La paga que no se paga

Como la Navidad se acerca han aparecido besugos a tutiplén. Por eso, Basagoiti anuncia que abrirá PPtokis en las localidades vascas (bautizados por algunos ya como Pipi tokis) con una tortilla de patata española esmeradísima. Con la Navidad prolifera también otra especie, los merluzos del norte. Como Patxi López que prometió la paga que no se paga y protagonizó en el último respiro de la legislatura su centésimo sainete.

Que ¿cómo se llama la película? La verás pero no la catarás. Porque solo los que creían en los Reyes Magos podían dar pábulo al anuncio del pago de la extra. Con esta bufonada, el lisensiado López ha escrito todo un manual de mamarrachada política sobre cómo hacerse el guay con sus funcionarios autonómicos disparando con pólvora del rey.

Tampoco hay quien se trague el cuento de que Rajoy y su damisela Soraya hayan secuestrado al Olentzero con la connivencia del Constitucional. Pero si tenemos en cuenta que el alto tribunal tardó tres horas en resolver el caso de la paga extra y siete años en dilucidar lo del matrimonio homosexual, podría exigírsele que se diera la misma prisa en paralizar los desahucios. Tan lentos e indolentes PPara unas cosas y tan veloces PPara obedecer otras. Con acciones como éstas ya suena por ahí el siguiente villancico: «Funcionarios y pensionistas se dirigen al portal para entregar a los bancos su paga de Navidad… y Rajoy en el pesebre se ríe porque está alegre…»

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