Prueba de corrupción

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El otro día, expliqué de pasada cómo selecciona sus cuadros y dirigentes un Partido Político al margen de primarias o congresos. Lo hice con tal brevedad, que mis palabras rozaban el surrealismo como me han hecho ver algunos exegetas en los comentarios remitidos a mi blog “Inútil Manual”. Sobre todo, no quedó nada clara la expresión “Prueba de corrupción” a la que toda agrupación menesterosa somete a sus recién estrenados militantes en tareas de organización o gobierno. Este artículo pretende corregir los posibles malentendidos a los que haya podido dar lugar.

Como cualquier grupo humano, en un Partido Político hay de todo. ¡Sólo faltaría que en su seno se dieran cita únicamente sinvergüenzas! De ello se valen los canallas para acallar las críticas con el consabido “No se puede generalizar” conocedores de lo difícil que es en el Reino de Orbajosa, no ya condenar en firme al criminal, siquiera probar que lo es cuando no hay más evidencia que pillarle con las manos en la masa. Es lo que da de si la presunción de inocencia en nuestros días. Sea entonces que reconocemos que hasta en el PSOE y el PP hay gente sana y de buenas costumbres. La cuestión es ¿Qué pintan unos y otros a la hora de dirigir y gobernar dentro del partido y en las Instituciones que acaparan?

Participo de la idea, de que el hombre es malo por naturaleza y la sociedad lo empeora. Con todo, dado que nacemos dependientes, como que nuestro ego se modera a regañadientes amoldándose a una moral estándar de no agresión que es a lo que llamamos ser buena persona. Así, los distintos talentos se ubican según su oportunidad y vocación, unos a adorar al becerro de oro y otros al oro del becerro. Cuando todo felizmente coincide, es posible que alguien llamado a hacer el bien social, acuda como buena persona que es, lleno de ilusión e ingenuidad, elementos estos que si bien son imprescindibles para dar el paso creyendo que va a poder cambiar a mejor las cosas, a la postre, puede resultar sumamente perjudicial de llegar a ser Presidente de Gobierno, pues la moral del Gobernante no puede ser la misma que la que rige para el ciudadano de a pie. Para evitar que el ciudadano entrado en Política llegue a los más altos cargos con unos principios basados en ficciones de la Conciencia inocuas en un marco familiar de cortas distancias, pero muy peligrosas a nivel institucional, en ámbitos estatales y supranacionales, se le somete a una serie de pruebas que garanticen al Partido y por extensión a la sociedad, que la persona que se pone al frente de la gestión o en quien va a confiar los destinos del país, es lo suficientemente capaz de soportar la presión de la responsabilidad de que, haga lo que haga, le van a criticar y de que, quiera o no quiera, siempre va a perjudicar a alguien. ¿Cómo se consigue esto?

Bueno, todo depende de en qué condiciones psicológicas llegue al Partido el sujeto en cuestión: Si debido a una negligente educación familiar que le ha castrado mentalmente para mirar por su propio interés haciendo de su persona alguien sin ambición ni ánimo de lucro o por lo que sea, ha interiorizado en exceso el curriculum oculto del profesorado saliendo del colegio más obediente y disciplinado de lo que sería deseable para trabajar, entonces y sólo entonces, no hay nada que hacer, salvo tenerle en la sede para atender el teléfono, pegar carteles y recurrir a su perfil como ejemplo de militancia y aún así no estaría del todo claro que pudiera permanecer en la formación por mucho tiempo. Por el contrario, si aun siendo buena persona, ni la religión, ni la educación, ni mucho menos EpC, han logrado apagar el fuego interno de su individualidad, entonces, es posible que el aparato del Partido pueda sacarle algún provecho dirigente.

Sería tedioso pormenorizar los distintos mecanismos que concurren a la hora de formar líderes y seleccionar Altos Cargos en un Partido Político, labor que dejo para otra ocasión. Hoy sólo nos ceñiremos a uno de esos procedimientos por los cuales se hace la primera criba de los aparentemente aptos – descartados los anteriores por motivos psicotécnicos – cuál es, la “Prueba de Corrupción”. Esta, consiste en someter al novato militante de base que se ha destacado por querer ocupar algún puesto en su agrupación local, a algo que en principio le debería repugnar a su moral estándar, esa que tiene la ciudadanía.

