Palabras para antes de una invasión de Catalunya

Catalunya, además de escenario de un conflicto de cambio político y social sin precedentes, es el síntoma de muchas cosas. Un observador puede apreciar el escaso valor democrático de España y la pésima calidad cívica de su sociedad con solo catalogar las reacciones, actitudes y respuestas ante las demandas de la nación catalana. Estamos en vísperas de la puesta en marcha del fatídico golpe de estado constitucional contra su autogobierno. Es un espectáculo esclarecedor. Basta con aislar las palabras clave usadas por la comunicación anticatalana para determinar la mentalidad dominante en el Estado y hasta qué punto gran parte de su ciudadanía mantiene la subcultura heredada del franquismo.

Nada de lo que está diciendo con machacona insistencia es espontáneo: son productos de la factoría de mensajes que el equipo de propaganda y sociología del Estado y sus siervos mediáticos elaboran y transmiten para combatir los anhelos de libertad de la mayoría de Catalunya y hacer valer, al precio de la falsificación y el reduccionismo, la primacía de unos poderes fortificados contra cualquier alteración de los mitos de una democracia de saldo, nacida del régimen tramposo del 78. Es el discurso que ha precedido al anuncio aniquilador de Rajoy. Esta experiencia manipuladora de la opinión pública ya la sufrimos en Euskadi contra el nacionalismo vasco y ahora se actualiza. Estos son sus mensajes básicos que han conducido al aplastamiento autoritario que viene:

ADOCTRINAMIENTO. Es la idea preferida de la paranoia anticatalana, a la que se atribuyen todos los males y desafectos hacia España. Afirman que en Catalunya se ha llevado a cabo durante decenios un sistemático lavado de cerebro a niños, jóvenes y resto de la población a través del sistema educativo y la radiotelevisión pública, TV3. El resultado sería una sociedad doblegada a los ideales de una Catalunya libre con el destino de la independencia y el odio a lo español. Es una acusación fácil de vender, porque muchos recuerdan haber sido víctimas de la grosera escuela franquista y conocen los estragos de la televisión como canal de domesticación siguiendo la estela magistral de TVE. Según esta teoría, maestros, periodistas, padres y madres, todos a una, habrían urdido una trama para fabricar al nuevo ciudadano catalán a la medida del proyecto secesionista. Este artificio es solo una justificación para el anuncio de la destrucción de sus derechos y libertades.

¡A POR ELLOS, OÉ! Circula en algunos medios la leyenda de que este himno cutre y bobo, reconvertido ahora en grito de guerra, tiene origen en las gradas del viejo Atotxa, donde -dicen- los seguidores de la Real Sociedad cantaban: “txapeldunak, txapeldunak, hobe, hobe”. En cualquier caso, ha prendido fácil entre los españoles más fanáticos y con él despedían a las heroicas escuadras de la Policía Nacional y la Guardia Civil que el Gobierno del PP movilizó para luchar contra un ejército de urnas y votos y que apalearon salvajemente a ciudadanos el 1 de octubre. En los días previos al referéndum España revivía por momentos el 18 de julio.  

ARTÍCULO 155. Es el caballo de Troya de la democracia española, agazapado en la retórica constitucional para convertirse, finalmente, en el ejército jurídico, administrativo, policial y económico para batir en todos los frentes a la heroica Catalunya. ¿Para qué quieres el ejército, oxidado en sus cuarteles, si tienes un texto de ciento una palabras en dos párrafos para liquidar a los opositores y salvaguardar la integridad territorial española, cual divina e inexorable providencia? Primero con su amenaza y ahora con su inminente puesta en marcha, este artículo ha sido el gran extorsionador de la convivencia, con plenos poderes otorgados para sofocar la rebelión soberanista. El patriotismo se mide hoy por la magnitud del fervor hacia el uso brutal de este artículo represor, castigo y humillación a la insurrecta nación mediterránea.

DESAFÍO. Término sintético con el que se califica el proceso de salida de Catalunya. A la palabra le han extraído su alma positiva y su epopeya para orientarla hacia la bronca. Estaba archivada en la memoria del Ministerio de la Propaganda de cuando se combatía el nacionalismo vasco y la han reactivado. Distorsionan así el impulso de la mayoría social catalana, que nunca ha pretendido confrontar, sino emprender un camino autónomo que la legalidad le ha negado una y otra vez.

HUÍDA DE EMPRESAS. Si no estaba clara la subordinación de los intereses empresariales al poder, su interdependencia estratégica, he aquí una de las peores herramientas que el Gobierno de Rajoy ha utilizado para obtener la rendición de la Generalitat: el empobrecimiento, el pánico económico. En la II República, los medios de la derecha lanzaban a los famélicos obreros el mensaje de “comed república”. El eslogan contra Catalunya es hoy “comed independencia”. Esta táctica dejará profundas huellas de desconfianza en la sociedad, en cuanto que es un castigo colectivo, para los que apoyan la autodeterminación y los que no, un escarmiento indiscriminado.

