Ya sabemos, por las pelis, que los Men in Black (MiB) se encargan de vigilar la actividad alienígena en la Tierra y de destapar a extraterrestres camuflados bajo disfraces humanos. Pero desde que el Área 51, ahora deslocalizada en Bruselas, envió el sábado un misión especial de los Hombres de Negro a Madrid, los extraterrestres están proliferando como setas. Los trajeados han detectado que el agujero negro económico fue provocado por alienígenas ladrilleros. Solo con presencia de otra dimensión se explica la burbuja inmobiliaria.
En una fugaz visita a Moncloa ratificaron que no hay vida inteligente y, en el exterior, constataron que existe un buen puñado de seres del cosmos habitando entre nosotros. Como Carlos Dívar, el presidente del Consejero General del Poder Judicial, que es un malvado alien con cara de E.T., o Rodrigo Rato, que es un marciano del satélite Bankia.
Han descubierto a reptilianos, llegados en un ovni llamado crisis, que manipulan instituciones y sistemas financieros. Confirma que son extraterrestres sus raros idiomas, el klingon y el na’vi y que hablan utilizando acrónimos como FROB, FMI, BCE y se entienden con un androide llamado Fitch. La prueba del algodón es que han abducido a un montón de seres vivos. Ahora, los Hombres de Negro solo necesitan ejercer su función de silenciadores y que miremos directamente a un aparatito que nos flashee y nos haga olvidar que fuimos mamoneados por una cuadrilla de h.p. alienígenas.