabe con una bacteria nociva al objeto de crear bajas y problemas en países enemigos u hostiles. Es de suponer que una multinacional del prestigio de la Coca-Cola, mire más por sus intereses comerciales que por su ardor patrio. Pero nunca se sabe.

Por todo ello, hemos de ser conscientes que beber Coca-Cola no es como dar un sorbo de una gaseosa cualquiera, tomar un mosto o un zumo de naranja. Cuando uno bebe Coca-Cola, consume un sistema y asume haciendo suyo su espíritu y su mensaje. Occidente, democracia y Coca-cola son todo uno y lo mismo. Una efervescencia burbujeante, de dulce sabor, muy nociva para la salud del individuo e indigesta para las sociedades. Beber Coca-Cola es un modo de comulgar con el imperio Yanqui, de aceptar el capitalismo salvaje, un injusto reparto de la riqueza, dar por bueno el estatus quo imperante, decir no al ecosistema, decir sí a la guerra y en definitiva, tragar toda la propaganda, manipulación, mentira y falsedad que nos presenta la Chispa de la Vida.

¿ Por qué los yanquis sólo tienen negros y nosotros además, gitanos?

http://www.youtube.com/watch?v=bXy88aXSoU0

En clave racista, la pregunta puede entenderse como una queja europea en toda regla donde se recoge el malestar general de que en nuestro continente haya personas de raza negra además de gitanos, hecho aún más lamentable cuando otro continente como América, sólo tiene a uno de los dos. En este caso, hemos de explicar a los racistas, que los yanquis y por extensión, el resto de americanos, tienen una especie autóctona de gitanos, a los que antiguamente decíamos indios y últimamente se les llama indígenas, precolombinos, o cualquier otro eufemismo, por lo que los escasos gitanos que se atrevieron a cruzar el charco pasaron del todo desapercibidos, pero no por ello deja de haberlos. Para su consuelo, también cabe hacerles saber que tanto yanquis como Europeos, compartimos judíos de los que no nos hemos podido deshacer, ni a los que hemos podido convencer para que se vayan a Israel. Que por cierto, tienen palestinos, como los demás tenemos judíos.
En clave antropológica, la respuesta debe parcelarse. Al interrogante de por qué los yanquis tienen negros, la respuesta es que ellos se lo buscaron. Los portugueses, españoles y yanquis fueron a África e importaron mano de obra barata en forma de esclavos, introduciendo con ello la negritud. En cambio Europa tiene negros por proximidad geográfica con África, que es su reserva natural. Desde antiguo, los negros intervienen en nuestra historia continuamente: en forma de soldadesca, reinas, mercaderes, personajes literarios, Baltasar, sin ir más lejos. Su pintoresca realidad ambivalente entre lo exótico y peligroso, ha sido una constante cultural. Actualmente, con el fenómeno de la invasión – inmigración- los negros, forzados por la necesidad, se nos ofrecen en neoesclavitud bajo la forma de precariedad, clandestinidad y ley de extranjería.
Caso distinto es el de los gitanos. Para los antropólogos, son un pueblo oriundo del Norte de la India, aunque hay historiadores que lo vinculan con Egipto y no faltan mitólogos que lo relacionan con la desaparecida Atlántida…Sea como fuere, lleva entre nosotros como el que más. Sin embargo, la cuestión gitana sigue siendo un problema espinoso en el corazón de Europa que demanda una solución final como pone de manifiesto lo que está sucediendo en la Francia de Sarkozy, solución final ya reclamada explícitamente por el Presidente de Rumanía Basescu, hace dos años cuando Berlusconi hizo un amago de pogrom en la bella Italia. Llama poderosamente la atención que esto ocurra, cuando apenas se ha hablado de su diáspora u holocausto, o quizá precisamente por eso, convirtiéndose sin pretenderlo en la mejor prueba sociológica a favor de la constitución del Estado de Israel, como contrapunto de lo que les sucede a las minorías de no organizarse a parte, futuro parecido al que aguarda a tibetanos, kurdos, saharauis, etc.