JUECES Y FISCALES. La gran mentira de la política española ha sido la teatralización de la represión política como mera acción judicial, en la que el Gobierno no tenía arte ni parte. Semejante juego de ilusionismo ha sido posible porque el poder judicial ha actuado como extensión de Moncloa. La entrada de policías españoles en instalaciones de la Generalitat y la detención de algunas autoridades obedecían a cálculos ajenos a la iniciativa legal. En una democracia en la que jueces, fiscales y sus órganos están bajo control y su elección queda bajo la arbitraria tutela política, se puede deducir el bochorno vengativo del que estamos siendo testigos.

LEGALIDAD. El gran mantra de la política española para invocar la imposible libertad de Catalunya. La ley pétrea e intocable. La Constitución, las tablas sagradas. Y contra la legalidad, nos han dicho, no hay alternativa. Esa es la mentira formal que nos han estado contando, porque la ley sería la expresión de la voluntad de la ciudadanía, es decir, la democracia. Y no es el caso. Cuando la ley es ilegítima, por insuficiente y abusiva, cuando queda por debajo de la libertad, se convierte en yugo. Siempre hubo necesidad de cuestionar y romper normas para avanzar en el camino de los derechos. La rebeldía que nos emociona en los relatos de la historia es esto: una mayoría que se atreve a levantarse contra lo que le oprime.

MAYORÍA SILENCIOSA. Otra vez jugando con el candor de la gente, como Franco, con los que callan y otorgan. Se antepone a la mayoría que se expresa, vota y opta. No existe la mayoría silenciosa; es una abstracción de quienes, en esta ocasión y en elecciones de todo tipo, se abstienen y callan. Porque sí, porque nada les convence, o no creen en el sistema. Los que nunca participan en las reuniones de la comunidad. Lo curioso es la tendencia a presentar a este indeterminado grupo humano como proclive a los que mandan o, más claramente, conservador, desfasado y amorfo. El silencio es ininterpretable y no certifica la pertenencia a tal o cual sector social. Un referéndum podría aclarar la cuestión, quién habla y quién calla; pero se impide a golpes y con procesamientos.

SEDICIÓN. No se sabe si es delito o virtud, porque la rebelión está entre lo mejor de la épica humana. Nada seríamos, habitaríamos aún el Neandertal, si no hubiera existido el impulso del desacato, el coraje de decir basta. A muchos catalanes les acusan de sedición. A Puigdemont, un poco más, de rebelión. Y quizás a todo su Gobierno, la mayoría del Parlament y a Trapero, el mayor de los Mossos y a los presidentes de Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana, ANC, los primeros presos políticos de esta causa justa. Sedición es una bella palabra que sugiere grandeza y alto valor. Con la sedición, a España le ha salido el tiro por la culata. Nunca como hoy hubo más motivo para rebelarse. Toda resistencia tiene sentido.

 

 

2 comentarios en «Palabras para antes de una invasión de Catalunya»

  1. Excelente articulo.
    Yo entiendo que ha sido un auténtico golpe de Estado contra Cataluña.
    El partido del gobierno está actuando como un Tribunal de la Santa Inquisición. Entrando las Fuerzas Armadas y Guardia Civil en todas las instituciones de la Generalitat cogiendo las urnas papeletas controlando las bases de datos y centros de comunicación.
    España está en un sistema democrático y de derecho?.
    Vaya burla al pueblo catalán.
    Querer controlar el Parlamento catalán cuándo es la soberanía del pueblo de todos los catalanes. Estas acciones no se pueden consentir.
    Luego el partido del Gobierno con los altavoces de los medios de comunicación empiezan a propagar mentiras y falsedades. Que si a los niños se les manipula en los centros educativos que a las Fuerzas Armadas se les golpea y no se les quiere en Cataluña.
    Alguien puede querer o simpatizar con aquellos grupos que están apaleando a otros?.
    Las mentiras han ido desarrollándose a raudales.
    Y alguien se pregunta, sí una entidad territorial no quiere pertenecer a una unidad?. Porque no la dejan que se constituya como nación y se marche de esa unidad?.
    La amenaza de la aplicación del artículo 155; quieres juzgar al presidente de la Generalitat por sedición. Estos hechos se realizan en un país qué presume de ser democrático?.
    Y ante la ambigüedad del artículo 155 dela Constitución le da amplios derechos al ejecutivo.
    Ya veremos lo que ocurre en los días venideros. Entiendo que no le queda otra que declarar la independencia al presidente de la Generalitat.
    Muchas felicidades por abordar este tema tan delicado y tan bien expuesto.

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