¿Qué hacemos con los aguafiestas?

EL FOCO

Onda Vasca, 27 julio 2017

Empecemos por definir a los aguafiestas. Según la RAE aguafiestas es la “persona que turba cualquier diversión o regocijo”. También los podemos llamar cenizos, gafes, malhumorados, cascarrabias, gruñones o, simplemente, pelmazos. Son un peligro porque solo uno puede arruinar la alegría de muchos. Y hasta puede provocar una tragedia. Ocurrió el pasado domingo en Getxo, donde se celebró la edición número 62 del tradicional concurso internacional de paellas, que reunió a más de 20.000 personas, con la participación de cientos de cuadrillas, de lo más variopintas, compuestas por jóvenes, familias, mayores y no pocos extranjeros, alemanes, franceses, escoceses, británicos, irlandeses y de muchos lugares del estado español… ni se sabe su procedencia. Un increíble mosaico de gente, con un objetivo compartido: pasarlo bien, participar en la jornada y la comida y, si era posible, ganar alguno de los premios que la organización, Itxas Argia, ofrecía a los concursantes.

Todo fue estupendamente, incluso con un tiempo ideal, sin demasiado calor ni tampoco lluvia. Fue genial. Hasta que, ya al final de la fiesta, cuando muchos habían recogido los pertrechos y regresaban a casa, un individuo quiso estropearlo todo. Él solito. Su ocurrencia fue arrojar una botella de queroseno al fuego de una hoguera, para avivarla. La explosión fue terrible y las consecuencias aún peores: cinco personas resultaron quemadas de distinta consideración, que fueron evacuadas por la DYA a los hospitales e ingresadas de urgencia. Una mujer presenta un 60% de su piel quemada. Y así, tras este desgraciado suceso, fruto de un irresponsable, un aguafiestas, el balance festivo queda manchado. En vez de alegrarnos con lo masivo y divertido de la fiesta, resulta que tenemos que hablar de un drama. El aguafiestas llegó y lo jodió todo. Así es de injusto.

A la hora de analizar el caso, tenemos mucho que decir. En primer lugar, el aguafiestas incendiario no era un adolescente inmaduro, ni un joven bebido. No. Esta vez no van a criminalizar los modos festivos de nuestra juventud. El aguafiestas era una persona de unos 50 años. Ahí es nada. Todo un adulto, tan insensato como para pretender avivar una hoguera a base de combustible altamente sensible. Una persona que ha enviado a cinco personas al hospital y, al menos, a una de ellas, ha arruinado la vida. Porque las quemaduras dejan huella indeleble y muy visible. La ha quemado un loco aguafiestas.

A su favor tiene que no ha negado los hechos y asume su responsabilidad. Menos mal. Y bien que la va a pagar. Porque su delito es de carácter penal. Y afrontar una condena de cárcel, además de tener que indemnizar fuertemente a las personas a las que ha abrasado para siempre. Por esos golpes de péndulo que padecemos en nuestra cultura, ahora se pide que no nos cebemos en él. La organización siente conmiseración por este sujeto, por su arrepentimiento y pesar. Pensemos más en la mujer abrasada, por favor. Yo creo que hay que ajustarle las cuentas al aguafiestas; y, porque no hay mal que por bien no venga, hacer de este suceso una razón de prevención de futuros accidentes. Hay que preguntarse: ¿qué necesidad tiene una cuadrilla de llevar gasolina o queroseno? Se puede llevar butano en bombona, o utilizar la leña que la organización pone a disposición de los concursantes. ¿Gasolina? Esto significa que Itxas Argia deberá obligar a prohibir la entrada de estos combustibles, permitiendo únicamente butano o leña. ¿Es que va a ser necesario revisar a las cuadrillas en los elementos que introducen en las campas de Aixerrota? No debería ser en un país de adultos responsables.

Hay otros aguafiestas, eso sí, de menos peligrosidad que el incendiario. Están aquellos que no saben controlar lo que beben. Y no, tampoco son adolescentes en este caso. Fui testigo de la evacuación médica de una persona completamente borracha, de más de 30 años de edad. Hasta él llegaron un jeep de la DYA y un vehículo Quad. En total cinco profesionales sanitarios para atender a un borracho. O sea, un aguafiestas. Es un despropósito y un derroche de recursos públicos que un solo borracho movilice a cinco profesionales. No, la fiesta no es para los aguafiestas. Casi todo el mundo bebe y come de más en estas fiestas. Pero la inmensa mayoría se controla. O no llega al punto de tener que ser atendido. ¿Va a pagar esta persona los gastos correspondientes? ¿O le saldrá gratis? Porque si no lo paga lo vamos a costear todos a escote. Se hicieron los recursos públicos para los hechos accidentales, involuntarios e imprevistos, no para cubrir las locuras e irresponsabilidades de unos pocos, de los aguafiestas.

Aguafiestas son también los que se pelean en estas concentraciones festivas. Los agresivos, los intolerantes, los conflictivos. Y, por supuesto, los que agreden de palabra o hecho a las mujeres. Ya nos hemos ocupado de esto. Estos aguafiestas son los peores, las manadas de depredadores sexuales, los cobardes, los criminales al acecho. Están también los carteristas, los que aprovechan el tumulto y las distracciones para robar, carteras o enseres.  Son los aguafiestas más clásicos.

Los aguafiestas son especialmente odiosos. Los que lo rompen todo, estropean la magia y la ilusión de la gente, los que no quieren vernos felices, los que quieren que todo sean lágrimas, tristeza y aburrimiento. Hay que sacarlos de las fiestas. Hay que reconocerlos y expulsarlos. Habría que hacer un censo de aguafiestas y obligarlos a permanecer a más de un kilómetro de cualquier fiesta. Les compadezco, pero también los aborrezco. ¡Que nadie nos estropee la fiesta! Y que no se me olvide felicitar a Itxas Argia por la fiesta de las paellas. Sois geniales.

¡Hasta el próximo jueves!

 

2 comentarios en «¿Qué hacemos con los aguafiestas?»

  1. Importante la noticia de la compra-venta de Naturgás, aunque nada como las paëllas y el fúrbol, claro.

    JP Morgan, Swiss Lice, Abu-Dhabi Fund no sé qué…

    Viscofán, CAF, Naturgás,… (todo queda entre los mismos consejeros).

    Naturgás era de todos nosotros, del Ente Vasco de la Energía, pero nuestro prescriptor local decidió que teníamos que desprendernos de ella después de haberla creado con el esfuerzo de todos. Pasó por unos señores de Asturias, de Portugal y ahora del Golfo y de Wall Street.

    Dirás: «¡Aguafiestas!»

  2. Yo pienso que en Euskadi se celebran todas las fiestas populares con la bebida. Y lo que ha sucedido en Getxo es el resultado de que la gente no sabe beber. Es una pena.
    Y por lo tanto esos hechos han traído como resultado 5 personas que están con quemaduras muy graves.
    Creo que la persona de 50 años será juzgado por una imprudencia temeraria. Seguramente no quería ese resultado pero los daños se han ocasionado y han sido muy graves.
    Lo triste es que en el Código Penal también se contempla eximente para con los trastornos del alcohol.
    Pero yo entiendo que aquí la eximente debía de ser agravante y lo digo con total rotundidad.

    Me ha parecido muy acertado sus comentarios hoy en la radio.

Responder a Chispita Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *