Chicharrología

http://www.youtube.com/watch?v=BlDv8lgbBJ4&bpctr=1362227754

Al general de división en la reserva, Juan Antonio Chicharro, le han llovido críticas por mantener en público “La patria es anterior y más importante que la democracia. El patriotismo es un sentimiento y la Constitución no es más que una ley” afirmaciones todas, que una a una, son ciertas, pero que puestas de corrido, como que el conjunto es mayor que la suma de sus partes; porque veamos:

Es indiscutible que la patria es anterior a la democracia y si le dejamos discurrir silogísticamente a la Inteligencia militar pronto descubriremos gracias al CNI que también lo es a la Casa Real, la Banca y hasta la mismísima RTVE.

Igualmente es correcto apreciar el patriotismo como un sentimiento aunque aquí podríamos echar en falta su condición de racionalidad innata que subyace al grupo de pertenencia al que ineludiblemente se abraza por instinto el animal gregario que somos. Por no nombrar la bicha de que España más que una patria, ha generado cientos de ellas aunque sus acólitos pretendan diferenciarse como nacionalistas o nacionales.

Por último, la Constitución, por sacrosanta que se la presente aquí o en los Estados Unidos, no es más que una Ley como advirtiera nuestro Señor Jesucristo dada su intrínseca relatividad al declarar aquello de “La ley está hecha para el Hombre y no al revés” claro que también aquí podría aducirse lo otro sobre la Ley impresa en los Corazones y no en las piedras.

Sin aportar más detalles para la reflexión, entre la racionalidad de la patria obviada por un lado y el posible sentimiento de adhesión de los corazones de las gentes a su Ley, resulta evidente que su enunciación obedece más al desahogo de lo que se quiere decir que a lo que se dice en propiedad; Y ¡hay que ver! la agilidad con que se aprecia la biga en ojo ajeno por cuantos desde el mundo de la política se han apresurado a denunciar el chicharro contenido entre las proposiciones sin ser abiertamente formulado.

Porque recientemente han habido otros chicharros de consideración a los que no se ha prestado la debida atención, como por ejemplo, el colado por el Presidente del Gobierno cuando hace dos semanas exclamó sin sonrojarse eso de “Sé que no he cumplido mis promesas electorales. Pero me siento muy satisfecho porque he cumplido con mi deber”. Excelente progreso argumentativo moral que en adelante permitirá a todo mandatario contraponer cualquier promesa incumplida con su propio incumplimiento a fin de anularlos entre si y que me hubiera venido de perlas cuando de pequeño no había recogido la habitación como se lo prometía reiteradamente a mi madre “ ¡Mamá! Sé que no he recogido la habitación. Pero estoy muy satisfecho porque la he dejado como está”.

Tampoco ha estado nada mal el chicharro introducido por Carmen Chacón quien al calor de las fricciones entre el PSC y el PSOE a raíz de la votación en el Congreso ha declarado sin empacho “He votado en conciencia” ¿Pero cómo? En la Democracia española, los partidos tienen prohibido expresamente “votar en conciencia”. Porque en España, nuestros políticos no pueden alardear de conciencia. Para los Políticos, la disciplina de Partido es anterior a la conciencia e incluso a la democracia. Claro que para los rebeldes, la conciencia está antes que la democracia o la Patria quien sabe si de la misma ley.

Así tenemos que en España, para los militares la Patria es anterior a la democracia; para los gobernantes, el cumplimiento del deber está por encima de la verdad; y finalmente los políticos anteponen la disciplina a la conciencia. No se quejará Merkel. Ni en la Prusia de Bismark se confeccionó lema más apropiado ¡Patria! ¡Deber! ¡Disciplina! para combatir los excesos revolucionarios enarbolados por la proclama masónica de ¡Libertad! ¡Igualdad! ¡Fraternidad! que condujo a Europa al caos y mismo desastre donde ahora se halla.

Del Destino. Ocurrencia

La Democracia es definida como el menos malo de los sistemas de Gobierno. El sistema de Partidos es el menos malo para llevar a cabo el ideal democrático. El Partido Popular ha sido elegido como el menos malo, entre los Partidos que se presentaban. Rajoy es de lo menos malo que hay entre los políticos del PP. La alternativa a Rajoy, lo representa Rubalcaba que fue elegido por el PSOE como mal menor. Qué malamente decidimos nuestro destino…

Mayoría Absoluta

No hay más Absoluto que la Nada.

