El acordado desacuerdo del PPSOE

Cuando lo que está en juego son miles de millones de euros, pero no del próximo Presupuesto General del Estado, sino de esta y la siguiente generación, las Elittes Extractoras desconfian de sus testaferros al extremo de exigirles quitarse la careta democrática y asumir su papel sin contemplaciones por considerar que en ciertas circunstancias actuar a pecho descubierto sale más rentable que andarse con el disimulo acostumbrado, por cuanto publicitada su impostura no hay por qué guardar las formas y las decisiones drásticas a tomar contra la población civil se aplican con mayor rapidez, energía y eficacia, asunto agradecido incluso por quienes las padecen que entonces entienden lo que sucede.

La empresa corrupta, la delincuencia habitual y el crimen organizado conforme se iban conociendo las encuestas de opinión que aventuraban el fin del PPSOE y más aún, después de conocerse los resultados de la urnas que anunciaban sin paliativos el fin de la tendencia, hicieron llegar a sus fieles representates su desasosiego porque en España llegaran al Parlamento fuerzas políticas dispuestas a cambiar el sistema que tanto favorece la explotación del trabajador, la estafa al consumidor, el expolio de las arcas públicas, el saqueo de las instituciones…animándoles a explicitar que, en lo esencial, están de acuerdo en todo, conformando eso que han dado en llamar “La Gran Coalición” y que los entendidos denominamos PPSOE.

Ante esta sugerencia de los jefes, los politicastos que saben que su particular supervivencia depende ante la grada de mantener diferencias formales como distintas sedes, logos y siglas, cuanto los equipos de fútbol precisan de distintos campos, camisetas e himnos, han mostrado recelo a tan extrema medida de contención argumentando, que la misma sería poco más que, pan para hoy y hambre para mañana. Tanta ha sido su resistencia a conformar la Gran Coalición, tanta ha sido su convicción en que dicha opción depararía en desastre, que las Elites Extractoras, aun partidarias de actuar a cara descubierta contra la ciudadanía, finalmente han aceptado, por esta vez, dejarles hacer a su conveniencia, por si funciona su plan de marear la perdiz lo suficiente como para que la gente se olvide de lo sucedido, amaine su enfando, se agote su capacidad de lucha y todo vuelva a la normalidad, entiendase, que los españoles se consideren los más felices del mundo, con la mejor calidad de vida y festejando a diario los éxitos deportivos.

Así, el PPSOE ha ganado tiempo para evitar lo inevitable, a saber: que tanto el PP como el PSOE, deben afrontar su defunción como Partidos Políticos si es que alguna vez fueron otra cosa que Plataformas Para el Saqueo Organizado de España, antes de que los Jueces fuercen por Ley su disolución dados los reiterados delitos y criminales a los que sus organizaciones dan cobijo hasta el punto de percibírseles socialmente como Bandas de Malhechores, aplazamiento logrado no sin una escandalosa sobreactuación por todas partes destinada a escenificar un desacuerdo inexistente entre el PP y el PSOE, asunto para el que no han precisado conversación previa de sus dirigentes ni seguir protocolo alguno de actuación, pues es tácito de siempre entre ellos, el acuerdo de mostrarse en desacuerdo.

Porque una cosa es que los sinvergüenzas no se pongan de acuerdo y otra que no estén de acuerdo. Me explico: supongamos que en un barrio hay dos sinvergüenzas que están de acuerdo en hacer de continuo fechorias contra el pequeño comercio, contra las familias de trabajadores, contra los ancianos y niños del lugar…sin embargo, no se ponen de acuerdo en cómo cometer sus maldades, porque cada uno desea actuar por su cuenta y mientras uno prefiere robar la pensión al jubilado cuando este sale de la caja de ahorros, el otro se decanta por trincar la cesta de la compra en el supermercado o vaciar la cartera del conductor en la gasolinera. Algo parecido sucede con el PP y el PSOE; ambos están de acuerdo en mantener la monarquía, la duplicidad institucional, el insatisfactorio sistema de representación electoral, el despilfarro de las subvenciones, el desempleo alto, la vivienda por las nubes…aunque ambas formaciones prefieren actuar por turnos en vez de en pareja.