Para cerciorarse de que los individuos son plenamente conscientes de estar ante una tentación que pone a prueba su virtud, aquella ha de ser lo bastante explícita como para que no se pueda aceptar por un malentendido, pero debe ser igualmente lo suficientemente liviana, como para que no le espante y nunca se llegue a saber sí su rechazo obedecía a fuertes convicciones o al natural miedo de ser pillado en un renuncio. Pues bien, quienes se dejan tentar y aceptan, pongamos por caso ir a comer a cargo del presupuesto del Partido o recibir una dieta de viaje con la que puede ir, volver, y tomarse unas copas a costa del Congreso…esos son los que tienen futuro dentro del organigrama; Es a ellos para quienes están reservados los Cargos de confianza y puestos institucionales. Por el contrario, quienes se mantengan firmes e incluso amenacen con contárselo a la Junta – en cuyo caso pueden darse por expulsados ipso facto – esos, ya son rechazados para la gobernanza del país y la dirección del partido, siendo inmediatamente derivados para la administración y el funcionariado en escalafones intermedios, siempre vigilados de cerca para evitar que contagien con su comportamiento a otros miembros del Partido, sembrando dudas y hablando todo el día de honradez.

Es así como se explica lo que dije el otro día, que si bien no todos los que van a la política van a lo que van, no es menos cierto que todos los que se quedan en ella, se quedan porque se quedan. Y hay que ver lo que cuesta sacarles de la poltrona…

¡Ya sé! ¡Ya sé! “No todos los Partidos Políticos son iguales” Es verdad. Entre las formaciones mayoritarias, donde abundan los recursos externos y hay múltiples ocasiones con las que ir formando a los futuros cuadros, la “Prueba de Corrupción” se realiza con más tiempo y profesionalidad que en los partidos minoritarios, municipales o Regionales, donde la falta de medios y oportunidades, obliga a acelerar los procesos favoreciendo la aparición de gente chapucera que más pronto que tarde son carne de banquillo desprestigiando a los de su clase, o por el contrario dada su vertiginosa carrera, son captados por las grandes formaciones creando escisiones de por medio.

En otras palabras, la “Prueba de Corrupción” es a la Política, lo que el primer delito de sangre es en las organizaciones criminales, donde uno pasa a ser alguien de confianza, después de haber demostrado a todos, primero ser capaz de matar con sus propias manos y segundo tener un motivo para no delatar al resto.

Pero ahora viene lo bueno. No crean ustedes que este método de corrupción gradual, escalonado, meticulosamente calculado, racionalizado y estudiado es nocivo para la sociedad. Paradójicamente ¡Funciona! Y funciona por lo que he dicho, no al inicio del inicio, pero casi: que somos malos y la sociedad nos empeora. Si fuéramos una Comunidad de Santos, una Congregación de Ángeles – a una convención de hermanitas de la caridad ya no me atrevo – entonces, sería posible que lo ideal para poner al frente del Estado o del Gobierno, fuera un hombre piadoso, alguien honesto, justo, sabio e incorruptible, porque indistintamente de sus cualidades, no haría falta que intercediera en nuestros asuntos. Pero resulta que somos, como diría Nietzsche, demasiado humanos, por consiguiente, es necesario que un agente externo, tan malo como nosotros o peor, nos gobierne, vigile, oprima, reprima y mande, ante cuyo semblante, siempre salgamos ganando espiritualmente en la comparación, pues lo que no puede ser es lo contrario.

¿Dónde hay que apuntarse?

Los medios de comunicación, se esmeran en atiborrarnos de noticias al objeto de embotarnos la mente haciéndola impermeable al posterior paso de la verdadera información. Así, durante estas fechas, entre la lotería de Navidad, la toma de posesión de Rajoy, los tejemanejes del precongreso socialista y la muerte de Kin Jong Il, nos pasan desapercibidos esos 500.000 millones de euros entregados de nuevo a los bancos europeos por el BCE al 1% con la excusa de imprimir liquidez al sistema financiero, se supone, que con la idea, ya demostrada ingenua, de que dicho ingente caudal monetario, sea encauzado por las distintas entidades en forma de créditos a las empresas y para el consumo familiar, cuando todos sabemos que lo van a utilizar para tapar agujeros contables, anunciar a comienzos de año el balance positivo, reparto de dividendos entre sus accionistas y si les queda algo, es posible que lo inviertan en deuda pública que se paga entre el 5% y el 8% de interés.
Mientras los periodistas, nos hacen el favor de llevar la contabilidad de los muertos en carretera, de las mujeres asesinadas a manos de sus parejas, de los ahogados en las playas durante el verano, de las hectáreas calcinadas por el fuego y del continuo alza del precio del barril de petróleo, sucede que la justicia se arrastra y la corrupción vuela, de modo que, para cuando se termina de instruir un sumario si es que se instruye, de juzgar el caso si es que se juzga, de probarse los hechos si es que se prueban, de emitirse una sentencia si es que se emite, de cumplirse una condena si es que se cumple, porque de por medio están los recursos, contrarrecursos y cuantos mecanismos procedan para garantizar el denominado Estado de Derecho del presunto inocente, resulta que al final, si es que hay un final, bien el delito ha prescrito, bien el corrupto es indultado si por un defecto de forma, no ha sido absuelto. No obstante, en ocasiones acontece que para dar la sensación de que la Ley es igual para todos, se toma a dos o tres al azar y se les aplica la paradójica pena de inhabilitación – quizá por haberse dejado pillar – o ya puestos, a pasar unos añitos a la sombra. En cualquier caso, el dinero nunca aparece ni nadie se hace responsable subsidiario. Lo que no es óbice, para que desde las más altas instancias se apele a la responsabilidad del cargo y a la ejemplaridad institucional, pronunciamiento rabiosamente aplaudido con la misma sinceridad con la que el pueblo de Israel se rasga las vestiduras al escuchar la palabra de Iahvé apelando a su moralidad.
Pues bien, yo también quiero que se me informe de una vez, de dónde he de apuntarme, sea para recibir, no sé…pongamos para no abusar, cien mil euros, al 1% de interés para poder con ellos comprar deuda pública española al 7% y así tener un aguinaldo anual de 6.000 euros y un resto para devolver los intereses a la Patria, sin necesidad de acudir a Cofidis teniendo que poner cara de moroso agradecido; Yo también quiero que me informen bien de la ley por si me sale más a cuenta ser corrupto que honrado en nuestra sociedad, porque a decir verdad, no me importaría nada pasar cuatro años en la cárcel mientras estudio la carrera de historia en la UNED si a cambio me puedo quedar con, por ejemplo, sin ser avaricioso, un millón de euros, y de paso, a mi salida del trullo publicar mis memorias bajo los sugerentes títulos “Cómo triunfar en el verdadero Estado de Derecho” y “Cómo disfrutar del auténtico Estado de Bienestar” que a buen seguro, se convertirán en todo un éxito editorial.
Y ahora que lo pienso…¿no podría informar la prensa sobre los mecanismos para evadir ese supuesto millón de euros a un Paraíso Fiscal para desde allí, adquirir deuda española con el mismo dinero sustraído de las Arcas Públicas, mientras me gano el sueldo de 70.000 euros anuales entre rejas, computando para el paro?

Esas gafas negras

Si en algo ha avanzado el Derecho, indudablemente tiene que ver con la discriminación cada vez más precisa de la responsabilidad personal de cada sujeto, de modo que, según las sociedades se han ido civilizando, atrás quedaban los tiempos en los que toda una nación era estigmatizada por el comportamiento de uno solo de sus miembros, un clan padecía vergüenza eterna por una falta cometida por uno sólo de sus ancestros, una familia era expropiada y enviada al exilio por el delito de un progenitor…prácticas que hoy nos parecen salvajes e inapropiadas, cuando se contemplan de modo superficial sin entrar al meollo del asunto, cuál es: que no hay persona en el mundo que actúe del todo independiente y por ende, tanto sus culpas como sus méritos, en buena medida obedecen al entorno que los encubre o fomenta según sea el caso.

Con todo, le digo “avance” por cuanto participo de la idea de que la responsabilidad si bien no acaba en el individuo, no puede no empezar sin su concurso; Las culturas primitivas no entendían, sin embargo, esta idea nuestra de “individuo” y por ello el comportamiento de un solo miembro afectaba al entero grupo, por entender que es el grupo el que ha de velar en primera instancia por su correcta educación, su vigilancia y si fuera el caso su castigo, de modo que, si aún así se diera el caso de que un individuo tuviera un comportamiento tipificado socialmente como malo y el sujeto en cuestión no fuera reprendido en primer término por sus más allegados, por sus vecinos… si no fuera primero denunciado por su clan, puesto en evidencia y descubierto en su fechoría por su tribu, llevado ante la justicia por sus propios familiares, la sociedad entendía que el malhechor había actuado con la complicidad, el amparo, la ayuda de aquellos entre los que había nacido, formado y educado, a quienes se les transfería tanto la culpa moral como las posibles condenas que el acto mereciera. Con ello, se perseguía que el colectivo estuviera siempre alerta por el comportamiento ejemplar de sus miembros sabedor del contagio que para el conjunto podía suponer la mala actuación de todos y cada uno de sus integrantes, medida que hacía innecesaria tanto el exceso de leyes como de policía.