Lo “Absoluto” como adjetivo o sustantivo, tiene que ver con la completud de lo inteligible, plenitud espacio-temporal de infinitud y eternidad, totalidad sustancial, éxtasis emotivo-sensorial, culminación del desarrollo y con cuantas nociones declaren tomar el asunto del que se trate como un Todo, sin dejar nada suelto, interpretación plausible desprendida de su etimología latina; No obstante, cabe también considerarlo en su original uso de Participio del verbo “Absolvere” en cuyo caso, permite traducirlo como “Libre de toda sujeción, independiente de toda limitación”.

Efectivamente, la Mayoría democrática sólo puede ser “Absoluta” en este sentido de Independiente, por cuanto se opone a aquella otra “Mayoría Relativa” requerida de apoyos externos para sacar adelante la legislatura, pues, por muy mayoritaria que sea una elección en Democracia, la unanimidad capaz de garantizar el monopolio político al que aspira todo Partido que se precie, en poco se diferenciaría de un Absolutismo Totalitario de corte Fascista o Comunista – que no digo yo que sean malos. Sin embargo, tan sutil frontera no parece suficiente para coartar al Mandatario llamado a ser Caudillo de su Pueblo en tiempos de zozobra, donde la decisión del Tirano es acogida con alivio por las masas asustadas cuyo silencio aclama las medidas que se están tomando “por su bien” en la más oscura de las pedagogías posibles de Alice Miller.

Con todo, aun cuando la Mayoría fuera Absoluta para ejercer sin miramientos durante cuatro largos años el dispongo y mando sin dar pie a la más mínima objeción en la calle por cuanto se supone hay un Parlamento, ni el menor caso a la Oposición en el Parlamento, por cuanto la calle ya se pronunciara en las urnas, existe la posibilidad de cometer el mayor absoluto de los errores en la tarea de Gobierno, por lo que es preciso blindarse de cara a no ser linchados en plaza pública por la misma plebe por cuyo bien declaraban entre sonrisas estar trabajando.

Es por ello, que el Presidente del Gobierno, Don Mariano Rajoy, entiende la “Mayoría Absoluta” en su acepción más refinada, cuál es, aquella que incorpora la idea de “Absuelta, libre de toda culpa o responsabilidad”. De ahí, que nada más coger los bártulos hablara de la herencia recibida, y ahora, pasado un año de su mandato, no deja de referirse a Europa, Merkel, los mercados y hasta a los italianos, como posibles actores de sus decisiones de subir los impuestos, decretar los recortes, no subir las pensiones…

Mas, la comunidad de los hablantes, dueños de la lengua, mal que le pese a la RAE, ha sido capaz de imprimir otro sentido a la expresión Tardofranquista de “Mayoría Absoluta” ante la desfachatez mostrada por tan frágil Absolutismo escudado en el pueril ¡Yo no he sido! pues, no encuentro mejor modo de etiquetar la respuesta civil que está cosechando el Gobierno de Rajoy en todos los ámbitos de la sociedad donde intenta imponernos sus criterios sin debate ni haber figurado en el programa con el que el PP se presentara a las elecciones: en Educación con todas las Asociaciones de Madres, Profesores, Alumnos e incluso Rectores, en contra de los planes del Ministerio de Wert; en Sanidad con médicos y pacientes unidos en defensa de la red pública sanitaria contra los intentos del PP por privatizarla; en Justicia con Jueces, abogados, fiscales y los propios reos porque no les dejan en pie de guerra contra el Ministro Gallardón…que el de Mayoría Absoluta.

Esta otra Mayoría Absoluta social, resulta mucho más mayoritaria y absoluta que la de Rajoy en el Parlamento. Integrada por pensionistas a los que se les ha escamoteado de media 400 euros anuales, discapacitados a quienes se les ha quitado de un plumazo las prestaciones, seis millones de parados que no ven cerca la solución prometida, funcionarios sin extra de Navidad, y hasta las víctimas del terrorismo, etc, no puede ser obviada por más tiempo, aunque ello le suponga al Presidente aceptar el Despotismo Frustrado.