Se nos van los mejores. Y no lo digo por Bárcenas que pudo poner pies en polvorosa pero prefirió quedarse para incordiar al PP. Lo digo por la fuga de cerebros que ha denunciado Yola Berrocal, aunque en su caso desconocemos si se refiere al cerebro de la derecha o al de la izquierda. Me temo que hace tiempo que su cerebro se fugó, aunque obviamente ella no se dio cuenta.
Hace días se lamentó de que la crisis le empuje a hacer las maletas y probar fortuna en Miami. Y esta semana acabó de encontrar la explicación a porqué Yola confundió el coeficiente de inteligencia con la talla de sujetador, que solo se parecen porque se miden en números. Obedece a que Berrocal tiene un cerebro simulado como le pasa a Marikospe, alias Cospedal, que no le aguanta un tercer grado ni a mi sobrina de siete años.
Menuda ha liado la secretaria general del PP con el finiquito en diferido de Bárcenas y la simulación del salario. Bien mirado, si era una simulación, podían haber pagado al extesorero en billetes del monopoly. A partir de ahora, podríamos pagar el IVA de forma imaginaria y diferir los pagos públicos de manera indefinida. Se van a enterar de lo que es empezar a simular por encima de nuestras posibilidades. Espere que voy a ir corriendo al banco a decir que pago el crédito en diferido. Vaya película, parece que todos los del PP han fichado por Paramount Comedy. ¡Ah! que por eso no es un gobierno, que es un simulacro. Acabáramos.