Este martes veremos si ganan esos que están desatados sobre las ventajas de vivir a la madrileña. “Aquí puedes cambiar de pareja y no encontrártela nunca más”, dice Díaz Ayuso. ¿Separarse? Pero si eso es de rojos. ¡Ojo! madrileños; porque si gobierna el socialcomunismo os encontraréis a vuestra ex en los sitios más insospechados. Yo, sin embargo, creo que lo bueno de Madrid es que puedes pasear por la ciudad y no toparte nunca con Ayuso.
La versión ibérica de Trump se descuelga cada día con una ocurrencia. Proclama que la ciudad es una maravilla porque disfruta de unas birras después de trabajar. Vivir a la madrileña es un pasote, y pimplarte cervezas a 3 euros con lo que queda de sueldo después de pagar 800 eurazos de alquiler en un semisótano, es la caña. Colas del hambre, hospitales sin personal, unos buenos atascos en la M-40, una boina de contaminación… también deben ser formas de vivir a la madrileña.
Según la presidenta, a la capital se va a ser libre. Por eso, en cuanto hay dos festivos, sus vecinos salen corriendo a contárselo al resto de España. La lideresa del procesismo castizo se abre paso con su thatcherismo cañí. Y sus medidas son de rompe y rasga. 1. Que Madrid no sea Caracas. 2. Libertad sí. 3. Poder quedar para tomar algo. 4. No cruzarte con tu ex. Eso es un programa político como Dios manda, y no como el de esos bolivarianos. Moraleja: ponga un tonto en su vida y se sentirá la persona más inteligente del mundo.