Diferencia entre corruptos y políticos: Corruptos, son todos. Políticos, no se puede generalizar.
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Sobre el sobre
Que la Mayoría Absoluta cosechada por el PP en Ayuntamientos, Diputaciones, Capitales de Provincia, Autonomías, Senado y Congreso copando todos los cargos institucionales habidos y por haber les permitiría acometer cuantas reformas juzgaran oportunas sin la menor oposición a golpe de decreto, era cosa de preveer. Lo que nadie fue capaz de imaginar es que la sobrada mayoría del PP cobraría un sentido distinto al que le dan los politólogos para adquirir un tono más afín al de la economía real. Y la verdad, o me está traicionando el subconsciente o el idioma no acompaña nada en evitarme líos, pues entre lo de “Cobrar” y “Real” parece que esté manejando un doble lenguaje para quien sepa leer entre líneas cuando menos falta hace.
Todos hemos notado desde el mismísimo inicio de la legislatura que tanto Rajoy como el resto de miembros del Partido Popular, andaban “sobrados” en el sentido etimológico aportado por la preposición “sobre” de origen primeramente latino “super” y un poco más allá indoeuropeo “uper” de donde derivaría al griego como “Hiper” que en cualquier caso se corresponde mayormente con el significado de “Encima de”, sentido del que es deudor el sustantivo castellano “Sobre” cuyo objeto es contener algo oculto a la vista, generalmente una carta, más declarando encima del mismo, quién lo entrega y quién lo recibe, cuando no un breve recordatorio de lo que va en su interior.
Pues bien, la sabiduría popular supo en su día asociar la idea del “dinero extra al sueldo” con el modo habitual de entregarlo en un sobre dando origen al término “Sobresueldo” que no denota tanto “dinero por encima del sueldo”, cuanto “dinero oculto en sobre”.
Podríamos continuar departiendo sobre el sobre y el otro sobre hasta aclarar por qué hay una palabra como “Sobresaliente” pues es de suponer que si algo sale, será que sale por encima de algo. Pero los sobres que tanto están dando que hablar, precisamente, más que sobresalir, se han sobreocultado, si es que no atendemos a las cifras ciertamente sobresalientes que contenían los sobres que dice mucho de lo que los partidos sobrestiman a sus más fieles colaboradores.
Para enredar más las cosas, el infinitivo puñetero “Sobrar” hace alusión a las “sobras” que es “lo que hay de más” que generalmente se entrega a los perros por de bajo y no encima de la mesa. Pues bien, los políticos declaran que en su partido ¡sobran los sobres! queriendo dar a entender que no hay sobres. Sin embargo la exclamación, de escucharla Freud, no dudaría en calificarla de inequívoco lapsus Linguae que trasluciría lo que es una práctica habitual entre sus dirigentes, porque la afirmación “En mi partido ¡sobran los sobres! Significa literalmente que abundan, o sea que hay gran cantidad. Lo mismo vale para cuando declaran que en las Instituciones ¡Sobran los corruptos, ladrones, chorizos! Y paren de contar que de estas la democracia española va a acabar como el camarote de los hermanos Marx.
Y no es coincidencia que hablando del sobre, hayan salido a relucir “las sobras”, pues que mejor nombre merecen las cuantías correspondiente al dinero sobrante recibido sobremanera de empresas constructoras por “las obras” concedidas por la Administración, recibidas y entregadas en sobres.
Por último, debo comentar un detalle que me a alarmado sobre este particular: A la luz de las investigaciones judiciales y de lo que van publicando los medios de comunicación, hay un hecho claro, a saber: la primera burbuja en estallar en este país, no fue la tecnológica, ni la de las hipotecas basura, ni la inmobiliaria, ni siquiera la financiera, la primera burbuja en explotar y más que explotar, desinflarse fue la de la corrupción. ¡Como lo oyen! Mucho antes de que sucedieran todas las demás, según parece, en pocos años los corruptos se apretaron el cinturón, pasando de los maletines a los sobres.
