Ana Mato anda estos días mareando la perdiz con el horario de la tele y quiere imponer un toque de queda para que nos vayamos pronto a la cama. ¡Eureka!… va a ser eso, que todos los problemas de España vienen desde que se suprimió la carta de ajuste y la familia Telerín. Como no encuentra el Jaguar en el garaje ni el confetti de las fiestas infantiles, esa es su brillante aportación a la resolución de la crisis, mover el prime time. Dada su capacidad intelectual, le habrá costado lo suyo llegar a esta decisión. Señora Mato, es cierto que los telediarios crean insomnio, pero es por el contenido, no por la hora. Además, a seis millones de parados les da igual que la peli acabe a las doce o a la una.
¿Es que no tiene faena en su Ministerio? Quiere usted los informativos a las dos del mediodía y a las ocho de la tarde. Pero, total, para contarnos medias verdades, siempre hay tiempo. Parece que la peor ministra de Sanidad de la historia controla perfectamente la conciliación familiar, aunque no tenga ni idea de los deportivos último modelo aparcados en su garaje ni de los billetes de avión que aparecen a su nombre en la mesilla, ni de los cumpleaños y comuniones que por arte de birlibirloque tenían todos los gastos pagados. A ella solo le interesa que aflojemos pagos y copagos para desmontar la sanidad pública y ahora, adelantar el horario de máxima audiencia de la tele para reponer el NODO.