A propósito de lo expresado por el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, durante un acto de su Partido en Sevilla en alusión a la formación Podemos que «se presentan como ‘Don Limpio’ pero en cuanto le pasas el algodón están cubiertos de suciedad, por no decir de caca», bien traída está la popular observación “Le llamó el burro al caballo orejón”, pues, si es de inmundicia política de lo que hablamos, el PP representa la mayor de las letrinas del Reino cuya pestilencia parece despacharse a gusto al indecente grito de ¡Agua va! arrojado impúdicamente desde las ventanas de Génova a la vía pública sin el menor cuidado ¡de todo! menos agua pura y cristalina, bautizando a la despistada ciudadanía con sus más indecentes desahogos, como el referido.
A caso por ello mismo, con su atronadora intervención, desde su particular trono mediático, Rafael Hernando, no pretendía tanto señalar el chorongo en taza ajena, cuanto reclamar para si, la competencia en la materia y en consecuencia, en mi calidad de autor de “Memorias de un retrete y otros escritos cochinos” ensayo acerca de la relevancia metafísica de la mierda y la importancia filosófica del pedo, no puedo más que juzgar del todo oportuno y ajustado a derecho en fechas tan señaladas, otorgar a su figura y cuanto representa, el distintivo título de “Cagador” del belén Nacional.
No obstante, me veo en la imperiosa obligación de reprobar obrando de oficio sin beneficio, el equivocado uso de la palabra “caca” como eufemismo del término genérico “Mierda” por parte del Gran Cagador, Rafael Hernando, y aún más si cabe, del reproche igualmente errado con el que ha sido contestado por Pablo Iglesias con “ A algunos dicen caca porque les da vergüenza decir mierda …” pues vaya para ambos la advertencia de que ahí donde la tienen, la voz “Caca” es un cultismo que viene del Griego “Kakos” que significa (Mal, malo) de donde procede que le digamos “caco” al ladrón, que lo que suene mal sea “Cacofónico” que al malo de los malos infantil sea el coco y así también se explica por traslación fonética de la “C” a la “G” que en castellano “caguemos” y no “mierdemos”, si bien, todo hay que decirlo, la propia “mierda”, no es menos culta que digamos, pues procede el Latín.
Esta falta de consideración para la palabra “Caca” tanto por parte del portavoz del Partido del Gobierno como por Pablo Iglesias quien ostentando el cargo de el Secretario General de Podemos habría de tener presente que “Secretario” está estrechamente relacionado con el “Excremento”, seguramente se deba al parvulario eslogan de rebeldía “¡Pedo, culo, caca, pis!” con el que los niños tratan de flanquear la barrera idiomática tabuada de los mayores en un primer paso hacia la Libertad de Expresión recogida en la Constitución, donde las dos primeras voces “pedo” y “culo” han alcanzado claramente un estatus separado de su impronta infantilista de “felipe” o “Pompis”, mientras las dos últimas “caca” y “pis” parece que todavía no obtuvieron la seriedad necesaria como para pasar al acervo adulto, aun cuando se elevaron respecto a sus precedentes de “pipí” y “popó”. El asunto debería hacernos reflexionar sobre cuál ha sido el motivo decisorio para que una palabra tan culta como “caca” se haya quedado entre los hablantes como un término infantil y no haya triunfado en el vocabulario de los mayores. A este respecto, yo no detecto otra variable que dé razón de ello que ser bisílaba replicante como le sucede a “Mamá”, “Papá” o Tata” que procuramos no utilizar en público pasada cierta edad.
Tomando en cuenta lo comentado, no me explico cómo ni por qué, Rafael Hernando, portavoz del Partido Popular, siendo miembro de una formación que fonéticamente es pronunciada con un bisilábico replicante que suena (pepé) y en siglas se refleja como PP, se haya decantado por emplear la voz “caca” en lugar de “popó”. El susodicho podría refugiarse in extremis en el excusado de que “caca” es una palabra más culta que “popó” a decir de los diccionarios que atribuyen a esta última un origen onomatopéyico, mas a mi entender, de ser así, mejor le correspondería en sonoridad la expresión “plof-plof” o “chof-chof” siendo para mi su raíz etimológica, la misma de la que participa el término latino “puppis” que todavía permanece desconocida para los lingüistas y del que deriva la palabra “Popa” cuyo significado, casualmente es, “parte trasera de una embarcación”.
Por consiguiente, me da a la nariz, que si, Rafael Hernando, ha dicho inapropiadamente “caca” en lugar del más adecuado “popó”, a falta de mejor explicación, debe tratarse del famoso fenómeno del lapsus línguae freudiano que ha dejado escapar lo pensado por el hombre sobre lo que le espera a la Comunidad Canaria (CC) con la prospección petrolífera de Repsol impuesta desde Moncloa por el gobierno de Rajoy.