Rajoy y la Tabla del Condicional
El pasado Sábado, cuando el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy apareció ante la Dirección de su Partido durante el Tontodiario afirmando eso de ¡Todo es falso! sin dar opción de preguntar a la prensa allí congregada, por un instante, me devolvió a las clases de Lógica donde paradójicamente se nos enseñaba que “de la Falsedad puede salir Verdad” observación que va contra el sentido común, pero del todo en consonancia con una asignatura como Filosofía cuyo máximo exponente Sócrates declaró aquello otro de “Yo sólo sé que no sé nada” que seguramente hoy habría sustituido por el popular “No me consta”.
Se mire por donde se mire, no me gustaría estar con la Tabla de Verdad del Condicional que tiene por delante Rajoy. ¡Echémosla un vistazo!
Resulta que de cuatro posibilidades que ofrece la lógica para esclarecer la verdad o falsedad de cuanto se está discutiendo en estos momentos críticos, sólo le salva a Rajoy una, a saber: que los documentos son falsos y las conclusiones que de ello se derivan son falsas, pues esa sería la verdad que mantiene el Sr. Presidente y el Partido Popular. Las otras tres posibilidades juegan en su contra. Veamos por qué:
Es evidente que si los documentos aportados por los medios de comunicación son verdaderos en todos sus extremos, las conclusiones que se están barruntando y que han dado pie a la indignación general, por fuerza han de ser también verdaderas. De esta convicción lógica nace la seguridad con que el representante del PSOE Rurubalcaba se ha atrevido en tan temprano momento a exigir la inmediata dimisión del Presidente del Gobierno.
También parece imposible que siendo los documentos verdaderos, las conclusiones que de ellos se deducen sean falsas. De hecho, cada vez son más los testimonios que apuntan hacia su concordancia con la realidad. No habría motivo para, poseyendo documentos verdaderos que bastarían para tumbar a todo un Gobierno fuera de España y mandar al carajo a todo un Partido en un santiamén, no usarlos convenientemente en aras de la decencia democrática, si es que la ha habido alguna vez desde que Franco lo dejara todo atado y bien atado.
Por último, y aquí viene lo bueno, la lógica establece que aun pudiendo ser falsos los documentos, bien porque sea un manuscrito apresurado de la memoria redactado en tres días por el propio Bárcenas para chantajear al PP con motivo, lo que explicaría que todavía no se le halla denunciado, bien porque sea una falsificación confeccionada por un tercero con datos extraídos de forma ilegal al ex tesorero, de toda su falsedad, puede extraerse verdad. Verdad no menos preocupante que las anteriores, como por ejemplo, conocer que en nuestro país, los empresarios realizan donaciones millonarias, no a Cáritas o UNICEF, sino a los grandes partidos, sobre todo, mientras les toca gobernar.
Para resumir: que si los documentos son verdaderos, es verdad lo que la ciudadanía está pensando sobre toda la cúpula del Partido Popular; que si los documentos son verdaderos, es imposible aceptar como verdadera otra explicación que desacredite nuestra sospecha; que si por lo que sea, los documentos son falsos, ello no invalidaría la gravedad de las verdades que a raíz de ella estamos conociendo; Y que Rajoy y el Partido Popular dicen verdad, si y sólo si, todo lo publicado es falso y nuestras conclusiones también lo son. Mas, hete aquí que este es el punto más flaco de su posición, pues a la gente ya no le hace falta pruebas. La evidencia, acaba por mostrarse ella sola, saliendo a flote como la mierda, acaso por ausencia como le ha sucedido a Rajoy que ha respondido más con lo que no ha dicho que con lo que ha querido decir.
En función de lo anterior, es más fácil que a Don Mariano le toque la Lotería a que la Tabla de Verdad le deje bien parado de esta. Ya le veo tomando la cicuta.
El Pacto Currupio
Tuve noticia del término “Currupio” por primera y única vez en labios de una buena compañera de Teología de Neguri llamada coloquialmente “Arri” hará cosa de quince años. La empleaba a menudo – supongo que todavía lo seguirá haciendo – siempre que deseaba aludir a los miembros de nuestra distinguida Clase Política. Con la envidia sana de quien dedicándose a la invención de palabras de inmediato detecta una nueva joya del lenguaje fruto ajeno de su ingenio, fueron varias las ocasiones en que tuve oportunidad de departir con su creadora sobre el posible origen de su ocurrencia y de cuantas variables semánticas pudieran haber concurrido en su acuñación.