Victoria del PPSOE

Que no nos vengan con milongas. Si atendemos a los números, los españoles hemos vuelto a decantarnos por el PPSOE al que se le ha revalidado nuevamente de largo la Mayoría Absoluta, exactamente 213 escaños. Con todo, algo ha cambiado ciertamente y es que, tras años de representar la farsa de Pimpinela, en esta ocasión, PP y PSOE, habrán de evidenciar su pinza contra la ciudadanía a la hora de aprobar leyes criminales y cometer sus fechorias contra la población, lo cual, es un avance respecto a la concienciación de la gente.
Indecente y Miserable, por supuesto, tienen previsto hacer el paripé de negociar unos con otros, buscar apoyos aquí y allá, reunirse con el reptiliano, amagar con gobernar en minoría, como si hasta la fecha no hubieran hecho otra cosa que gobernar para una reducida minoría dueña de las finanzas, la tierra y los medios de producción en detrimento de la imensa mayoría de la población trabajadora y resto de parafernalia institucional, cuyo propósito no es otro que camuflar el íntimo entendimiento de sus líderes en obedecer y colaborar en cuanto sea menester para obtener el favor de quienes mandan a los que mandan.
Porque, hay que decirlo bien claro: Tanto La UE, como la OTAN, el FMI, la OCDE y la CEOE, prefieren que se sepa la verdad del asunto, a que el asunto se venga abajo y en buena lógica, han dado órdenes para que Indecente y Miserable terminen dándose la mano en una gran Coalición.
Los medios de comunicación domesticados a base de publicidad de las grandes empresas y Multinacionales, tiene facil ofrecer la cobertura ideológica a un discurso que procpicie la fraternal reconciliación de las masas ignorantes con simplemente invertir el sentido de los mismos mensajes con los que les han enfrentado durante años. Así, oirenmos hablar de lo bien que les va en Alemania una gran coalición entre socialdemócratas y conservadores; cómo es mejor remar todos en una misma dirección; cómo Pesoistas y Populares tienen un objetivo en común; cómo las fuerzas centradas y responsables han de mantenerse unidas para evitar que populismos y frivolidades den al traste con la credibilidad de España en tan delicado momento en el que nos jugamos la recuperación y salir de la crisis, bla, bla, bla.

Por su parte, las distintas organizaciones criminales del Estado, en conformidad con los gangters y los delincuentes habituales, apoyarán con decisión un pacto explícito, con luz y taquígrafos entre el PP y el PSOE, por cuanto en el mismo hallarán la mejor garantía de sus potenciales beneficios, gracias a las facilidades legales que hay en nuestro país para la comisión de fraudes globales y estafas generalizadas contra la indefensa población por parte de empresas relacionadas con el petróleo, la industria automovilística, las energéticas, las constructoras, la telefonía…cuyas denuncias, una tras otra, recorren los recobecos jurídicos de victoria en victoria por la Oficina del Consumidor, al Defensor del Pueblo, hasta su derrota final, y la facilidad con que se puede eludir impuestos legalmente y lo poco que se persigue el fraude fiscal en todo el territorio nacional.
Y evidentemente, la gran Banca, no se va a quedar corta a la hora de conceder créditos multimillonarios a quienes tan bien le han servido en todos estos años, a fin de que en este último ejercicio acaben por rematar la faena y dejen una deuda pública, lo suficientemente alta como para que los españoles, por generaciones, empecemos a comprender qué es y en qué consiste eso que se llamaba la Deuda Externa.
Pero, Indecente y Miserable, no tienen tiempo que perder para anunciar una decisión que ya está tomada, porque hay mucho por hacer en la siguiente legislatura: elevar el IVA a los productos básicos, flexibilizar el mercado laboral, reducir los salarios, vender los inmubles del Estado, privatizar las playas, reducir las plazas en la Universidad, introducir el repago universal farmacéutico…

El falso debate

Hoy Lunes, el PPSOE, va a desdoblarse a lo Pimpinela para perpetuar en lo posible la alternancia del bipartidismo, si por alternancia entendemos las dos caras de una misma moneda. Sólo así cabe afirmar que asistiremos a un “cara a cara” entre PP y PSOE, cuya discusión paso a imaginar:

