Podeos, debe su éxito electoral a múltiples factores como el hartazgo con la política, la aguda crisis económica, la extendida corrupción, la juventud y valía intelectual de sus dirigentes, la buena imagen de pertenecer a su círculo…si bien, a mi parecer, el más importante de todos, es el haberse dotado de una identidad diferenciadora en contenido y forma a cualquier otro partido político conocido dentro y fuera del arco parlamentario. Este es el motivo por el cual mientras el ala progresista del PPSOE no ha logrado rentabilizar la desgobernanza criminal de sus socios en la alternancia; mientras UPyD no ha sido capaz de cosechar su buen hacer en la tarea de oposición ni de aprovechar la magnífica valoración de su líder en todas las encuestas; mientras IU se ha visto una vez más impotente para traducir en las urnas su mecánico apoyo pancartil a la protestas ciudadanas; cuando Vox no ha logrado hacerse un huequecillo entre el descontento Popular, ni Equo tiene visos de rascar bola más allá de una comunidad de vecinos…Podemos, en apenas unos meses, con gente inexperta en estas artes mitineras, con bajo presupuesto, sin liberados, sin sedes, ni coches oficiales, etc, se ha convertido en el instrumento de cambio en el que más confía la ciudadanía para expulsar a los criminales del Poder político.
Todavía, es demasiado pronto para saber qué es Podemos o en qué acabará; todas las posibilidades está abiertas desde la más optimista canalización formal libertaria, hasta la instauración del populismo fascista, pasando por la socialdemocracia, incluida una deriva hacia más de lo mismo. Pero, hoy por hoy, es evidente que una de las señas de identidad de Podemos es no parecerse en nada a ninguna otra formación política y por consiguiente, sería un gravísimo error táctico por parte de sus bases y dirigentes, concurrir a las elecciones Generales en coalición con otros partidos de ámbito nacional históricamente asentados en la escena electoral, al menos, no ahora que Podemos se halla en pleno proceso de constitución. Sería su suicidio político.
Sea entonces, que el ofrecimiento de IU para concurrir juntos a las Generales, sólo puede ser contemplado como un despropósito de mal gusto, un burdo abrazo del oso dado a destiempo cuya única motivación es desactivar la progresión de una formación joven o en su defecto parasitar su auge y estructura, asegurándose con ello mantener su propio stau quo, cuál es, seguir participando del juego partitocrático en su función de bufón pancartero y proclamador de las esencias de la clase trabajadora, sin perturbar las formas formales de la democracia formal más allá de algún que otro pataleo en el hemiciclo obteniendo así las migajas subvencionadas del sistema que les ha sabido acomodar durante décadas en sus escaños donde han asistido como convidados de piedra a los debates ideológicos, a la gestión económica y a la acción legislativa, mientras en su autocomplacencia se atribuyen ser alternativa por el mero hecho de querer que las cosas cambien.
Pero, una cosa es querer que las cosas cambien y otra muy distinta, querer cambiar las cosas. He aquí una de las claves que los ciudadanos distinguen nítidamente entre una formación agotada y caduca como IU y Podemos una fuerza emergente e ilusionante. IU, ha tenido tres décadas para demostrar de lo que es capaz. ¿Cuál es su resultado? La pregunta es retórica…Lamentablemente, en todo este tiempo, IU no ha sido eficaz para canalizar la frustración de una inmensa mayoría social, ni para defender los derechos de la clase trabajadora, ni para dar soluciones prácticas a los problemas cotidianos de la ciudadanía. A lo más que ha servido IU ha sido para otorgar esa pincelada folclórica que precisaba el sistema a fin de dar la impresión de pluralismo en la representación parlamentaria e institucional, además de pequeño abrevadero para inconformistas dóciles y obedientes cuyo lenguaje gusta de emplear palabras como implementación, coyuntura y transversal, motivo por el cual, goza del aplauso advenedizo de artistas que comen de lo mismo. Por todo ello, IU es apreciada por la ciudadanía como un Partido triste y somnoliento, un partido fracasado, ineficaz y torpe, menos una alternativa a lo que hay pues el perfil que ha trascendido de su dilatada acción política es el de ser una formación conformista con su título de aspirante, acaso el de paciente espectadora viendo pasar el tiempo en la Puerta de Alcalá.
Podemos, ya tiene forjada una gran alianza para concurrir con su novedoso proyecto a las próximas elecciones Generales. Esta gran alianza, es la mejor alianza de todas cuantas puede haber para un partido político, a saber: la establecida con los ciudadanos que están hartos de la papiroflexia constitucional, del torcido estado de derecho, del estado del Malestar, de la partitocracia, de la corrupción de las instituciones, de la mala gestión del dinero público, de la opacidad…En esta Gran Alianza por la regeneración política, la restauración de los valores democráticos, la defensa de la Patria y la devolución del poder a los ciudadanos, se han dado cita descontentos del PP, descontentos del PSOE, aburridos de IU, espantados de UPyD pero también eternos abstencionistas, achatas, libertarios, auténticos liberales, gentes todas que han apreciado en Podemos una fórmula diferente y genuina, en la que depositar su última esperanza para tratar de cambiar las cosas sin esperar a que estas cambien por si solas. Pasadas las Generales, ya veremos qué se hace. Pero unirse antes, para Podemos sería deshacerlo.