Planteada en Física la hipótesis del Universo Inflacionario, era cuestión de tiempo que la inflación afectara a todos los órdenes de la existencia. Así, en lo que vamos de Partitocracia camino de la cuarentena de los más mínimos derechos civiles, ahora que se prohíbe cualquier conato de protesta, bajo amenaza de graves sanciones capaces de arruinar la vida a cualquier súbdito del Reino de España que se crea ciudadano de pleno derecho en democracia, descubrimos, que la inflación ha afectado a las promesas electorales y a las gubernamentales, que no sólo de votos viven los mandatarios, también de su imagen, pues ahí tenemos a Rajoy batiendo la marca de Felipe de aquellos Ochocientos mil puestos de trabajo en una legislatura, con el anuncio treinta años después de nada más y nada menos que de dos millones de empleos en media legislatura. ¡A ver quién lo supera!
Evidentemente, la exclamación remite a lo anunciado y no al resultado, que pese a la ausencia de cualquier memoria histórica en este país de vencedores y vencidos, sin culpables ni arrepentidos, por no haber en ello remuneración alguna que rascar al margen de las maniqueas filmografías idealizadoras de lo que fuera una aberración a base de pingües subvenciones…todavía cómo acabó la promesa socialista elevando la cifra del desempleo hasta los dos millones de entonces, por lo cual podemos prever en qué quedará el anuncio presidencial que ya va camino igualmente de superar esa otra cota en lo que va de legislatura.
Así dicho, parecería que otra vez estoy echando la culpa de todo lo malo que pasa a los sin vergüenzas de siempre, como si en su canallesco comportamiento no hubiera nada positivo o en sus discurso no diera cabida alguna para la sinceridad. Y efectivamente, no es el caso de que no diga lo contario. Mas para evitarme las clásicas acusaciones tertulianas de practicar el claroscurismo simplón sin distinguir la presencia de antiguos y nuevos grises en nuestra sociedad civil, a continuación haremos un esfuerzo por valorar las posibilidades reales del entusiasta anuncio gubernamental:
Quizá para ponderar adecuadamente lo anunciado por el Sr. Presidente lo acertado fuera interpretarlo al revés. En cualquier caso, divididos los dos millones de empleos entre 24 meses, calculadora en mano, nos arroja necesario que desde ¡ya! cada mes que pase se creen en España 83.333 puestos de trabajo. Creo que todos damos por descontado que el INEM no se va a hacer responsable del reto; la antigua maquinaria para retirar excedentes laborales juveniles, cuál era la institución militar, ella misma se muestra recortarte en plantilla aunque lo disimule en el gasto; tres cuartos de lo mismo sucede con los seminarios y conventos reconvertidos en Paradores y hospedajes de lujo; sería una enorme contradicción que a estas alturas de la historia, Rajoy sorprendiera a todos con una contratación masiva de funcionarios en hospitales, escuelas y administración; los bancos una vez saneados a fondo perdido con las arcas públicas, no aciertan a dar crédito; etc. En consecuencia, colijo que la creación de empleo sólo podrá correr a cargo del Partido Popular que ha demostrado recientemente ser una empresa muy sólida en tiempos de crisis, con una creciente capacidad de contratación, constante ampliación de plantilla, pagar sobresueldos a colaboradores, enorme potencial para conseguir nuevas y variadas formas de recaudación externa, estar bien asesorados en asuntos financiero-contables para colocar a buen recaudo sus capitales y hasta obtener varios millones de euros de beneficio. ¡Para que luego digan que el poder desgasta!
Por consiguiente, es posible que Rajoy cumpla su promesa. Claro que entonces, la Mayoría Absoluta de ustedes podrá ir a un mitin del PP a repetir aquello que un exaltado republicano exclamó a Ronald Reagan cuando aquel afirmara ante miles de seguidores haber creado dos millones de empleos “¡Es verdad! ¡Puedo dar fe de ello! Entre yo y mi esposa actualmente tenemos ocho de esos puestos de trabajo, y en menos de un año hemos pasado por otros diez”.
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De la Tecnología. Ocurrencia
Prometieron que las máquinas ahorrarian trabajo. Nadie habló de quitarnos el empleo.