El moderador arranca el debate con temas institucionales como Constitución, Monarquía o Unidad de España: Bueno, yo creo que en esto, el señor Sánchez y yo estaremos de acuerdo en todo, porque ambos representamos a formaciones serias con opciones de gobierno. Pero por responderle le diré que, el PP es un Partido monárquico, Español poco partidarios de cambiar nada en la Constitución salvo que nazca un varón en la Familia Real o que Europa nos de 48 horas para rescatar al sistema bancario. España está bien como está y mientras nosotros gobernemos no vamos a consentir un referéndum para su desmembramiento. Turno de Sánchez: Efectivamente, como ha manifestado mi oponente, el PSOE está totalmente de acuerdo en este asunto con el PP, a saber: somos monárquicos, estamos en contra de reformar la Constitución y nos oponemos a cualquier clase de consulta a los ciudadanos a excepción de las encuestas. Con todo, quisiera remarcar que nosotros llevamos la E de España en nuestras siglas.

A continuación el moderador plantea asuntos relacionados con la economía, el trabajo o el paro. (Sánchez): bueno, los socialistas hemos demostrado siempre estar a favor del empleo y luchar contra el paro; apostamos por fortalecer el crecimiento del empleo y garantizar el pago de las pensiones. Por otra parte, nos comprometemos a privatizar todas las empresas públicas rentables, a garantizar los beneficios de la Patronal, a congelar los salarios para evitar la inflación, flexibilizar el mercado laboral, recortar los derechos laborales, y hacer todo cuanto ayude al capital a quedarse en España, entiendase, otrogarle subvenciones a fondo perdido, no invertir en inspección fiscal, mantener altos los impuestos indirectos a todos los trabajadores, porque el PSOE siempre seguirá lo que dicten los mercados. (Rajoy): Me ha quitado las palabras de la boca. Así que no sé qué más puedo decir salvo reconocer la coincidencia de parecer.

Acto seguido el moderador daría paso al capítulo de Defensa. (Rajoy): Creo que aquí también Populares y Socialistas estamos de acuerdo en que hay que defender los intereses empresariales allí donde nos diga la OTAN. En lo concerniente a la lucha antiterrorista creo que ninguno de los dos somos sospechosos de apoyar el terrorismo. ¿No es así amigo Sánchez? (Sánchez) ¡Sí! Nosotros los socialistas estamos comprometidos con la industria armamentista y en aumentar la partida presupestaria de Defensa. Y le aseguro a usted que estamos contra el terrorismo como el que más. En esto, el PP y el PSOE hacemos piña.

Ante la marcha del debate, el moderador se sale del guión y reflexiona en alto: no sé si los telespectadores lo estarán apreciando, pero en lo fundamental para el país como son los temas institucionales, la econocmía y la defensa, PP y PSOE no se diferencian en prácticamente nada. Ante esta alocución, Sánchez reacciona enojado: Eso es, porque usted no nos pregunta por el aborto, la marihuana, la prostitución, los toros…¿No te parece compañero Mariano? (Mariano) Sí, sí, sí, sí…pregúntenos sobre el Barca – Real Madrid.

Bueno, pues si es de esto sobre lo que ambos candidatos desean debatir, se lo pregunto primero a usted Sr. Rajoy: bueno, nosotros en estos asuntos tan serios pensamos que deben ser tratados con responsabilidad y no pronunciarse a la ligera; pero estoy convencido que pensamos lo mismo que la mayor parte de la gente que nos está viendo. (Sánchez) ¡Nos han plagiado el progarama! (Rajoy) ¡Falso! Sois los socialistas quienes habeis copiado el programa popular.
En este moneto, el moderador despide el programa: Bueno, es una lástima que ahora que empezábamos a descubrir las diferencias entre el PP y el PSOE tengamos que despedir este debate.

Cuándo un Partido es corrupto

El pasado Jueves, asistimos en la televisión a un pequeño rifi-rafe entre Celia Villalobos y Pablo Iglesias donde la Vicepresidente, ante la insinuación de pertenecer a un Partido corrupto por parte de su interlocutor, argumentó del siguiente modo: «Mi partido es muy grande, ha tenido poder y tiene poder en muchos sitios. Somos un fiel reflejo de esta sociedad… Mi partido tiene cientos de militantes, de cargos, y la mayoría somos personas muy honestas (…) He sido alcaldesa, ministra y me ofendes cuando dices que mi partido está lleno de corrupción. Mi partido, por desgracia, ha tenido casos importantes de corrupción que a quien más nos jode es a nosotros”, desahogo muy habitual que requiere ser corregido como merece, porque lo que está en juego, es que la población distinga, más allá de toda duda razonable, cuándo un partido es corrupto y cuándo sólo lo son algunos de sus militantes, labor a la que me entrego, cual Quijote, a fin de descubrir la falacia, y desenmascarar el sofisma con el que los canallas intentan enredar la mente del ciudadano.
Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando la mayor parte de sus integrantes son corruptos o aspiran a convertirse en tales; o cuando lo son la mayoría de sus máximos dirigentes aunque la militancia de base sea honesta.

Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando los casos de malversación, apropiación indebida, cohecho, desfalco, desviación de caudales, cobro de comisiones, recalificación de terrenos, abuso de dietas, falsificación de documentos… conocidos por la opinión pública que afectan a sus cargos públicos y de confianza, son tan numerosos que es imposible no cuenten con la aquiescencia de su militancia o de sus dirigentes o de ambos a un tiempo.

Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando su entidad, antes de presentarse a los ciudadanos como una plataforma civil para trabajar en pos del Bien Común y del Interés General, se ofrece cual eficaz instrumento para la promoción y el enriquecimiento personal de propios y extraños.

Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando en su estructura no existen medios eficaces para impedir la entrada en sus filas de gente indeseable; para detectar a la mínima cuando alguien está haciendo algo indigno en su cargo; para vigilar e investigar la actuación de sus propios cuadros y mandos como hace cualquier cuerpo policial; para destituir, ipso facto, al dirigente pillado in fraganti con las manos en la masa…más allá de los consabidos expendientes y suspensión de militancia que no pasan de ser papel mojado antes de que la Justicia los acuse, siente en el banquillo y condene por corruptos o los medios de comunicación les informen de lo que sucede en su propia casa para que puedan aformar esa tontería de “Me he enterado por la prensa”.

Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando nunca se adelanta precisamente a los periodistas y jueces en denunciar los casos propios de corrupción y sólo saben señalar los del Partido rival, no tanto por amor a la verdad, cuanto para deshacerse de la competencia en la comisión del crimen y el delito.

Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando una vez denunciados, condenados y hasta encarcelados sus militantes y ex militantes, concejales y ex concejales, alcaldes y ex alcaldes, senadores y ex senadores, diputados y ex diputados, congresistas y ex congresistas, asesores y ex asesores, ministros y ex ministros o Presidentes y ex Presidentes, por la prensa y llevados a juicio por los tribunales, antes de emitir una declaración mostrando sorpresa, vergüenza y profundo arrepentimiento, arremete contra jueces, fiscales y periodistas; defiende a los acusados; se solidariza con ellos; les dan ánimos por SMS, o sencillamente les indultan, después de haber agotado todo recurso para entorpecer la labor de la justicia haciendo desaparecer pruebas, o retrasando en lo posible todos los plazos habidos y por haber en nuestro garantista sistema judicial.

Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando de la corrupción de sus militantes y cargos, la propia entidad se beneficia directamente para pagar con dinero B la organización de actos de campaña electoral, para sufragar publicidad en medios de comunicación afines, para comprar al contado sedes y oficinas, para dar sobresueldos literales a sus cuadros, pagar favores a periodistas, contratar investigadores privados para espiar a los rivales y el largo etcétera por todos conocido.

Decimos que un Partido Político es corrupto, cuando definitivamente demostrado y condenado un miembro del Partido por alguna de las imaginativas formas en que nuestros gobernantes tienen a bien ensanchar la acepción de robar y saquear las arcas públicas, a quien el Partido ha propuesto para ocupar un cargo institucional o designado para un cargo público de confianza, no hace ni el más mínimo gesto de intentar restituir al municipio, la comunidad o la nación los caudales robados a la población como por ejemplo, vender alguna de sus sedes o descontarse de las subvenciones y sueldos institucionales un tanto por ciento mensual hasta reponer lo sustraido. En vez de eso, creen suficiente expulsar al cabeza de turco y reemplazarlo por otro aspirante a corrupto.

En definitiva, decimos que un Partido Político es corrupto, cuando al margen de su quehacer oficial expresado en los estatutos, anima, permite, facilita, apoya y da cobertura al delito y delincuente como haría cualquier otra organización criminal, en cuya estructura, también pueden encontrarse personas de compiortamiento intacahable trabajando en sus negios y empresas donde lavan el dinero negro.