Europa, fracasada la vía del exterminio ampliamente consentida por el resto de potencias aliadas, que supo aprovechar magistralmente la ocasión para desembarazarse del excedente judío y de paso del propio antisemitismo, en cambio no acertó a dar satisfactoria salida al problema gitano, más que nada, porque todo el mundo los contempla como fenómenos aislados, cuado, a lo mejor, se trata del mismo problema.
Solo es una hipótesis que barajo desde hace tiempo, pero creo que merece la pena sea atendida por la comisión que se cree en la UE para estudiar la cuestión gitana, por cuanto de verificarse, podría resolver para siempre su presencia entre nosotros, e incluso a nivel internacional. Todos conocemos la leyenda de la famosa decimotercera tribu perdida de Israel; Pues bien, resulta curioso que nadie haya reparado en que el pueblo hebreo, si vamos más allá de Abraham, su origen apunta más a Oriente de lo que ellos mismos desearían, casualmente en el camino donde los antropólogos sitúan a los gitanos. Resalta toda una coincidencia que, ambos pueblos han pasado por Egipto del que conservan profundas huellas culturales; Ambos detestan cruzar su sangre con otros pueblos con los que sin embargo han de convivir en minoría, resistiéndose a perder su pureza y tradiciones, prefiriendo padecer desprecio, marginación, segregación, expropiación, persecución, martirio y muerte, antes de integrarse en una cultura ajena a la suya, porque sienten que son una raza superior y un pueblo elegido, aunque a ojos del resto no lo parezca; Es indudable que Gitanos y Judíos, participan con igual entrega a la adoración de lo Otro, unos con Libro, otros sin él; Lo que me hace sospechar, junto al vago recuerdo que los hebreos oficiales supieron recoger en sus tradiciones de aquella tribu perdida, que la separación de ambas ramas, hemos de buscarla mucho antes de la redacción de los primeros textos sagrados y aún de las tradiciones orales que les dieron pie. Hay dos posibilidades: la primera, señalaría a alguna tribu rezagada oriental que llegó a orillas del mediterráneo mientras el grueso hebreo, empujado por el hambre y la sequía fueron a Egipto; a su regreso, fueron combatidos como extraños siendo expulsados del lugar como cainitas, adoradores de Baal, quienes hicieron entonces el camino inverso de escapar a Egipto. Otra posibilidad sería, que los gitanos fueron aquellos hebreos que no realizaron el Éxodo, por lo que no participaron de las tradiciones de Moisés pero que si supieron incorporar toda la magia, el misterio, alquimia y secretos de la tradición Hermética filtrados a través de sus costumbres orientales, síntesis que supieron mantener y transmitir oralmente cuando salieron de Egipto, quien sabe si enrolados en tropas alejandrinas, o más tardíamente, mezclados con vándalos, sarracenos, y demás, llegando a la península Ibérica con los musulmanes, o las dos opciones cuya complementariedad, explicaría tanto la actual localización, como su distribución geográfica y densidad por todo el continente europeo.
Podría decirse entonces, que Europa, continua con el problema gitano en su seno, por no haber tenido los reflejos suficientes, cuando se halló la feliz idea de enviar a Palestina a los Judíos, pues bien se pudo haberles encontrado acomodo entre ellos como la tan añorada tribu perdida, que si coló lo de la Tierra Prometida…

