Mortadelo y Filemón decidieron esta semana ponerse el traje de Rouco Capone y organizar la pantomima en el palacete de Luis Bárcenas. Un tío disfrazado de cura asaltó la casa del tesorero del PP, maniató a su mujer y a su hijo y les exigió todos los pendrive. Menos mal que ya hay quien se ha dado cuenta que el agua bendita y el crucifijo no funcionan y que hay que probar con un Colt 45.
Aunque no sé si me extraña más lo de ir vestido de cura y decir que era funcionario de prisiones o que los Bárcenas tengan sirvienta, chófer y vigilante de seguridad cuando decían que estaban arruinados y que no les daba ni para pagar luz y agua. Por el modus operandi me da que el PP está detrás. Porque primero fue el “todo es falso, salvo alguna cosa”, luego vino el “no se puede demostrar nada”, más tarde “los pagos en simulado y en diferido” y ahora la Cospe ha contratado a la TIA. Ni Carromero es tan chapucero.
¡Qué mal! están poniendo las cosas Rajoy y cía cuando un tipo de 64 años, casi un pensionista, se lanza a hacer de sicario con sotana. ¡Qué pifia! contratando a un sexagenario para hacer un trabajo tipo misión imposible de recoger pruebas y destruirlas… Debe ser por los recortes, no tendrían para pagar a alguien más joven. Con Berlanga haría un papelón porque el que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Pero hoy, con la que está cayendo, mejor una peli de Santiago Segura. De título, obviamente: «Olivares, el brazo tonto del PP».