Llegaron los rojos con un preacuerdo de Gobierno y ya nos llevan directos al abismo. La meteorología ha sido lo primero que se ha rebelado. Las nubes negras han caído sobre nuestras cabezas y estamos sumidos en el peor temporal del otoño. La lluvia no da tregua y el terror se apodera de las calles, la gente huye en todas direcciones por el viento hipohuracanado, y el frío helador provoca tanto castañeteo de dientes que a los más mayores se les ha caído la dentadura postiza. Las olas trepan hasta Igeldo (cuna de batasunos) y la nieve sepulta el chalé de Iglesias. No deja de llover y cae tanta agua que se ahogan hasta en Venecia. Cosas de isobaras que también se han conjurado contra los comunistas y separatistas para preservar la reserva espiritual de Occidente.
Y haciéndose fuerte en el barro, el líder de Vox clama al cielo con tono guerracivilista. Según Abascal, el preacuerdo entre el PSE y Unidas Podemos lleva al país directo hacia la cartilla de racionamiento. Racionamiento, pero estricto, el que había al hacer reparto de cerebros cuando él nació porque le tocó uno bien pequeño. Pero como hay bastantes cerdos que se revuelven bien en el lodo, José María Aznar cree que Pedro Sánchez ha elegido la “peor fórmula posible” para pactar y formar Gobierno. “Frankenstein comparado con lo que parece venir resultará un modelo de armonía”, señala. Siempre mejor Frankestein que Francostein.