Todo lo anterior ya lo sabe Celia Villalobos y cunatos como ella pertenecen a un Partido corrupto como el suyo. Ahora también lo saben ustedes.

PPSOE o la paradoja de la bolsa

Llevaba años buscando una imagen capaz de sintetizar con un golpe de efecto la bochornosa circunstancia política que a falta de algo mejor algunos analistas han dado en llamar Bipartidismo y otros, como servidor, PPSOE, sin llegar nunca a atrapar su esencia de modo convincente para impactar en la mente del ciudadano corriente, a esa amalgama de ideas me refiero en que concurren ambas formaciones en su abierta complicidad de acción, la manipulación de los medios de comunicación, el descarado reparto de los recursos económicos de las arcas públicas y el conocido sinfín de tropelías perpetradas contra la sociedad civil con absoluta inmunidad e impunidad. Así, desprovistos de mejor retrato de la realidad que nos azota, cuando el PSOE releva al PP en tareas de gobierno o viceversa, la corriente crítica acude en procesión intelectual a la manida cita de Lampedusa aparecida en El Gatopardo “Es necesario que todo cambie, si deseamos que todo siga igual”, o en su defecto, al consabido paralelismo histórico entre lo que acaece en nuestros días con la alternancia del PP-PSOE y la burla a la democracia orquestada entre los partidos de Cánovas y Sagasta a finales del siglo XIX, cuando no a frases hechas del estilo “Son dos caras de la misma moneda” cosa nada gratificante desde el punto de vista comunicativo, en ninguno de los casos, porque la verdad, a diferencia de la mentira, no se refuerza con su reiteración; antes pasa desapercibida como le sucede a lo evidente por lo que requiere de nuevas formas de presentación, a fin de no atorar la mente ingenua cuya tendencia al aburrimiento le imposibilita para acomodar racionalmente verdades inmutables, más allá de las inculcadas por vía de costumbre o superstición, de ahí la dificultad de la ciencia y las matemáticas para abrirse paso entre la población.

Conformado como uno más con las fórmulas arriba apuntadas, pese al personal convencimiento de que la pedagogía social aún requiere de los milenarios procedimientos escultóricos, pictóricos y luminosos desplegados por las élites eclesiásticas en claustros, iglesias y catedrales en sus capiteles, pinturas y vidrieras, al objeto de educar a las masas analfabetas en su mensaje evangélico, repleto de metáforas y alegorías, hacía tiempo que había abandonado la empresa de hallar esa imagen nueva que me ayudara a transmitir a la gente de bien esa verdad que tanto daño nos ha hecho, nos hace y amenaza con hacernos, cuando, de buenas a primeras, en conversación informal y sin venir a cuento, mi buen amigo Álvaro Albaina, puso en mi conocimiento una frase que su buena madre decía, a saber: “Una bolsa del derecho es una bolsa; pero una bolsa puesta del revés…¡Una bolsa es!” Escuchar la sentencia y reconocer su genialidad fue todo uno. De inmediato entendí que aquello que regaba por sorpresa mis oídos era lo que durante tanto tiempo andaba persiguiendo. Tanto fue así, que me detuve en mitad de la acera por donde paseábamos en Vitoria sin esconder mi regocijo haciéndole repetir entusiasmado la expresión proferida para registrarla como es debido en este artículo.

¡Efectivamente! Una bolsa es una bolsa se ponga del derecho o del revés. Su función, utilidad y consistencia es la misma. Salvo por cuestiones estéticas no se aprecian a simple vista diferencias entre su verso y su reverso. Sus asas, son las mismas; su capacidad es la misma; su precio es el mismo…Así dicho, la bolsa representa una paradoja que se ciñe como un guante y mejor que un calcetín, al caso que nos ocupa de esa realidad que representa el PP y el PSOE con mayor grado de similitud que las habituales.

La voluntad política española está atrapada entonces en una bolsa tramposa cuya parte externa luce a veces el logotipo del PSOE y en otras las del PP, con solo darse la vuelta la intención de voto de los electores. En consecuencia, ni cambia la bolsa ni cambia el contenido. Pero qué cabía esperar de un país donde desapareció el águila y quedó el nido.