Aprovecho la controversia por la noticia de La 2 sobre el “rezo de los parados” para dar a conocer mi particular especulación sobre el origen de la religión las técnicas de control mental, así como secretos métodos para influir en la realidad, fundamento del poder de la oración.
La secuencia evolutiva de los homínidos parece bastante lógica en su altura, peso, musculación estructura ósea, nutrición, dentadura…pero en cuanto al tamaño del cerebro hay dos momentos de dificultad que ni a un escolar pasan desapercibidos: el primero lo establece por exceso el erectus que pese a contar con una capacidad craneal un 30% superior al hábilis, no parece beneficiarle demasiado durante cientos de miles de años sin apenas mejora técnica del Olduvallense al Achelense, lo cual ha hecho pensar a los expertos que dicha masa sobrante cerebral debió servir para desarrollar su resistencia en las grandes marchas cosa que casa bien con ser el primer homo en salir de África llegando hasta Pekin en poco tiempo; Y el segundo, más llamativo, aparece por defecto en el sapiens, que respecto al neandertal, retrocede en capacidad craneal entre 100 y 200 cm cúbicos. Dado que el sapiens superó con creces en desarrollo a su antecesor temporal y aquel tampoco es que le sacara ventaja en grandes desplazamientos quedando muy atrás en las distancias cortas, ¿En qué empleaban o para qué les servía esa masa cerebral sobrante?
Tras muchos años devanándome los sesos, he llegado a formular la siguiente especulación: Hasta el neandertal, ningún Ser Humano había mostrado sentimiento de trascendencia alguno. Son precisamente los neandertales quienes empiezan a enterrar a sus muertos. Curiosamente, el sapiens hace lo mismo y tras más de 70.000 años de convivencia con el neandertal, el Hombre Cro Magnon, acrecienta dicha experiencia de trascendencia, estableciendo ritos de caza como la “Solidaridad mística”, de fertilidad confeccionando las estatuillas conocidas como “Venus”, diversos signos y símbolos, etc, justo cuando los neandertales parecen desaparecer de escena.
En mi opinión, el origen de la religión, la magia y la superstición, de las que más adelante nacerían la ciencia, el arte y la Filosofía, hemos de situarlo físicamente en aquel exceso de masa encefálica que poseía el neandertal, la cual le otorgó la facultad de experimentar sensaciones de trascendencia, la visualización de fenómenos extrasensoriales como la comunicación telepática con animales y plantas, y la posibilidad de entablar contacto con seres incorpóreos a los que denominaríamos más adelante divinidades o fantasmas.
La vivaz impresión de estos otros planos, ciertamente para el Sapiens Metafísicos, por parte de sus vecinos los Neandertales, no les pasaría inadvertida. Y una vez más en este caso durante la prehistoria, el vencido convenció al vencedor haciéndole partícipe y transmisor de su cultura como le sucediera a los romanos respecto a los griegos. Sólo había un problema: el sapiens, de cerebro más pequeño, no podía tener por si sólo esa experiencia de trascendencia, de modo que buscó por otras vías alcanzar dicha sensación envidiada. En su ayuda aparecieron los expertos chamanes y hechiceros conocedores de plantas y técnicas fisiológicas que por medio de sustancias y técnicas de relajación provocaban en los sujetos estados de alteración de conciencia, de éxtasis y ensoñación placentera muy similares a los descritos por los neandertales. En torno a estas experiencias, fue tejiéndose un conjunto de técnicas como ceremonias de agradecimiento tras la caza, de ruego para que dejara de llover, ritos para festejar un nacimiento…que con el tiempo pasaron a conformar una religión y todo lo demás.
La insuficiencia cerebral del sapiens que todavía padecemos, es lo que impide a mucha gente creer en Dios y no tener Fe pese a la educación recibida. En la actualidad muchas de aquellas técnicas Cro Magnon ideadas para alcanzar la sensación de trascendencia natural de los neandertales, siguen vigentes por medio de las drogas alucinógenas, la ingesta de distintas bebidas de cuya elaboración siempre ha cuidado los sacerdotes de todo tiempo y lugar, o refinados métodos relacionados con la respiración, el sexo y la alimentación que como el yoga persiguen el mismo propósito.
Pues bien, además de lo citado, la plegaria, el rezo u oración, parece ser la técnica de las técnicas a tenor de su extensión y omnipresencia en todo sistema de creencias de la entera humanidad. La fuerza de su poder es enorme yendo mucho más allá del consuelo, la autosugestión o la esperanza. Tanto la oración individual como colectiva tiene la capacidad de influir en la realidad de los hechos propios y ajenos como lo tiene la palabra o un icono. Y esto no es cuestión de creer o no creer, sino de hacer o no hacer.
El control de la propia mente y de las mentes ajenas, es primordial para todo ser humano, desde el momento mismo en que mirándonos a los ojos sabemos si nos mienten o dicen la verdad. Las élites extractoras siempre han tenido esto presente y han utilizado los grandes resortes descubiertos por la religión para sojuzgar a las gentes en vez de para liberarlas. Pero esta religión oscura que vuelve estéril cualquier acción del creyente, puede recuperar toda su Luz fecunda con sólo ponerla en práctica de forma libre.
Desde que tengo memoria, rezo todos los días, al menos una vez a la mañana y otra a la noche. Utilizo varias técnicas de visualización positiva captando energía para mis proyectos y redistribuyéndola para mis seres queridos; trabajo el escudo protector redirigiendo la energía negativa hacia mis enemigos para que les suceda a ellos lo que me desean a mi, etc. El poder de la oración descansa sobre lo que recientemente se ha dado en llamar “Ley de Atracción Universal” de cuyo funcionamiento habla el documental “El secreto” que despojado de la charlataneria dice lo esencial sobre el tema para quien desee iniciarse de verdad en el poder del espíritu.
Origen y poder de la Oración
http://www.youtube.com/watch?v=gsANsStJHWc