Ahora, en cambio, somos de la opinión de que lo que hace una persona no ha de tener consecuencia alguna en quienes le rodean o con quienes convive, planteamiento igual de desacertado cuando comprobamos que de su mal comportamiento el grupo se beneficia sin preguntarse cómo ni por qué cuando no arropando, justificando y alentando la situación conocedores de que en el peor de los casos sólo paga un cabeza de turco por todos los pecadores. El caso de Marta del Castillo es abiertamente sangrante a este respecto. Pero en el ámbito institucional financiero no le anda a la zaga el caso Urdangarín. Cierto es, que un suegro no tiene nada que ver en principio con la moralidad de un yerno, ahora bien, cuando el suegro es el Capo de Familia y el yerno es una rama del tronco familiar, la situación de dependencia liga el comportamiento del yerno a la imagen de una institución como es la Casa Real, cosa que obliga al suegro a tomar cartas en el asunto si no quiere que la entera sociedad le contemple como encubridor necesario de lo sucedido, sino por acción, si por omisión.

Todos podemos desviar la mirada creyendo que con ello engañaremos a la diosa que lleva tapados los ojos. Pero la luz del sol que todo lo ilumina con más fuerza que la hoguera de las vanidades, evidencia la inutilidad de esas gafas negras que intentan desesperadamente proteger de la verdad de su acción a quien dice no conocer y saber menos que Sócrates como si la mano izquierda no supiera lo que hace la derecha cuando ambas desean la impunidad lavándose mutuamente con el agua cristalina que mana de la Constitución. Mas como quiera que no hay más ciego que el que no quiera ver, las gafas negras resaltan ante el público la oscura mirada del impostor de impostores que rehúye los focos para que no trascienda en el lenguaje no verbal, lo que la verdad esconde. También debería entonces ponerse guantes para ocultar la mano que mece la cuna, de no firmar de inmediato un cheque por valor de lo robado para reintegrarlo a los ciudadanos de Baleares, en inequívoco signo de desaprobación y arrepentimiento de todo el clan, máxime, cuando sus nietos son todavía herederos perceptores de aquel infeliz menorquín que legó a la Casa Real su fortuna, al parecer, pecata minuta para esta gente acostumbrada como está al derroche a troche y moche.

¡Ahora o nunca!

La Federación Regional de Municipios y Provincias de Castilla León, ha hecho suya la iniciativa emprendida con audacia por Ávila, Burgos y Zamora, de retener las cantidades adeudadas a la SGAE hasta que los tribunales no aclaren su situación investigada por presuntos delitos de apropiación indebida y desvío de fondos, aconsejando al resto de sus ayuntamientos asociados seguir su ejemplo, pues considera prudente que las instituciones públicas no contribuyan con sus fondos a acrecentar el comportamiento presuntamente delictivo de algunos miembros de este organismo, medida que para el Alcalde de Valladolid, debería ser adoptada por todos los municipios españoles.
¡Ahora o nunca! Parece ser la consigna. Hemos de aprovechar estos momentos de desconcierto interno y bochornoso desmarque a su alrededor como el de Ángeles González-Sinde, para crearle el mayor número de frentes posible mientras dure el proceso judicial coincidente con el año preelectoral, para de una parte cortarle la financiación que alimenta su voracidad recaudatoria y de otra, abrir una brecha en quienes ajenos a nuestro sufrimiento diario, como los dirigentes del PSOE, les prestan apoyo cómplice en el saqueo legal cometido en pago a los favores de imagen ofrecidos en campaña, por estos autores confesos que ahora se agarran a su presunción.