No fue difícil hallar en el personaje de la “Fiera Corrupia” el principio activo etimológico y en la “Corrupción” su tendente finalidad semántica, de cuya confluencia (c-rr-p) podría haber emergido la nueva palabra “Currupio” por mediación de un arcaísmo de reminiscencias célticas que habría trocado la “o” en “u”. Sin embargo, ambos convenimos en que “Currupio” en modo alguno remitía a la mente del hablante las características propias de la “Fiera Corrupia”, personaje del folklore pagano de terrible aspecto y peor presencia, más tampoco genera el rechazo moral que la corrupción provoca entre las personas honradas. Antes bien, parece suceder lo contrario: Cuando se emplea la voz “Currupio” es imposible evitar cierta mueca cómplice entre emisor y receptor que diluye cualquier acepción negativa que pudiera permanecer en el término, cosa que la psicolingüística podría explicar fácilmente por la resonancia silábica de la doble “u” como sucede en el nombre de San Cucufate recurso explotado en extremo por la marca de camisetas Kukusumusu. Recuerdo que, a modo de prueba, proferimos el vocablo en infinidad de situaciones para observar su comportamiento significativo, verbigracia, “el currupio del profe me ha suspendido” o “en esta cafetería no hay más que currupios”. A diferencia del famoso “Fistro” introducido en nuestro acervo por el humorista Chiquito de la Calzada, no me pregunten por qué, concluimos que la palabra “Currupio” funcionaba mejor cuando sustituía a los políticos que en cualquier otro caso, incluidos ladrones y sinvergüenzas.
Mi aprecio por el nuevo concepto fue tal, que compuse en una inspirada tarde la “Marcha Currupia sobre Neguri” para piano y martillo. Por este motivo no me extraño que después de tanto tiempo sin oír hablar del término en cuestión, este me viniera a la memoria mientras atendía al debate mantenido entre Rubalcaba y Rajoy entorno a la posibilidad de rubricar un “Pacto contra la corrupción”, precisamente en estos aciagos días en que los medios de comunicación no dan abasto para informar de los distintos escándalos en los que se ven implicados mayoritariamente sus Señorías los políticos. Súbitamente pensé para mi ¡El pacto de los Currupios!
¡Efectivamente! Yo no sé ya en manos de quien estamos. Pero a nadie en su sano juicio le dejaría tranquilo saber que los mayores mafiosos del país van a hacer un pacto contra el crimen organizado, ni tener noticia de que los altos ejecutivos de las empresas telefónicas van a pactar contra el cobro abusivo de tarifas. Gracias a las sucesivas reformas educativas, es posible que entre las nuevas generaciones hayan colado iniciativas tan descabelladas como la creación de los Defensores del Pueblo cuya confesada finalidad no es otra que defender al ciudadano de sus instituciones, por calcar en los organismos oficiales el Departamento de Atención al Cliente que tienen por objeto defenderle de los atropellos de las Multinacionales; Pero sería del todo imperdonable que ese subterfugio puesto de moda de firmar acuerdos de buenas prácticas empresariales respecto al medio ambiente, a favor de la igualdad, contra la explotación infantil, para evitar los venenos en la comida, contra el maltrato animal, etc, en vez de respetar sin más la legislación, fuera aceptado en la práctica política. ¿Qué será lo siguiente? ¿Un acuerdo contra la manipulación? A lo mejor nos sorprenden con un Pacto para respetar las promesas electorales.
