Querida DGT (espero que no le falte al respeto con el género pero siempre he pensado que era usted una tocapelotas). Me dirijo a usía ya que su dirección amenaza con hacer lo propio. Cuentan que va a empezar a enviar cartas a los propietarios de vehículos con más de diez años de antigüedad porque tienen más riesgo de morir en caso de accidente. Las malas lenguas aseguran que en unas misivas tendrá el mal gusto de recordarnos que tenemos una mierda de coche y nos advertirá de que “el riesgo de que haya al menos un fallecido se duplica en los vehículos antiguos respecto a los más modernos y con mayor equipamiento de seguridad”.
Que quede claro que no me gusta que me atemoricen. Que el compadreo me gusta aún menos y no me mola nada su alianza con los fabricantes de coches. Y paso de que quiera coaccionarnos para que reactivemos aún mas las economías alemanas, coreanas y japonesas. Que digo yo que quizá no sepa cómo rulan los pistones, el carburador, los rodamientos y las transmisiones de mi buga, pero seguramente las controlo bastante más que usted. ¿También me va a informar de si dispongo de la pasta necesaria para cambiar de vehículo? Éramos conscientes de que siempre le ha gustado tocar las bowling pero reconozca que esta vez se ha superado. Sepa que me gustan los clásicos, que su carta informativa me la paso yo por la biela del embrague y que me voy a limpiar con ella la junta de la culata. Atentamente.