No sólo la FEMP debería secundar esta rebeldía cívica, que también es el momento para que las distintas asociaciones de hosteleros, las Bibliotecas Municipales, las Universidades, las empresas y cuantos particulares lo deseen, exijan la devolución del Canon Digital, pues con las facturas y las sentencias del Tribunal Europeo, tarde o temprano lloverán las resoluciones favorables, pero sólo para quienes reclamen en tiempo y forma.
Igualmente, la ciudadanía disconforme con el expolio al que está siendo sometida de modo directo e indirecto – yo he dejado de sacar libros de la Biblioteca desde que me enteré que por ello se paga a la SGAE – puede aprovechar la ocasión, para en estos días veraniegos de fiestas y romerías, demandar de sus municipios no contratar a ningún miembro destacado de la SGAE para los conciertos, sumándose al boicot a todos esos que con total descaro pretenden vendernos mil y una veces un pequeño esfuerzo creativo que sinceramente, no merece más que el realizado por un albañil cuya obra empieza y acaba en tiempo y espacio dados, no beneficiándose de su uso, más allá del sueldo cobrado en su momento.
Y por supuesto, el electorado tiene la oportunidad que ni pintada, ahora que Ruby abraza las demandas populares, visto a dónde dicen las encuestas que ha llegado la indignación que no parece conocer ideologías y mucho menos siglas…Pues no piensen ustedes que lo sucedido en los Tribunales, no guarda relación con el nuevo signo de los tiempos: el mayor aliado de la SGAE, el PSOE, rápidamente ha sacado conclusiones tras la derrota electoral, de dónde y cuándo se gestó la repentina corpulencia del 15-M, cuya respuesta apunta decididamente a la lucha civil mantenida por los internautas contra el Canon Digital, porque, pueden ser perversos, pero ello no les incapacita a la hora de interpretar la raíz de nuestro hartazgo que les trae sin cuidado mientras no les afecte, no siendo esta la ocasión, motivo que les ha empujado a tomar cartas en el asunto por los habituales pasadizos secretos de la Santísima Trinidad del Poder, como paso previo que les permita dar un giro de 180º y presentar una rectificación donde antes ratificaban, paso último que el aparato sociópata está dispuesto a dar, pero no, sin una masiva demanda social que les excuse ante los Víctor Manuel, Sabina y resto de esos que empiezan a ser conocidos despectivamente como “Miembros de la SGAE” al objeto de que no perciban en su drástico desplazamiento táctico, una traición, moderando su crítica durante las generales con la esperanza de que las aguas vuelvan a su cauce en esta especie de FILESA no tangible en que se ha convertido la cultura subvencionada.

Democracia y corrupción

Lo he dicho mil veces y lo vuelvo a repetir: la Democracia, no está reñida con la corrupción. Casí, casi, podría decirse que se llevan muy bien. Esto es así, porque el concepto de Democracia no comporta en su definición desde la época de Solón cuando se la denominaba isonomia, hasta la de Schumpeter donde se la considera competencia, la idea de Santidad, ni de la institución en si, ni de los miembros que la integren, aun cuando pudiera parecerlo al hablarse del origen divino de las leyes o el poder sagrado del gobernante, pues apañadas estarían las religiones del mundo de haber transmitido los dioses a sus creaturas todos los dones de su incorruptibilidad, que a fin de cuentas, es lo que nos separa de ellos, uniéndonos en fraternal corrupción material con los demás seres vivos, aunque ciertamente para nosotros solos queda la corrupción espiritual de la que tratamos.

Cierto es que, la Democracia funciona mejor forjada por ciudadanos educados en la virtud. Pero ello podría decirse de cualquier otra realidad humana, como la de hacer pan, construir edificios o dirigir un banco, pues es del todo deseable que seamos virtuosos a viciosos para facilitarnos la convivencia; También hemos de admitir que la corrupción socava los cimientos de la Democracia, más ello ocurre a todo sistema humano de Gobierno. De hecho, la misma Democracia, pasó a la historia como una de las formas corruptas de los distintos sistemas políticos junto a la oligarquía y la tiranía, derivada de la Politeia concebida por Aristóteles como el recto Gobierno de la mayoría en la consecución del Bien Común, resultando muy, pero que muy ilustrativo que con esta referencia en la mano, la historia haya preferido denominar Democracia a lo que actualmente tenemos.