Quiero afiliarme a un Partido
Nunca me he sumado a nada de provecho. Mi trayectoria al respecto ha sido un auténtico despropósito desde temprana edad: Ya empecé mal durante la Primaria ingresando en el club de Ajedrez del colegio; Las cosas fueron a peor al hacerme socio de la Biblioteca Municipal, al adquirir la costumbre de suscribirme a distintas colecciones por fascículos, rematando la faena apuntándome a una filatelia. Tan inútil trayectoria se reforzaría en la juventud cuando me decanté por la rama de Letras en el instituto, y poco después estudiar la carrera de Filosofía y por si acaso, también la de Teología. Mi última perla en tan demencial secuencia ha sido intentar contactar recientemente con el Secretariado Gitano, pero no con el que recibe partidas reflejadas en el BOE, sino con el Alternativo. En consecuencia, hoy es el día en que veo cómo zoquetes de mi generación, disponen de amplios despachos ocupando grandes puestos ganando miles de euros sin dar golpe por haber escogido bien en la vida…
¡Sin dar golpe! Esa era mi meta existencial. Y sin embargo ¡Me siento un fracasado social! Por si me hubiera repuesto del Caso Urdangarín que me hizo lamentar no haberme ligado a la Infanta Helena cuando tuve la oportunidad, lo de esta pareja de la Fundación del PSOE me ha dado la puntilla: el Mulas percibiendo 6.000 euros mensuales por dirigir una revistita que no lee ni los que en ella escriben y su mujer Irene Zoe llevándose 3.000 euros por artículo y cobrando 1.00.000 euros, ¡más que el Presidente del Gobierno! por sólo un año al frente del Instituto Cervantes en Suecia.
¡No lo resisto más! ¡Me rindo! No sé que tengo que hacer para afiliarme a un Partido Político. Si he de ingresar en un centro de reeducación especial por una temporada y desdecirme de cualquier mía opinión anteriormente vertida en los medios de comunicación ¡estoy dispuesto! Me dan igual las siglas y el programa, que sean de derechas o de izquierdas, liberales o conservadores, nacionalistas o antinacionalistas…con tal de que dispongan de algún cargo, por pequeño y recóndito que este sea donde colocarme, en el mejor sentido de la palabra. A estos efectos soy fácil de contentar: me va igual de bien ser nombrado Director del observatorio de la Mujer -Canaria preferentemente- que responsable del Instituto ´Patafísico de Investigación. Creo estar bastante capacitado para cualquier puesto bien remunerado en el que no sea necesario trabajar y menos estar cualificado para ello, por lo que también podría llegar a ser, no sé, ¿Ministro de Trabajo y Seguridad Social tal vez?
Doy mi palabra de Honor, que este anuncio público va en serio. Estoy dispuesto a afiliarme a cualquier Partido Político de probada solvencia institucional como pueden ser el PP o el PSOE, o con positiva proyección de futuro en la obtención de subvenciones como parece que es el caso de UPyD o Bildu. Igualmente me veo capacitado para incorporarme de inmediato a formaciones de gran arraigo en las Arcas Públicas aunque sean de corto alcance geográfico como CiU o el PNV y hasta en entidades democráticamente deficitarias como IU u otras agrupaciones minoritarias y pintorescas que aspiren a ocupar cargos de responsabilidad a través de pactos del estilo de Equo. Me he mentalizado psicológicamente para ir en listas en cualquier convocatoria incluidas las Europeas, aunque preferiría quedarme de Asesor de una concejalía como el líder de las Juventudes del PP Carromero.
Como prueba de que este ofrecimiento público de mi persona, es un sincero intento por integrarme en un Partido Político que tenga a bien acogerme, estaré todo lo que resta del mes de Enero hasta el final de la Semana Santa sin decir “esta boca es mía” en lo que atañe a todo comentario ofensivo, peyorativo o perjudicial para cualquier formación política, parlamentaria o extraparlamentaria, salpicada o inmaculada en casos de corrupción.
Este también será el tiempo que esperaré a recibir y estudiar las potenciales ofertas o propuestas que pudieran surgir. Transcurrido el mismo, daré a conocer cuál será en lo sucesivo mi causa a defender y cuáles a atacar como todo buen demócrata de hoy en día. Y si en su defecto ocurriera que este llamamiento aquí publicado cayera en saco roto…entonces, ya os podéis ir preparando la ciudadanía, porque en ese caso, yo mismo crearía un Partido, un Sindicato, una Fundación, una Oenegé y si es preciso hasta una nueva Religión, cosa que a la larga os saldría mucho más caro en los presupuestos del Estado.
Las entidades políticas interesadas en incorporarme a sus filas como Militante que no como militonto, pueden ponerse en contacto conmigo directamente en mi blog “Inútil Manual” o si prefieren mayor privacidad, a través del medio que deseen.