Tras la pandemia global, la guerra en Europa, la crisis energética y el IPC desbocado, ahora nos llega la amenaza alienígena. Porque esto ya no es un globo, dos globos, tres globos… ahora parece que va de ovnis y el Pentágono advierte de que algunos de los últimos objetos voladores derribados podían ser de origen extraterrestre. Esto no va solo de un programa de globos chinos a gran altitud espiando a Occidente.
La histeria desatada por los artefactos ha desembocado en una búsqueda de objetos voladores no identificados en Estados Unidos. Qué raro que no se haya posado todavía un platillo sobre la Gran Manzana, como en todas las pelis yankis. Tendría que haberse bajado un marciano y decir; “Hola me llamo Ralph”.
Yo creo que el objeto es claramente de origen tontolienígena, o sea de la tierra. Ya lo decía ET (Estamos Tontos). Lo que comenzó con el derribo de un aerostato en el cielo estadounidense ha derivado en una sucesión de objetos volantes misteriosos y en un nuevo factor de tensión internacional. Pero esto de los globos espías en tiempos del Google Earth es la mayor tomadura de pelo universal desde lo del efecto 2000. Y parece igual de creíble que aquella noticia que afirmaba que la autoría de las cartas explosivas correspondía a agentes rusos y luego, resultó ser que las mandaba un pensionista de Gasteiz. Dejad de ver Cuarto Milenio, porfa, porque, si no, los Men in Black nos van a tener que borrar la memoria a todos.