Un sencillo modo de comprender que Democracia y Corrupción no son excluyentes conceptualmente – en la práctica es evidente que son complementarios – consiste en plantearse la cuestión de ¿Qué es preferible para regentar nuestra nación Tiranos, déspotas y dictadores corruptos, o lo que tenemos actualmente, partidos, políticos y demócratas corruptos? ¡Esta es la cuestión! La contestación nos permitirá disociar por completo el concepto de Democracia del de corrupción, al no ser éste último factor determinante en nuestra elección. Evidentemente, de haber planteado el interrogante al modo habitual como se presenta la disyuntiva en el Tontodiario o los libros de texto escolares para que escojamos entre un Dictador corrupto o un demócrata virtuoso, salir de la confusión hubiera sido un poco más complicado. Empero lo que de verdad haría tambalearse toda nuestra confianza en tan bello concepto, no es esa tramposa opción entre la mejor de las tiranías y la peor de las democracias, cuanto la que se presenta con fuerza a la mente inteligente contraponiendo una Tiranía Virtuosa a una Democracia corrupta.

Es más…la corrupción puede organizarse de modos muy distintos: puede adoptar un esquema jerárquico como es preceptivo suceda en una dictadura, en el ejército o la propia Iglesia Católica donde la corrupción inunda todos los recovecos del régimen de arriba a abajo, puede presentarse de manera democrática a través de una legislación hecha a su medida por legisladores corruptos elegidos por un parlamento corrupto, votado a su vez por una población corrupta serpenteando la corrupción desde lo más bajo y abyecto de la sociedad hasta alcanzar las más altas instancias, e incluso sobrevivir en el más absoluto de los caos institucionales apareciendo por generación espontánea o en el estado salvaje anterior a cualquier institución, porque allí donde hay un Hombre, hay corrupción y esta como nuestra naturaleza humana, tiene gran capacidad de adaptación a cualquier ecosistema político-económico-cultural, incluidos el tecnócrata, la meritocracia y la Teocracia.

La masa como colectivo, participa de una sutil inteligencia indetectable para los espíritus lógicos que la hace mantener intuitivamente la actitud más sabia ante el Poder, cuál es, la de no enfrentarse a él en tanto en cuanto, ello le sea posible. La mayoría de la gente, no se ofende ni solivianta ante la corrupción generalizada, el despotismo de los gobernantes y funcionarios, la falta de libertad de movimiento, pensamiento, acción, reunión conciencia, la manipulación de los medios, el engaño continuo, el saqueo de los impuestos, etc, mientras gocen de paz en sus casas y barrios, seguridad en sus trabajos, tengan pan para comer, con que vestir y dónde vivir, importándoles un bledo si los mandatarios son comunistas, fascistas, anarquistas, socialistas o liberales y mucho menos, saber intelectualmente si viven en un régimen dictatorial o democrático, porque lo que la gente quiere de verdad, es que las cosas funcionen, sucediéndole a la inversa lo del Lazarillo de Tormes, o sea, que no le importa que los demás cojan de dos en dos o de tres en tres, mientras tengan algo que llevarse a la boca.

Es posible que no les convenzan mis palabras, pero para algo están las preguntas retóricas ¿Dónde preferirían ver crecer a sus hijos? ¿En una dictadura que les garantice la vivienda digna, el trabajo estable, poder comer todos los días, acceso a la salud y educación estatales o en una Democracia que sólo garantiza votar y lo anterior pasa a ser privilegio de cada vez menos personas? Quien de entre ustedes anteponga la libertad a la seguridad, es que todavía no sabe de qué va la vida, que para nada es democrática.

Por eso, es un error de apreciación, atribuir a la corrupción la capacidad de indignar a miles de personas, no hay tanta dignidad. La mayoría de los Indignados, lo están ahora, no por la corrupción general del país que más o menos es la de siempre y permanece estable desde tiempo inmemorial como lo demuestran las novelas de picaresca, sino porque las cosas no marchan bien y se ven afectados por el desempleo, los desahucios, los embargos, las multas, las prohibiciones, el aumento del gas, la electricidad, los impuestos…en otras palabras ¡La inseguridad!

Del anterior error se sigue exigir más democracia, como si la misma ejerciera un exorcismo purificador, cuando si me lo permiten, lo que habría de exigirse es más transparencia, mayor control del gasto, capacidad para ajusticiar a los corruptos que roban a la comunidad…Y es que la Democracia nunca fue un fin en si misma, sino un medio – seguramente el menos malo – para favorecer la seguridad auténtico soporte de la ilusión de libertad.