Operación Flor de Lis

bomba IIIIII

Cuando tras toda una vida reclamando lo que por naturaleza le correspondía, todos nos alegramos de que a Don Leandro le reconocieran los tribunales ser hijo de Alfonso XIII concediéndole el derecho a llevar el apellido Borbón, pocos supimos presagiar, contra la empatía que en nosotros despertaba, que de aquella feliz resolución no podía seguirse nada bueno, como tuve la audacia de dejar por escrito en un artículo titulado “Por una Real planificación familiar” donde exponía mis temores de ver convertida España en un coto anacrónico de la Borboneidad. Fui tachado de exagerado, de tenerla tomada con la Sagrada Familia, etc. Lamentablemente, ni el tiempo ni la historia han tenido la gracia de absolvernos, y ahora, este célebre bastardo que ostenta el lucrativo título de Decano de la Casa Borbón, anuncia al mundo que el próximo Octubre, en Ciudad Real va a tener lugar la Primera Convención Borbónica, a la que están invitado más de medio millar de familiares desperdigados por todo el Orbe, desde Argentina hasta China, Australia o África del Sur.
Don Leandro, sólo reconoce en la insólita iniciativa motivos sentimentales, emocionales, folklóricos, tradicionales, a los que pretende dotar de una infraestructura formalizada de la que carecen hasta la fecha como familia, al margen de los propios lazos sanguíneos, históricos e institucionales. Sin embargo, hacía tiempo que yo estaba al tanto de que algo se estaba cociendo en Palacio, por supuesto, mucho más despacio, que el año, dicen desde su Casa Oficial, les ha llevado orquestar esta aparente bravuconada, no sin la aquiescencia del Jefe que deja hacer por lo mucho que hay en juego si se saben jugar con habilidad las bazas.
Resueltas borgiamente las asperezas del otrora bonsái borbónico, éste se ha rebelado a la sombra de Don Juan Carlos, como un robusto baobab, empero cuya vigorosidad puede tener los días contados, pues los altibajos en sierra que describen las gráficas respecto a la pervivencia histórica de la institución, apuntan a la baja con mayor precipitación que la descrita por la Iglesia Católica, cuando se atiende más allá del inmediato ciclo vital. Sus más destacados representantes, que tienen muy claro no ser meros transmisores de la herencia que les dejaron sus padres, sino que tienen en préstamo los futuros recursos de sus hijos, han tomado la sabia decisión de crear una mastodóntica Corporación familiar para acrecentar su descomunal poder institucional a nivel Internacional manteniendo su colosal imperio financiero, influencia que tienen intención de extender al mundo de la moda, los medios de comunicación, las artes, los deportes, y aunque les es muy ajeno el tema, también pretenden inmiscuirse en asuntos académicos y científicos.
De todo esto ya se habló, toda vez Carlos Hugo renunciara a la Corona de España –inteligente decisión entonces, en función de los antecedentes y aún después, visto lo visto, con los postulantes al trono de Francia- en una supuesta reunión secreta que tuvo lugar en Roncesvalles a mediados de los ochenta entre representantes menores de las trece Casas con interés en el asunto, en donde presumiblemente se redactaron los Protocolos de los Siervos del Borbón, conocidos bajo las siglas PSB de los que me ocuparé otro día. Desde entonces, todo cuanto ha acontecido entorno a la Casa Real, ha seguido fielmente aquellos incipientes trazos estratégicos, desde la creación de los Premios Príncipe de Asturias para ganarse a los intelectuales y tenerles a su merced, hasta los distintos casamientos habidos hasta la fecha. La revelación de la existencia de la denominada Operación Flor de Lis por boca del Jefe de la Casa de Don Leandro, Don José Liberto López, puede parecer casual, pero no lo es. Desde el susto clínico-mediático del que se nos ha dicho que el Monarca ha salido airoso, todos los indicadores apuntan a una actividad frenética en todos los frentes, entre ellos, ultimar esta compleja red de influencias socio-económicas-institucionales, para que no les coja el toro. Hay motivos para la premura como ha demostrado la baja de Carlos Hugo.
Tal y como ha declarado el elefante blanco de esta trama, el acontecimiento se inaugurará con un discurso suyo, como corresponde al anfitrión, Padrino para la ocasión de la Familia Borbón, con el que se dará inicio a todo un fin de semana repleto de actos pomposos, propios de otros tiempos, cuya finalidad, esta vez, no será dar pábulo a las vetustas tradiciones de las que son fósiles vivientes, sino la de camuflar el verdadero contenido de las discretas reuniones que entre recepciones, bailes y banquetes sus máximos representantes entre los que cabe citar a Luis Alfonso de Borbón Duque de Anjou, Carlos de Borbón Duque de Castro, María de las Nieves Borbón y Parma, y un etcétera verdaderamente preocupante, tienen previsto entablar para organizar, como corresponde a la época en que vivimos, la futura supervivencia de la Sagrada Familia, en los órganos de poder y decisión Internacionales.
La noticia ha sido tomada a chufla y solo le ha faltado haberse conocido un 28 de Diciembre para pasar por inocentada. Y seríamos unos auténticos inocentes de tomarnos el asunto como una trasnochada ocurrencia proveniente de alguien que solo busca un poco de reconocimiento…La historia de la Sagrada Familia, da cuenta por si sola, con qué habilidad sus genes se hicieron con el poder hace más de Mil años y con que fortaleza lo han ostentado desde entonces. No es descabellado pensar que tras esta convención borbónica, se halle el anhelo de reunificar la Hispanidad bajo la corona Borbona e instaurar en cada país con representantes Borbones una especie de embajada familiar como se le ha escapado aventurar al propio Don Leandro. En esta línea, me han llegado rumores de que hay pretensiones de hacerse con un sillón en la Asamblea General de la ONU, en la que ya cuentan con cargos dentro de la UNESCO o UNICEF; así como dentro del FMI, BM, COI, etc.
(En breve les haré entrega de anteriores trabajos sobre la materia, aparecidos en mi libro semiclandestino “La Sagrada Familia” y como novedad, iré sacando en forma de capítulos cuanta información dispongo recopilada durante más de veinticinco años de esos Protocolos de los Siervos del Borbón…)